Florida autoriza el desembarco del crucero en el que murieron cuatro personas por coronavirus

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Las personas que tengan síntomas y los miembros de la tripulación permanecerán en la embarcación. La travesía del Zaandam, el crucero en el que murieron cuatro personas por Covid-19, parece haber encontrado un punto final. Después de haber sido rechazado en al menos tres puertos de América Latina, el Estado de Florida ha autorizado este jueves el desembarco de gran parte de sus pasajeros en el puerto de Fort Lauderdale. Unas 1.200 personas podrán en las próximas horas descender de esa embarcación y del Rotterdam, el buque que asistió al Zaandam en Panamá con suministros y personal médico. Los primeros en bajar han sido los más enfermos, que tienen prioridad porque necesitan atención médica de manera urgente. La autorización para desembarcar, sin embargo, no incluye a las personas que tengan los síntomas del coronavirus y estén estables ni a los miembros de la tripulación. En total, otras 1.200 personas seguirán a bordo y atracados hasta que la situación sanitaria se resuelva, ha informado Holland America Line, la empresa a cargo de los dos cruceros. Unos 20 días le llevó al Zaandam encontrar un país que le abriera las puertas en medio de la crisis global por el coronavirus. Con más de 1.800 pasajeros a bordo, el buque que partió de Buenos Aires, en Argentina, intentó cancelar el viaje por primera vez el 14 de marzo, en Punta Arenas, Chile. Pero tanto las autoridades chilenas como luego las argentinas rechazaron el descenso de los viajeros, lo que llevó a la nave a trasladarse hasta Panamá, donde esperó durante dos días que se le dejara pasar por el canal. Una vez se le permitiera cruzar, el rumbo era claro: se seguía camino a Florida, el destino originalmente previsto para el 7 de abril. Sin embargo, la madrugada del lunes, cuando el crucero tocó las aguas del Mar Caribe, la compañía dueña del buque admitió que no estaba claro si obtendrían finalmente la autorización para desembarcar. “Estos viajeros podrían ser cualquiera de nosotros, o de nuestros familiares, atrapados inesperadamente en el medio de este cierre de fronteras globales sin precedentes que se dio en pocos días y sin previo aviso”, ha dicho este jueves Orlando Ashford, el presidente de la compañía, al anunciar el desembarco en un comunicado. Además de los cuatro fallecidos a bordo del Zaandam, 233 personas -90 turistas y 143 miembros de la tripulación- presentaron en las últimas dos semanas síntomas “parecidos a los de la influenza”, según las cifras de la empresa. Mientras que en el Rotterdam fueron unos 17 pasajeros.

Los viajeros estadounidenses que bajen, 311 según el cálculo de Holland America Line, y que se encuentren en condiciones de continuar hasta sus casas, serán llevados directamente al aeropuerto a tomar un vuelo, en su mayoría privados. Otros serán transportados en automóviles privados. “Para mayor precaución, estos turistas serán transportados en coches desinfectados, con un contacto limitado a un individuo y usarán mascarillas”, ha asegurado la empresa en un comunicado. “Estos cuidados exceden por mucho lo recomendado para viajes por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades”, ha explicado. El panorama de los viajeros que provengan de otros países, sin embargo, aún es incierto. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había asegurado esta semana que ayudará a repatriar a los británicos y canadienses, pero no está claro qué pasará con los latinoamericanos. El periodista argentino Dante Leguizamón, que subió en el puerto de Buenos Aires, es una de las personas a bordo que aún desconoce su destino al tocar tierra. “El desafío es bajar y saber cómo llegamos cada uno a nuestro país, depende de la situación de cada uno de los países [de donde provengan]”, contaba en conversación con este periódico. “La gran noticia es que nos dejaron dockear [atracar]. Eso es lo que no se nos permitió en Chile, en dos oportunidades, y en Panamá. Primero se van a ocupar de los enfermos y después de nosotros. Previamente nos harán unos chequeos a todos para constatar que no haya fiebre ni síntomas”, relataba este jueves Leguizamón por Whatsapp. “En mi caso resta la visa que, entiendo, se está tramitando. Si todo sale bien durante el día de mañana o hasta pasado podríamos desembarcar”, explicaba el argentino, ya que su plan no era llegar hasta Estados Unidos. Más incierto aún es lo que pasará con los más de 1.100 trabajadores que hay en los dos buques. Un tripulante del Zaandam contaba a este diario el domingo pasado que ha sido una experiencia para recordar “por el resto de la vida”. Este jueves y poco antes de que la autorización de desembarque fuera emitida, el empleado A. G. -quien prefiere permanecer anónimo- advertía de que aún no era “un hecho” que les dejaran bajar en los próximos días. “Solo nos han comentado que vamos a hacer dock pronto y que hay posibilidades de que los pasajeros desembarquen”. La respuesta llegó pocas horas después. “Ningún miembro de la tripulación descenderá en Fort Lauderdale”, decía el comunicado oficial sin detallar dónde ni cuándo podrá finalmente bajar la tripulación. Tampoco se ha informado sobre lo que pasará con los cuerpos de las cuatro personas fallecidas a bordo. Por lo pronto, los dos buques pasarán los próximos días atracados en el puerto de Florida, donde se mantendrá a algunos pasajeros con síntomas aislados, hasta que se recuperen por completo. https://elpais.com/

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