En 1920, querían llevar los “barcos de la carrera” al Muelle Florida

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Pasamos de un galpón a una recepción VIP de nivel internacional y embarcar y desembarcar sin mojarnos. Lo que se inauguró de puerto en 1909, fue el viejo proyecto de 1890 y pico de franceses alemanes e ingleses y que hasta los ingenieros uruguayos le hicieron modificaciones, incluso hasta en el calado. Y ese 25 de agosto no existía el muelle de Escalas y menos entonces la Dársena Fluvial que fue obra de los años ‘20. Los barcos operaban fondeados y los de pasajeros embarcaban y desembarcaban en lanchas apropiadas y remolcadores si era la ocasión. Los barcos de la carrera fondeaban en el antepuerto y cuando había mal tiempo o viento sur atracaban en el muelle 1. Eso fue así a partir de 1909. Eran barcos chicos y en la temporada diciembre-enero llegaban dos o tres por día y el fin de semana y feriado porteño hasta cinco barcos. Según los agentes marítimos, eran barcos que molestaban a los barcos y operaciones comerciales de los carboneros, saleros a lo que venían a hacer el bunker etc.. Entonces se proyectó llevarlos a un nuevo estacionamiento que sería en el muelle Florida bajo la argumentación que esos barcos tenían que estar lo más cerca posible de la ciudad y mayor seguridad para sus pasajeros. Ese proyecto fue abandonado y por los años ‘20 se proyectó construir el Muelle de Escalas y Dársena Fluvial y con él levantar donde están hasta ahora un inhóspito Salón de Revisaciones de enorme altura, que no tenía ni siquiera baños para los pasajeros y menos aun un lugar para darles a los turistas visitantes una taza de café caliente, ni calefacción. Tuvo que venir López Mena en 1996 y bajo licitación pública ganar lo que todos conocemos hoy. Pasamos de un galpón a una recepción VIP de nivel internacional y embarcar y desembarcar sin mojarnos. https://negocios.elpais.com.uy/

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