¿Es posible interconectar las redes fluviales e hidrovías de Sudamérica?

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El 70% del continente está constituido por cuencas hidrográficas con ríos naturalmente navegables. Como es conocido, el transporte por ríos navegables, es decir el uso de vías fluviales, constituye un modo de transporte vital para conectar poblaciones y consolidar el comercio, como una expresión de la integración física. De hecho, “en muchas zonas de la Amazonia los ríos funcionan como auténticas carreteras y tienen un especial significado para los ciudadanos”, plantea el abogado árbitro y profesor de derecho Marítimo, José Antonio Pejovés. Pejovés explica que una hidrovía es una infraestructura fundamental para el transporte fluvial, por el impacto positivo que puede generar en el comercio y el desarrollo. Añade que en buena parte la navegación por los ríos de Sudamérica, está condicionada a la situación estacional de la naturaleza –tiempos de creciente o vaciante, por ejemplo-, condicionamiento que podría ser controlado con el desarrollo de más hidrovías en la región, cuyo desarrollo y gestión, elimine obstáculos en la navegación fluvial, señalice los ríos, adopte sistemas de ayuda a la navegación y mantenga la profundidad de las vías fluviales a través del dragado para que los buques y barcazas puedan desplazarse en condiciones de seguridad. El transporte fluvial, como se sabe, es una forma de transporte acuático, que puede conectar con el transporte marítimo, el multimodal o el parcialmente marítimo. “Un ejemplo de ello es la integración de la Hidrovía Paraguay-Paraná con el Río de la Plata y con el Atlántico”, apunta Pejovés. Según cita el abogado, en un interesante estudio publicado por la CAF –Hidrovías para el desarrollo y la integración Suramericana, (2016)- se sostiene que “El continente suramericano dispone de una amplia red de cuencas, hidrovías y regiones hidrográficas, tanto nacionales como internacionales, de una enorme potencialidad en recursos naturales, que brindan oportunidades reales para impulsar el crecimiento productivo, comercial, turístico y social, constituyéndose en un factor estratégico para favorecer la integración y para promover el desarrollo económico y social de sus áreas de influencia”. De acuerdo a Pejovés se destaca en dicho estudio que “se debe señalar que más del 75% de los recursos hídricos superficiales corresponden a cuencas compartidas por dos o más países”. Otro dato importante- señala- se refiere al ámbito territorial de las cuencas hidrográficas. “En este sentido, las tres más importantes, Orinoco, Amazonas y del Plata, cubren 10.400.000 km2., y otras cuencas del continente alcanzan los 2.000.000 km2. Si se considera que Sudamérica cuenta con un territorio total de 17.892.000 km2, esto significa que casi el 70% del continente está constituido por cuencas hidrográficas con ríos naturalmente navegables”, apunta. Las cuencas del Orinoco del Amazonas y del Plata es posible conectarlas, asegura Pejovés, al plantear que Alexander von Humboldt en 1801 proponía integrar las cuencas del Orinoco y del Amazonas, y que, inclusive, en 1860 William Chandless fue más allá y habló de integrar las cuencas del Orinoco, Amazonas y el Plata. “Esas visiones de integración de las cuencas en el siglo XIX, fueron demostradas en el siglo XX por los hermanos Paul y Constantino Georgescu, quienes realizaron tres expediciones fluviales entre 1979 y 2000, a bordo del peñero ‘Niculina’ luego rebautizado como ‘Orinoco’, en las que tras navegar cerca de 60.000 km, demostraron que de los aproximadamente 10.000 km que hay entre Caracas y Buenos Aires, son navegables a través de los ríos aproximadamente el 93% de esa extensión y que es posible conectar fluvialmente 8 de las 13 capitales del continente sudamericano”, sostiene el abogado. Según relata Pejovés, el presidente peruano Fernando Belaunde Terry (Lima, 1912-2002), durante el V Congreso del Instituto Iberoamericano de Derecho Marítimo (IIDM) realizado en Cartagena de Indias, Colombia, en octubre de 1997, hizo una presentación sobre el Derecho marítimo, el transporte en la red fluvial sudamericana y las posibilidades de conectar las cuencas del Orinoco, del Amazonas y del Plata. En la oportunidad- continúa el abogado- Belaunde recordó el extraordinario y memorable viaje fluvial que hizo en 1983 con especialistas de la Marina de Guerra del Perú, a bordo del BAP “Amazonas”. “Como el mismo apuntó fue ‘una expedición entre Iquitos en el Amazonas, hasta Manaos y, después por el Río Negro, pasando por San Gabriel de las Cachoeiras, hasta llegar al puerto de San Carlos, ya en territorio venezolano’. Esa expedición en la que el presidente Belaunde estuvo presente en un tramo de 370 km. del Casiquiari, desde el puerto de San Carlos hasta Tama Tama, Venezuela, junto con marinos peruanos y venezolanos, demostró que existen posibilidades de unir las cuencas del Amazonas con el Orinoco”. Según Pejovés, Belaunde además tocó el tema de la potencial electrificación y desarrollo industrial que ofrecen las cuencas fluviales para Sudaméricaq, diciendo que “estoy en condiciones de afirmar que el viaje desde la boca grande del Orinoco sólo tiene que salvar los rápidos entre Puerto Ayacucho y Puerto Paez. Que de allí aguas abajo, si bien se encuentran algunos rápidos, no impiden llegar a Manaos y, surcando el Madeira se alcanza Porto Velho. Los dos lugares de trabajo son evidentemente el alto Madeira, sin duda el más complejo y la conexión por el Pantanal que es mucho más sencilla. Se llega, pues, a la conclusión de que el largo recorrido fluvial de más de 10,000 km, puede tener continuidad salvando los puntos anotados’”. https://www.mundomaritimo.cl/

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