ARRANCAN LOS TRABAJOS PARA ESTABLECER LA PRIMERA FRONTERA TERRESTRE ENTRE ARGENTINA Y URUGUAY

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Equipos técnicos de la Argentina y de Uruguay arrancaron hoy los trabajos para definir la línea divisoria entre las islas del Río de la Plata Martín García y Timoteo Domínguez, en lo que constituirá la primera frontera terrestre entre ambos países, separados por casi 500 kilómetros de vía fluviales.

La isla argentina de Martín García estaba apartada de la uruguaya Timoteo Domínguez mediante un canal de navegación pero desde 1980 las tierras se unieron por el avance natural de sedimentos del río Paraná sobre el Río de la Plata.

Delegaciones de las dos naciones arribaron en las últimas horas a Martín García para comenzar los estudios hidrográficos y topográficos que determinarán por dónde pasará la línea imaginaria que dividirá a los territorios argentino y uruguayo.

La tarea fue postergada durante años por las sucesivas administraciones de los dos países, en ocasiones por motivos diplomáticos ajenos a la cuestión en sí, como el conflicto de las pasteras en el río Uruguay, pero ahora recibió un nuevo impulso de parte de los gobiernos de Mauricio Macri y de Tabaré Vázquez.

Por orden de los presidentes, las cancillerías argentina y uruguaya instruyeron a los equipos de especialistas para que comiencen cuanto antes los estudios, que contarán incluso con la utilización de un dron para obtener un detalle panorámico de los dos territorios que permita mayor precisión.

“Esto es un gran logro producto del buen clima que impera ahora entre los dos países”, declaró a Télam Rolando Bustos, de la delegación argentina de la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), durante una recorrida por Martín García.

La isla argentina, de 1,82 kilómetros de extensión y con sólo 120 habitantes fijos, posee gran valor simbólico para los argentinos por haber sido escenario del confinamiento de presidentes derrocados, como Hipólito Yrigoyen o Arturo Frondizi, cuyo espacio de cautiverio es hoy conservado como reliquia y parte de la sede de la CARP.

La buena sintonía que impera entre los dos gobiernos quedó plasmada ayer en un encuentro de legisladores, del que participó el embajador argentino en Uruguay, Mario Barletta, la senadora Marta Varela, de Cambiemos; el diputado Alejandro Grandinetti, del Frente Renovador, y una veintena de legisladores uruguayos.

“Tuvimos la sabiduría de dejar de lado enfrentamientos y rispideces para priorizar el diálogo responsable más allá de que cada país defienda con legitimidad sus intereses”, declaró Barletta.

Tanto el diplomático como los senadores y diputados destacaron “el excelente momento” que atraviesan las relaciones bilaterales y que permitió avanzar no sólo en el trabajo del límite fronterizo sino en la obra de dragado del canal de la isla que demandó una inversión de 129 millones de dólares y permitirá mejorar el tráfico fluvial.

“Fue un minucioso trabajo que nos permitió ahondar de 32 a 34 pies la profundidad del canal y que posibilitará a los buques testigo que lo navegan cargar 5.000 toneladas adicionales con la consiguiente economía de costos logísticos para los dos países”, explicó el titular de la delegación argentina de CARP, embajador Jorge Herrera Vegas.

El diplomático fue el encargado junto a Bustos de recibir a las delegaciones, con una recepción en la sede de la entidad y una recorrida por sitios históricos de la isla, como el Museo, las ruinas del penal o la escuela donde estuvo detenido Juan Perón en las horas previas a la gesta del 17 de octubre.

Herrera Vegas destacó la importancia de establecer la primera “frontera seca” entre Argentina y Uruguay, separados por el río Uruguay, pero recalcó que no deja de ser “un asunto simbólico” ya que lo que prevalece es “la hermandad y confraternidad” que ahora existe entre uruguayos y argentinos tras años de desencuentros.

Marcelo Pazos, delegado de Uruguay ante la CARP por la Armada, explicó a Télam que el proceso de demarcación del límite “lleva larga data”, pero que ahora se pusieron plazos para “darle prioridad por los tiempos políticos”.

La primera etapa de las tareas es operativa y el segundo tramo es diplomático y político. La idea es que los presidentes Macri y Vázquez formalicen la presentación de la nueva “frontera seca” antes de concluir sus primeros mandatos. (Télam)

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