Desde la guerra del Pacífico de 1879, Bolivia perdió su salida al mar bajo el Tratado de 1904 que consignó su derrota. Por ello, es muy llamativo que este país posea una armada tan importante si no tiene una salida soberana al mar. No obstante, no es extraño si se tiene en cuenta la cantidad de sistemas fluviales y lacustres que existen en Bolivia. Adicionalmente, el país está a la espera de que dicha salida sea devuelta pronto. Según la Constitución Política de Bolivia, vigente desde 2009, la misión de la Armada Boliviana es ‘Emplear el poder naval en la seguridad y defensa, administrar y proteger los intereses marítimos, fluviales, lacustres y la marina mercante’. Según el presidente Evo Morales, una de pruebas fehacientes de que Bolivia nació con mar, es la Constitución de 1826, en la se crea la Fuerza Naval del país. Se dice que en los primeros años de la creación del país, este tuvo buques de guerra, cañoneros, bergantines y corbetas. Después, en años posteriores, se instaló el astillero y se lanzaron embarcaciones en los ríos del país, sobre todo hacia el norte, en la Amazonía. En 1963 se crea la Fuerza Fluvial y Lacustre como parte de las Fuerzas Armadas, que en 1966 fue rebautizada como Fuerza Naval y desde 1981 como Armada Boliviana, tras la aspiración de recuperar salida al mar. Sus funciones son ampliamente debatidas, y de hecho se está a la espera de una ley de las Fuerzas Armadas que establecería las funciones y atribuciones de dicha fuerza. Hay quienes piensan que se debe aumentar la presencia en ríos y lagos, mientras que otros creen que se debe potencializar la participación en asuntos marítimos e incrementar el equipamiento. Recientemente, el presidente Morales señaló que es la hora de armas a las Fuerzas Armadas. Algunos analistas creen que Bolivia debe imitar el papel de la Armada en países como Colombia y Brasil, donde esta fuerza hace presencia en ríos y lagos de zonas de conflicto para ejercer control territorial y brindar seguridad a poblaciones aledañas. (REDSAL, 24/04/18)
