La naviera boliviana junto a la holandesa Concordia-Damen Group construirán seis buques que operarán en Hidrovía Paraná-Paraguay en 2020
“Esta semana estamos terminando un contrato que nos permita contar con dos buques chárter dedicados en exclusividad a la navegación fluvial entre (el boliviano) puerto Quijarro, (el argentino de) Buenos Aires y (el uruguayo de) Montevideo”, con salidas regulares, anunció el presidente ejecutivo de Flumar S.A., Óscar Encinas.“La compañía se encuentra concentrada en implementar una ruta alternativa para la salida del comercio exterior boliviano por el océano Atlántico a través de la Hidrovía Paraná-Paraguay, y ofrecerá un sistema operativo serio, seguro y, en cierta forma, también más económico”, aseveró el capitán de ultramar a MundoMarítimo.Encinas adelantó que las primeras naves alquiladas tendrán una capacidad de entre 200 y 300 TEUs y, en un principio, la frecuencia del servicio será quincenal con días fijos de recaladas. “Esperamos que en el segundo semestre de este año incorporemos otros dos equipos de navegación por lo cual estableceríamos una salida semanal entre Bolivia y los puertos del Atlántico”, anticipó.El entrevistado informó que, en paralelo, la compañía se encuentra en un proceso de financiamiento para construir una flota de seis buques de última generación, con capacidad de 600 TEUs cada uno. El diseño e ingeniería de construcción lo ha realizado la holandesa Concordia-Damen Group. “Esperamos tener estos buques operativos entre enero y febrero de 2020”, apuntó.En relación al lugar de construcción de los buques el ejecutivo dijo que ese aspecto aún no está totalmente definido. “China ofrece precios muy bajos, pero en América Latina esta industria crece muy rápidamente y existe la posibilidad de construirlos en la región. Tenemos que balancear los costos del acero y el de la construcción, y el transporte desde Asia”, explicó.El ex gerente general de Hapag-Lloyd para América Latina añadió que Flumar S.A. viene desarrollando este proyecto desde hace cinco años, a fin de “estructurar un servicio acorde a las exigencias que, en general, tienen las líneas marítimas”.“Todo tipo de carga que pueda ser contenerizada, maquinaria y vehículos, podrán utilizar nuestro servicio porque estaremos en condiciones de ofrecer regularidad, que es uno de los requisitos que necesita el comercio exterior boliviano y seguridad en la navegación, en la Hidrovía Paraná-Paraguay”, subrayó.“Bolivia, por su condición mediterránea, importa todo tipo de productos: electrónicos, maquinaria e insumos para el agro, entre otros. En cuanto a las exportaciones, tiene potencial para vender madera y sus derivados, minerales como el cobre y el oro, también esperamos poder hacerlo con el aceite de soja crudo y refinado. Tenemos una importante producción de alcoholes especiales para la industria europea e ingresamos en la exportación de carnes de res, cerdo y pollo, para lo cual nos han visitado potenciales compradores de Asia y Rusia”, analizó.Encinas reflexionó que “en el comercio internacional son los números los que mandan. No es la buena voluntad de los navieros o de las autoridades, son los costos los que van a definir si se hace viable o no el uso de la Hidrovía para el comercio internacional de Bolivia”. En ese sentido, advirtió que “en el momento que Montevideo o Buenos Aires resulten más caros que el puerto de Arica, lamentablemente tendremos que dejar de trabajar en ellos”.“Nuestros costos estimados, con los fletes marítimos promedio y fletes terrestres ajustados a una nueva modalidad que estableceremos, nos dan una diferencia en favor de nuestra opción de un 10% hasta un 25%”, aseveró.El ejecutivo se mostró optimista en que el servicio contribuirá a “incrementar el intercambio comercial entre Bolivia y Uruguay, y los demás países que integran la Cuenca del Plata (Argentina, Paraguay y Brasil). Nuestra capacidad de transporte permitirá abarcar todas estas áreas, pero siempre en función de optimizar la estructura de costos que pueda tener la logística de la zona”.Por MundoMarítimo
