Continúa el éxodo de las multinacionales desde Argentina

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Analistas creen que el fenómeno puede profundizarse si no hay cambios.  El éxodo de empresas multinacionales desde Argentina no se detiene. El último eslabón de la cadena de compañías que han decidido en los últimos meses reducir su exposición en el país o directamente emprender la retirada corresponde al grupo minorista chileno Falabella. Esa firma anunció días atrás el cierre de cuatro de sus locales en Buenos Aires mientras evalúa el ingreso de un socio estratégico a la operación.

“No hay un desencadenante único; hay una acumulación de problemas de muchos años que producen saturación en las empresas internacionales que operan en Argentina. Tampoco es un tema solamente objetivo, como el nivel de la tasa del Impuesto a las Ganancias, el régimen cambiario o la ley laboral. Hay un clima que genera un componente subjetivo a partir del permanente cambio de reglas de juego y un discurso político bastante agresivo contra las empresas”, dijo a El País Marcelo Elizondo, director de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), en Buenos Aires. Con una economía estancada desde 2012 y en recesión desde 2018, las dificultades para la operación de las empresas internacionales en Argentina vienen de larga data. Los niveles de consumo, por ejemplo, registran una sostenida caída desde 2014. Esa tendencia, que ya había puesto en alerta a compañías dependientes del consumo masivo como Falabella, se aceleró en los últimos meses. Según la consultora especializada Focus Market, el consumo registró un descenso interanual del 4,1% en junio, 5,2% en julio y 6,7% en agosto.

A ese contexto se le agregan los constantes cambios en el régimen cambiario. Ante reservas netas que rondan los US$ 7.000 millones —US$ 4.500 millones menos que las registradas cuando se produjo el cambio de gobierno en diciembre pasado— el Banco Central de la República Argentina (BCRA) viene retaceando a las empresas los dólares necesarios para concretar importaciones.

Esas limitaciones fueron uno de los determinantes de la decisión de Falabella, cadena que se abastece en gran parte con mercadería comprada en el exterior. “Hay un clima que genera un componente subjetivo a partir del permanente cambio de reglas de juego y un discurso político bastante agresivo contra las empresas”, dijo Marcelo Elizondo. Los giros en las reglas cambiarias sumaron un nuevo capítulo hace pocos días. En el marco de una severa escasez de divisas, el BCRA anunció que solo venderá a las empresas del sector privado el 40% de los dólares que requieran para hacer frente a las deudas financieras con vencimientos hasta marzo 2021.

El resto de las deudas deberá ser renegociado o cancelado con dólares propios de las compañías, lo que implicará en ambos casos un sobrecosto.

“Cualquier empresa que tenga una deuda en dólares, tendrá más problemas. Si bien afecta a todas las compañías, esta medida tan agresiva, que implica un cambio de reglas abrupto, es mucho más difícil de asimilar por una compañía internacional, que debe explicar el nuevo escenario a su casa matriz”, dijo a El País el economista Lorenzo Sigaut, director de la consultora Ecolatina.

El peso de la incertidumbre. En ese marco de ventas en baja y crecientes limitaciones cambiarias, también en sectores industriales viene creciendo el número de empresas que deciden abandonar Argentina o mudar parte de su producción a otros países de la región.

La industria autopartista es el ejemplo más notorio. A comienzos de julio, la firma alemana BASF anunció que a partir del segundo semestre de 2021 mudará la producción de pinturas automotrices OEM de su planta ubicada en el gran Buenos Aires a Sao Bernardo do Campo, Brasil.

También en julio, la compañía estadounidense Axalta, que produce pinturas para autos y camiones, decidió el cese de sus operaciones en Argentina y el cierre de su planta de Escobar, en la provincia de Buenos Aires. Al éxodo se sumó la autopartista francesa Saint-Gobain Sekurit, que anunció el cierre de su fábrica de parabrisas en Campana, provincia de Buenos Aires, para mudar la producción a Brasil.

También se registró a mediados de julio la salida del laboratorio francés Pierre Fabre, que vendió su planta en la localidad bonaerense de Virrey del Pino al grupo local Sidus. La firma francesa importaba casi la totalidad de sus productos, la mayoría, cremas dermatológicas.

Por último, el sector aerocomercial es otro de los que más ha sufrido la retirada de empresas en el último tiempo. A la crisis por la que atraviesan las aerolíneas en todo el mundo por la pandemia, en Argentina se suman los continuos conflictos con los gremios aeronáuticos y una mirada hostil del gobierno a la competencia del sector privado en ese mercado.

Ese contexto llevó a la compañía Latam Airlines a anunciar en junio la salida del mercado de vuelos de cabotaje. Además, Air New Zealand, Qatar Airways y Emirates decidieron levantar sus operaciones internacionales en el país como parte de planes más amplios de adaptación al nuevo contexto del mercado.

Argentina arrastra una larga historia de cíclicas crisis económicas y continuos cambios en las reglas de juego. Esas condiciones, a las que se suman perspectivas cada vez más inciertas sobre el rumbo económico de corto y mediano plazo, vienen empujando hacia la puerta de salida a varias empresas multinacionales.

“La incertidumbre es enemiga de la inversión. Lamentablemente, eso puede hacer que la tendencia del éxodo de varias empresas se mantenga o incluso se profundice en los próximos meses, sobre todo si el rumbo económico se vuelve aún más impredecible”, dijo Sigaut a El País. (Fuente El Pais.)

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