Turismo náutico, el sector que espera de la inversión privada para tirarse al agua

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Actores del sector turístico entienden que es necesario un shock de inversión privada para desarrollar la actividad náutica en Uruguay. Mientras que en el puerto de Punta del Este hubo lista de espera, en puertos de Colonia la actividad estuvo “paralizada” según Miguel Arregui. Uruguay tiene alrededor de 720 kilómetros de zona costera, 480 de los cuales se extienden sobre el Río de la Plata y 240 sobre el océano Atlántico. Si se tiene en cuenta la ribera del río Uruguay, el país cuenta con un total de 1.200 kilómetros de costa. Esto representa casi cuatro veces el límite internacional entre Costa Rica y Nicaragua, de 309 km, o casi ocho veces la frontera que separa a Inglaterra de Escocia, cuya extensión es de 154 km.

Desde Artigas, pasando por Colonia, hasta Rocha, las ofertas turísticas que otorga el país en el rubro náutico son variadas, entre playas de ríos, puertos deportivos y ejercicios acuáticos. En los últimos cinco años, también se han incrementado los emprendimientos en otras zonas internas del país, como las actividades náuticas en el río Olimar (Treinta y Tres). Sin ir más lejos, en las últimas semanas se inauguró un tour por el río Negro, que incluso cuenta con un parque acuático en el departamento de Flores. Además, en los últimos días, se confirmó que el filántropo estadounidense Gilbert Butler adquirirá seis islas ubicadas en el río Uruguay (tres en Argentina y tres en Uruguay). En este sentido, el ministro de Turismo, Tabaré Viera, aseguró a Café & Negocios que Butler tiene intenciones de “donar” las islas al gobierno, con el objetivo de crear un parque en la zona con diferentes actividades que conjuguen lo ecológico con lo náutico (como el desarrollo del kayak). La evolución en este sector ha sido “seria” y “sostenida” durante la última década, según dijo Marina Cantera, presidenta de la Cámara de Turismo, a Café & Negocios. A su vez, Cantera sostuvo que es notorio el crecimiento de este tipo de negocios en el país en las últimas temporadas. Sin embargo, la aún incipiente inversión en el turismo náutico se debe al tamaño del país y a la “zafralidad” del negocio, delimitada por la temporada de verano, sostuvo Cantera. La infraestructura para desarrollar este sector es “razonable”, según Viera, pero tanto la presidenta de la Cámara de Turismo como el ministro de esta cartera y el presidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Juan Curbelo, creen que la inversión privada en el turismo náutico es esencial.En esta línea, el ministro aseguró: “Hay que continuar con políticas que atraigan a inversores privados para estimular la infraestructura en el sector y favorecer las actividades” que lo rodean, como la hotelería y la gastronomía. Además, el jerarca sostuvo que el turismo náutico significa una “posibilidad de desarrollo” para muchas localidades del interior del país.

Viera dijo a Café & Negocios que las políticas sobre turismo náutico están “en revisión” y, pese a que aún no hay acciones definidas, se piensa trabajar en el sector y, sobre todo, en los servicios que se circunscriben a los puertos. “Queremos hacer énfasis en la gastronomía”, aseguró el jerarca, quien, además, agregó que se está haciendo un relevamiento de los actores en este ámbito. Este registro, que lleva a cabo la cartera de Turismo, va desde los clubes náuticos hasta los de pesca, pasando por los distintos emprendimientos, asociaciones y puertos.

 “La idea es tenerlos mapeados por región geográfica, con el fin de delinear un plan de acción”, expresó el ministro.

Regatas, estrellas de la náutica en el este del país

Tanto Viera como Curbelo consideraron que es vital el diálogo con los privados, los municipios y las intendencias para contribuir al impulso de los puertos y actividades que se lleven a cabo en esos espacios. En la actualidad, la supervisión de los puertos uruguayos se está trasladando desde la órbita del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) a la de la ANP, según lo dispuesto en el artículo 348 de la ley de urgente consideración (LUC). Tras su entrada en vigencia , el 13 de julio de 2020, la ANP ya se está encargando de tres puertos: el de Carmelo, el de Colonia y el de Piriápolis. Mientras se suprime la Administración y Mantenimiento Portuario de la Dirección Nacional de Hidrografía, por disposición de la LUC, la ANP espera por los próximos puertos que le serán transferidos para que los supervise, aunque Curbelo señaló que aún no se han establecido cuáles serán. Los artículos que refieren a la actividad portuaria no se encuentran dentro de los 135 que se someterán a la consulta popular de la LUC en marzo.

El oeste paralizado y el este con lista de espera

Algunos de los fuertes del turismo náutico en Uruguay son, sin duda, las actividades fluviales ya consolidadas, como el velerismo, las regatas o la pesca.

La zona costera uruguaya tiene varios puertos que se ponen a disposición de los amantes de la náutica tanto locales como extranjeros, desde el puerto de Bella Unión, en Artigas, hasta los de Soriano, Colonia, Montevideo, Maldonado y Rocha. Con la llegada de la pandemia, las medidas adoptadas por los países para paliar la situación sanitaria provocada por el coronavirus han afectado a este sector.

El turismo náutico ha sido “de los más afectados”, en términos de Viera.

En Carmelo, por ejemplo, la actividad está “paralizada” y el puerto de esta ciudad “está vacío”, según confirmaron autoridades del lugar a Café & Negocios. El estado de situación se repite en la zona oeste del país, sobre todo en los departamentos de Soriano y Colonia, que dependen en gran medida de la llegada de argentinos. Incluso, muchas actividades en el turismo fluvial unen puertos de ambos países, pero las medidas adoptadas por el gobierno de Alberto Fernández han complicado el dinamismo de este sector.

“En esta coyuntura (de crisis sanitaria) tenemos que generar coordinación con países vecinos, fundamentalmente con Argentina”, sostuvo el ministro de Turismo. “Además, en esta temporada tenemos problemas porque los protocolos difieren con el país vecino”, agregó el jerarca.

“Argentina llegó a tener sus puertos cerrados y están, de alguna manera, a media máquina;  primero, no permitían la salida de argentinos y luego, su regreso. El Mercosur tiene que avanzar mucho en cuanto a la coordinación”, concluyó Viera, que se mostró atento a la situación con el país vecino.

De amarras y barcos

Según datos proporcionados por la ANP a Café & Negocios sobre la actividad de los tres puertos que ya está supervisando, la actividad náutica viene en caída desde el 2019 a raíz del covid-19.

La venta de amarras por día —medida utilizada por los especialistas del sector para comparar la utilidad— afectó la actividad de Carmelo y Colonia. En enero de ese año, en Carmelo, la venta fue de 1.073 amarras; al año siguiente esa cifra se ubicó en 967; en 2021 llegó a 153 y en este año descendió nuevamente a 75 (según datos preliminares, que van hasta el día 25 de este mes).

En el puerto de Colonia, hubo una ocupación de 2.182 durante enero de 2019; para el mismo mes de 2020 el número descendió apenas a 2.124; en 2021, 952, y en lo que va de este año, 898.

En el puerto de Piriápolis, se vendieron 3.584 amarras por día durante enero de 2019. Para el primer mes de 2020, esta cifra cayó a 3.123. En enero de 2021, sin embargo, hubo un aumento y se vendieron 3.632 amarras. Hasta el 25 de enero de este año se llevan vendidas 2.788. Por otra parte, la actividad en Montevideo se ha visto afectada gravemente por la pandemia “tanto por faltantes de participantes a los eventos organizados como por faltantes de personal”, según dijo Marcelo Alzola, vocal de la Comisión Directiva del Yacht Club Uruguayo, cuyas instalaciones se encuentran en el Puerto del Buceo. “También vemos complicaciones en las costas del país en general, aunque muchos argentinos han venido al este con sus embarcaciones”, aseveró Alzola en diálogo con Café & Negocios. De todos modos, la afección por el covid-19 está “bajo los parámetros esperados”.

En algunos eventos náuticos con circuitos de puerto a puerto,  que suele organizar el Yacht Club Uruguayo, hubo 30 embarcaciones participantes, cuando generalmente son 60 o 70 las embarcaciones que participan en estos campeonatos náuticos. De todos modos, la realidad en el puerto de Punta del Este fue completamente diferente. La cartera de Turismo informó que llegó a haber lista de espera en el puerto del principal balneario del país. Este dato, además, fue destacado por Martín Laventure, director general de Turismo de la Intendencia de Maldonado. En este orden, Alzola celebró la medida que tomó la Dirección Nacional de Hidrografía, que consistió en bonificar el costo de las amarras y bajarlas en un 50%  mientras persiste la pandemia por covid-19: “Fue una muy buena decisión que fomentó la actividad”, aseveró.

Si bien el costo de las amarras depende de la envergadura de los navíos, pueden ir desde los US$ 40 a los US$ 1.000  por día. Por su parte, Juan Etcheverrito, comodoro del Yatch Club de Punta del Este, dijo a Café & Negocios que la organización se encuentra “en plena actividad”. Según Hidrografía, los costos de las amarras en Punta del Este son los siguientes: escollera: $48,74 (temporada baja); $179,43 (alta). Borneo —movimiento circular que describe un buque alrededor de la posición de fondeo—: $38,05 (temporada baja); $89,67 (alta). Guardería para embarcaciones: $30,73 (temporada baja); $61,47 (alta). Embarcación de manga ancha —anchura del barco (utiliza 2 amarras)—: $97,47 (temporada baja); $358,86 (alta). En la misma línea, indicó que  aunque la pandemia ha hecho que mucha gente no haya podido participar en los eventos del club, las características de las actividades, al aire libre, han permitido que continúen. Etcheverrito aseguró que las escuelas de vela están “funcionando a pleno” y que varios campeonatos náuticos ya están en marcha. Además, el comodoro del Yatch Club dijo que el Rolex Circuito Atlántico Sur 2022, evento náutico que se inició el 15 de enero y se ha convertido en el buque insignia de la temporada, “ha sido un éxito muy grande”, ya que pudo reunir a más de 300 tripulantes en 40 o 50 barcos de diversas clases.

Los cruceros que no llegaron

“Para este año proyectamos  una recuperación y esperábamos 160 cruceros, incluso Uruguay fue el primer país de la región en definir un protocolo para recibir a los cruceros, pero infelizmente las medidas adoptadas por Brasil afectaron esta actividad”, explicó Viera.  Hasta la fecha solo han llegado 15 cruceros al país, dijo Cantera, y aseguró que desde el 10 de enero el turismo vive una “situación complicada”. En la temporada 2019-2020 (verano de prepandemia), el país había recibido 166 cruceros: 118 desembarcaron en Montevideo y 48 en Punta del Este. Esta actividad hizo que alrededor de 40 mil visitantes conocieran las ofertas turísticas de Uruguay.

Turismo náutico por zonas

Paysandú

Juan Galván, director de Turismo de Paysandú, dijo a Café & Negocios que esta región tiene un gran potencial para desarrollar el turismo náutico. En este departamento “la tradición vinculada al río es imposible de separar de su historia; sus tradiciones unen la pesca en el río con los usos y costumbres de este departamento”, apuntó.  “En esta gestión se impulsó la actividad náutica”, remarcó Galván. En los últimos años se gestionaron los permisos necesarios para que llegara a las costas de Paysandú un emprendimiento que explotara actividades náuticas en la costa. La empresa 4 Quesos Aquapark fue quien obtuvo la licitación en 2020 —el año en que llegara el covid-19. Sus actividades abarcan el uso de motos de agua, distintos tipos de inflables, kayak, entre otras. “La pandemia contribuyó, de alguna manera, al turismo departamental”, dijo Galván, quien además aseguró que el 80% de los turistas que disfrutan de este emprendimiento son locales.

Colonia

Uno de los fuertes de este departamento, sin dudas, son los puertos. A lo largo de la costa, Colonia tiene el puerto deportivo dársena Higueritas, de Nueva Palmira; el atracadero de Carmelo; el puerto de Yates, en Colonia de Sacramento; el embarcadero de Riachuelo y el puerto José Carbajal “El Sabalero”. Según supo Café & Negocios por autoridades del lugar, la actividad en esa zona está “paralizada”. La situación está íntimamente relacionada con las políticas adoptadas por el gobierno argentino para paliar la situación sanitaria.

Puerto de Juan Lacaze

El promedio de amarras portuarias vendidas por día en el puerto de Yates durante 2019 fue de 18.084, mientras que en 2021 —en el marco de la pandemia—  este promedio descendió a 12.410, según datos de la Dirección Nacional de Hidrografía, aportados por la Administración Nacional de Puertos (ANP).

Montevideo

Marcelo Alzola, del Yacht Club Uruguayo, sostuvo que la pandemia ha afectado “en gran medida” las actividades náuticas que realiza la organización. Alzola confirmó a Café & Negocios que hubo bajas considerables tanto de embarcaciones que participarían de los campeonatos, como de empleados que se vieron afectados por el covid-19.

Puerto del Buceo

“El sector náutico en Uruguay tiene un potencial increíble, pero le falta infraestructura”, aseguró Alzola, que, además,  espera que se concrete la construcción de un puerto en Atlántida (Canelones), para potenciar el turismo náutico de la zona.

Maldonado

Los puertos de Piriápolis y Punta del Este fueron los menos afectados en los primeros días de enero. “En esta temporada, el turismo náutico pudo retomar cierta normalidad en Maldonado; tanto las regatas como el funcionamiento de embarcaciones de propietarios operaron con normalidad”, aseguró el director de Turismo de este departamento, Martín Laventure. 

Puerto de Punta del Este

En Punta del Este se generó una lista de espera por la cantidad de solicitudes de los navíos en los puertos. En Piriápolis, la compra de amarras por día no sufrió una caída tan pronunciada como en otros sitios del país, según la ANP. Fuente https://www.elobservador.com.uy/

1 COMENTARIO

  1. Es raro leer que bonifican las amarras e Punta del Este mientras suben las tarifas públicas, combustible, inflación. Seguro que los que tienen un barquito en Punta ni se dan cuenta, no parece una decisión responsable

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