Caos logístico: puede salir más caro el flete desde China que la mercadería

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Cámara de Comercio le planteó al gobierno pagar los impuestos sobre la importación con un ficto que tome en cuentas los precios de origen en China para mitigar el impacto del explosivo aumento de los fletes marítimos El presidente de la Cámara de Comercio y Servicios (CNCS), Daniel Sapelli, lo definió hace un tiempo como una “tormenta perfecta”. Los comerciantes e importadores de varios países -incluido Uruguay- ven cómo la crisis logística se agrava y con ellos los costos de los distintos bienes. En diálogo con El Observador, Sapelli repasó cómo se llegó a una situación crítica para muchos rubros, al tal punto hay casos donde el precio del flete supera al de la propia mercadería. Esto ha llevado a distintos mayoristas a frenar sus decisiones de compra o que los precios de distintos artículos puedan hasta duplicarse en el mercado interno. El titular de la Cámara de Comercio se reunió con el presidente Luis Lacalle Pou para plantearle directamente esta inquietud hace un par de semanas. Según relató Sapelli, el mandatario fue receptivo al planteo y encomendó abordar el tema con la Administración Nacional de Puertos (ANP) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). La propuesta de los comerciantes es que los impuestos sobre la importación considere el valor FOB (sin fletes y seguro) o fijar un valor ficto en función de los precios de los fletes que se pagaron en promedio antes que estallará la crisis logística global. Cadena de malas noticias El titular de la cámara gremial comercial hizo un raconto de los factores que llevaron a esa “tormenta perfecta” que tiene su punto más crítico con la crisis de la actividad logística (falta de contenedores y barcos) para transportar mercadería de Asia (China básicamente) hacia el hemisferio sur. La revalorización del yuan -alrededor de 10% en el último año- hizo que para los fabricantes chinos se necesitarán más dólares para pagar los sueldos de sus empleados. A esto se sumó una suba generalizada de las materias primas que utilizan los industriales chinos. Y la demanda de productos manufacturados creció con la salida de la pandemia. “Estados Unidos y Europa aceptan precios más altos sin grandes problemas”, aseguró Sapelli. La mayor demanda también trastoca los tiempos de producción, que pasó de un plazo de 30, 60 días, hasta 6 u 8 meses. Asimismo, algunos fabricantes pasaron a pedir el pago por adelanto del 20%, 30% de la mercadería y el saldo contra documentos de embarque. “Hay algunos (fabricantes) que directamente piden el 100% del pago por adelantado porque argumentan que no saben a cuánto puede estar el yuan dentro de 8 meses”, comentó. La incertidumbre ha llevado a que los mayoristas e importadores uruguayos se vean obligados a realizar compras como mínimo con seis meses de antelación, pero esto no asegura ninguna certeza porque tampoco está claro cuándo esa mercadería podrá zarpar de los puertos chinos. Hay casos donde la mercadería puede estar hasta dos meses esperando que un barco tenga disponibilidad y espacio. Cortos de barcos y fletes por las nubes Las grandes navieras aprovecharon el escenario de crisis mundial que provocó el covid-19 para desguazar barcos viejos -que eran poco eficientes o tenían menor espacio y se quedaron con aquellos más modernos que eran más productivos. Sin embargo, tras la reactivación económica, las navieras se “quedaron cortas de barcos” y no tienen hoy cómo responder a la demanda, explicó Sapelli. Además, la distancia y los tiempos de los fletes es otro factor que conspira para los países del hemisferio sur. Un flete entre China y California demanda 15 días frente a los 45 días que suele demorar un barco que cubre una ruta desde la potencia asiática hasta el Río de la Plata.  https://www.elobservador.com.uy/

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