Uruguay: perdiendo la carrera portuaria.

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La falta de astucia y de visión comercial del gobierno peligran una posición clave (e histórica) de Uruguay.
Imagino la histórica competencia comercial entre Uruguay, Argentina y Brasil por la atracción de buques a sus puertos como la competencia “boxística” por el cinturón de campeón, con permanentes desafíos y peleas en que la astucia, resistencia y visión de futuro son las claves para mantener el preciado cinturón.

Podríamos decir que la lucha rioplatense por el control de las vías comerciales tuvo su génesis en el 1723, cuando el gobernador de Colonia del Sacramento, Vasconsellos, busca instalar una ciudad portuguesa en Montevideo, provocando la inmediata reacción de Buenos Aires (o sea, de España). La intención de los españoles, interviniendo, no era solo detener la expansión portuguesa sino además fundar una ciudad portuaria, mejorando considerablemente las falencias del puerto de Buenos Aires.

Los años de cruentas guerras por el territorio de que hoy gozamos fueron motivados por nuestro preciado puerto natural. En nuestros tiempos, la batalla se libra en el plano comercial. Pero nunca cesó.

El 8 de abril de 1992 fue promulgada la conocida como “Ley de Puertos”, que proponía una reforma del sistema portuario para volver Montevideo más eficiente y competitivo, de modo de ponernos a la cabeza de la carrera portuaria regional. Así fue.

Durante la celebración por el 25 aniversario de dicha ley, el presidente del Centro de Navegación, Alejandro González, expresó: “ [la ley] nos permitió estar en sintonía con una mentalidad moderna, comercialmente agresiva y proactiva. Brindó confianza a sus clientes, diversificó los servicios, generó nuevas oportunidades, nos puso en el mapa de las principales rutas comerciales y de servicios, y en las escalas regulares por parte de las principales compañías marítimas mundiales; bajaron los costos, mejoró la eficiencia y la productividad, y -un punto muy importante – es que generó empleos, mano de obra de calidad”.

La ley se transformó en política de estado. Nació durante el gobierno del Partido Nacional, pasaron gobiernos del Partido Colorado y del Frente Amplio. Y allí está.

Pero el marco normativo no es suficiente. Se necesita una administración eficiente, diligente, que anticipe los cambios en el mundo del comercio, que no baje la guardia y sea feroz protectora de ese cinturón de campeón que obtuvimos y durante mucho tiempo mantuvimos a base de inteligencia y audacia, con todas las variables en contra.

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