Los hallazgos de la primera expedición tripulada a los confines de la fosa marina más extensa del planeta

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Se trata de la llamada fosa de Atacama, una hendidura que se extiende por las costas chilenas y peruanas y que en su punto más profundo supera los 8.000 metros. La exploración científica y las fosas marinas tienen un vínculo histórico. Desde que comenzaron a descubrirse y mapearse a lo largo de la segunda mitad del siglo 20, aquellas hendiduras en el fondo del lecho marino captaron la atención de científicos de todas las ramas. Y en los últimos días, un equipo de investigadores chilenos, en colaboración con una ONG estadounidense, escribió un nuevo capítulo en la historia de la exploración. Es que por primera vez humanos lograron alcanzar el punto más profundo de los océanos sudamericanos. Se trata de la llamada fosa de Atacama, una hendidura que se extiende por las costas chilenas y peruanas y que en su punto más profundo supera los 8.000 metros. “Durante años, los oceanógrafos chilenos Osvaldo Ulloa y Rubén Escribano se habían imaginado en sus conversaciones cómo sería el paisaje alienígena de la fosa de Atacama”, detalla la BBC. Y agrega que “junto con su equipo habían mapeado por primera vez parte de la topografía de la Fosa. Durante la Expedición Atacamex -en 2018- habían tomado algunas fotos, videos, muestras de agua y ADN de las extrañas criaturas que habitan el fondo de este inframundo”.

Pero nunca habían podido verlo con sus propios ojos ya que se trata de expediciones costas y de alto riesgo, comprabales -según los expertos- a llegar hasta el espacio exterior. Sin embargo, tras años de gestiones, lograron llegar hasta allí con la nave del multimillonario estadounidense Víctor Vescovo, quien ya recorrió los puntos más profundos conocidos del océano. El viaje dentro de la fosa de Atacama duró más de diez horas y durante ese tiempo se realizaron todo tipo de estudios y extracciones. Además, los científicos pudieron observar  los valles, crestas y otras formaciones rocosas que existen debajo de la superficie. También se encontraron con una variedad asombrosa de formas de vida. Desde pepinos de mar, hasta corales de agua fría, gusanos y crustáceos. No obstante, la pieza fundamental de la exploración no tenía tanto que ver ni con fauna ni con flora, sino con historia geológica. La academia chilena aprovechó el viaje para confeccionar decenas de mapas submarinos de alta resolución con el objetivo de conocer al dedillo el territorio e instalar así el primer sistema de observación anclado en el océano profundo. “Estudiar cómo cambian en el tiempo las condiciones físicas, geoquímicas y biológicas presentes en la zona aportaría la base científica que podrá utilizarse para observar eventualmente los efectos del cambio climático en las altas profundidades y comprender mejor los procesos que causan los grandes terremotos y tsunamis en la región”, apunta la BBC. Así, la inmersión fue catalogada de “histórica” y abre un nuevo capítulo en la exploración hadal -es decir, toda aquella que busque lo que hay por debajo de los 6.000 metros. https://www.teledoce.com/

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