En 2009 se oficializó el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra, aunque los festejos datan de muchos años atrás. Lo cierto es que en la actualidad ese día es el elegido, para que cada ser humano reflexione acerca de la necesidad y el deber que tenemos, de cuidar a nuestro pequeño planeta azul. Uno de los objetivos es que seamos conscientes de lo importante que resulta vivir en paz y sintonía con la naturaleza. Dado que la Tierra es única, (hasta ahora no se conoce ningún planeta alternativo), cada ser debe vivir en armonía con los demás, respetándoles y cuidando su entorno, porque no hay ningún otro sitio al que podamos migrar. Por culpa de la desidia, el egoísmo y la soberbia del ser humano, que prioriza sus propias necesidades, gustos y caprichos sobre todo lo demás, se han ocasionado daños irreversibles al planeta como la extinción de ciertas especies, además de otras muchas heridas que necesitarán demasiado tiempo para sanar: desastres radiactivos, polución por metales pesados, contaminación subterránea, plásticos en fosas del Pacifico y un largo etc. Pero aún estamos a tiempo de detener la vorágine de destrucción que se cierne sobre el planeta, causada por el consumismo desenfrenado, el crecimiento desmesurado de la polución, la falta de planes sostenibles que apuntalen el futuro, el negacionismo cerril de algunos y la codicia desmedida de otros. Lema de este año: un mensaje de la Madre Tierra La ONU alerta mediante el lema elegido para el 2021 “Cuando la Tierra nos manda un mensaje”, de la realidad que estamos viviendo y que parecemos no querer ver: nuestro planeta nos envía un grito de socorro, para que actuemos de una vez por todas y comencemos a cambiar nuestra forma de vida, si queremos seguir teniendo un sitio en el Universo al que poder llamar hogar. PUBLICIDAD ¡La naturaleza está siendo arrasada! Sufre incendios en Australia, el Pantanal y la Amazonia, un cambio climático atroz y acelerado que agrava los fenómenos naturales, invasiones de insectos, olas de calor desmesuradas, los animales son víctimas de las acciones humanas y como si esto fuera poco, se ha desatado una pandemia de origen zoonótico, la de COVID19, que los científicos advierten no será ni la primera ni la última. Si no hay un cambio real en las políticas mundiales, tanto gubernamentales como empresariales y en el accionar diario de cada ser humano, hacia la sostenibilidad y la convivencia armónica y respetuosa con la naturaleza, en pocos años no quedará mucho para rescatar. https://www.ecoticias.com/
