*Por Dr. Edison González Lapeyre
En una nota publicada por Ecos de El País, de la autoría de Flavio, se propone transformar al Río Negro en una hidrovía y se consulta de por qué no se ha construido la esclusa pasa barcos en la represa de Salto Grande para habilitar la navegación desde y hacia aguas arriba de ese enorme emprendimiento.
Veo con complacencia ese tipo de inquietudes. Se trata de temas que hay que discutir y analizar en profundidad. En lo que me es personal, por haber estado vinculado a esta temática por cerca de medio siglo, me voy a permitir efectuar, a lo expuesto en esa nota, algunas consideraciones. La respuesta a las interrogantes que en la misma se formulan, están dadas por la ecuación costo beneficio. Respecto al Río Negro, la construcción de esclusas en Baigorria y Bonete, con las obras de conexión del eventual canal con las mismas, es de un enorme costo. Pero además, en ciertos tramos de ese curso fluvial, se requeriría dragado y balizamiento, también muy oneroso de llevar a cabo y que, necesariamente, va a requerir un dragado de mantenimiento importante por el arrastre y depósito de aluvión que, en algunas zonas, realiza el Río Negro. A ello habrá que agregar muelles e instalaciones para la operativa portuaria indispensables, que implicarían, también, importantes erogaciones. Si se me permite un cálculo de ojo de buen cubero diría que el costo final estaría por encima del que podría irrogar el reciclado de las vías férreas hasta la zona de influencia de UPM y el de las carreteras conexas.
En cuanto al Río Uruguay, al que me he referido en diversas publicaciones, el Sr. Flavio está confundido cuando pregunta ¿por qué no se han construido las esclusas en Salto Grande? Y está confundido porque la esclusa se construyó juntamente con la represa, faltan exclusivamente, los equipos electromecánicos para su operativa, pero el problema es que hay que conectar el canal de navegación del Río Uruguay que llega hasta el Salto Chico con esa esclusa y eso tiene un costo muy alto de derrocamiento y dragado. Incluso hay proyectos muy importantes para sortear ese escollo entre los que destaco los del Capitán de Navío Eduardo Laffitte y el del Ingeniero Guillermo Dubosc, dirigidos a sortear la represa mediante un canal de navegación lateral utilizando el arroyo San Antonio. Ambos proyectos son plausibles pero económicamente inviables. Y son inviables, porque no basta con sortear aguas arriba la represa de Salto Grande para continuar hacia el tramo del río que Argentina comparte con Brasil ya que hay que solucionar el obstáculo que plantean los roquedales de Itacumbú que constituyen un escollo casi insalvable ya que están constituidos por restingas y rocas que, desde Itacumbú se extienden hasta la altura de Monte Caseros y que son de muy difícil y costoso derrocamiento. Pero además habrá que determinar si el gálibo del puente sobre el puente Uruguayana- Paso de los Libres, denominado Juan P. Justo- Getulio Vargas, permite la utilización de las barcazas que indica el citado lector y sobre todo será necesario considerar que la represa de Garabí o Garruchos, proyectada entre Argentina y Brasil, aproximadamente a 240 kilómetros al Norte del Cuareim, no prevé esclusa pasa barcos. Si tomamos en cuenta que el Brasil siempre se negó a integrar una comisión fluvial de todos los ribereños del Río Uruguay y que, por razones geopolíticas, no va a utilizar ese curso fluvial para transportar sus cargas, debe concluirse que el enorme esfuerzo económico de sortear la represa de Salto Grande no tiene justificativo. Siempre es bueno analizar alternativas para el transporte de cargas pero poniendo los pies sobre la tierra tomando en consideración la ecuación costo-beneficio. De ese modo se evitarán proyectos como el disparatado puerto de aguas profundas de Rocha, que no era viable por carecer de las cargas que lo justificaran, pero que irrogó muchos millones de dólares que se fueron por el drenaje, entre los cuales, debo mencionar los U$S 6.579.176,oo gastados por la Comisión Interministerial del Puerto de Aguas Profundas en consultas y viajes…
* Catedrático de Derecho Internacional Privado, Derecho Internacional Público y Derecho Diplomático en la UDELAR • Profesor de Derecho Internacional Marítimo de la Academia de Derecho Internacional de La Haya.
