Uruguay analizado por The Washington Post: “Otrora modelo de coronavirus, lucha contra una ola mortal”

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20170114Pablo La Rosa- adhocFOTOS/ URUGUAY/ MONTEVIDEO/ CTI y tratamientos intensivos del Hospital Maciel Uruguay se acerca a la saturación de los centros de salud La actividad humana en los CTI se encuentra en sus límites. Foto: Pablo La Rosa / adhocFOTOS

El prestigioso medio norteamericano, The Washington Post, publicó el pasado 12 de mayo, un artículo firmado por Maite Fernández Simón, donde habla de la situación que enfrenta Uruguay ante la pandemia del coronavirus, subrayando que si bien el país fue un modelo global al respecto, hoy va “en la dirección equivocada”. La nota comienza afirmando que en los primeros días de la pandemia, Uruguay era un modelo global. Los líderes de la nación progresista, estable y de altos ingresos se unieron detrás de medidas científicas para contener la propagación del coronavirus. El bajo número de casos le permitió reabrir escuelas y negocios antes que muchos de sus vecinos más virulentos. Pero ahora la nación de 3,5 millones va en la dirección equivocada. Durante varios días de abril, Uruguay tuvo el recuento diario de casos per cápita más alto del mundo. Más de 92.000 personas fueron diagnosticadas con covid-19 durante el mes, el 42 por ciento del total del país desde el inicio de la pandemia. Las autoridades informaron 1.642 muertes, más de cuatro veces el número de muertos en marzo. El país, encajado entre Brasil y Argentina en la costa atlántica de América del Sur, no ha podido evitar la ola mortal que ahora envuelve al continente. Sudamérica lidera el mundo en nuevos casos y muertes per cápita, y Uruguay lidera Sudamérica en ambos. Los analistas culpan a una variedad de factores, desde un colapso en el distanciamiento social hasta la llegada de la variante P.1, que se generó al lado de Brasil. El popular comentarista deportivo Alberto Sonsol murió en abril, al igual que una mujer embarazada, la primera en el país: “La situación es dramática”, dijo la epidemióloga Jacqueline Ponzo, quien forma parte de un panel interdisciplinario que estudia los datos del coronavirus. “Normalmente no me gusta usar adjetivos para explicar estas cosas, pero realmente es apropiado”. El gobierno ha estado agregando camas de hospital para hacer frente al aumento, pero el sistema de salud está luchando para dotar de personal a las unidades de cuidados intensivos, y el sistema de atención primaria, donde se trata a la mayoría de los pacientes con coronavirus, muestra signos de saturación: “Estamos teniendo un aumento en la mortalidad que probablemente esté ligado a lo estresado que está el sistema de salud”, dijo Arturo Briva, profesor de medicina intensiva de la Universidad de la República, en una conferencia virtual organizada por la universidad. “Nuestro sistema de atención médica puede atender a 650 pacientes muy enfermos. … Si tengo 800 pacientes ingresando, serán admitidos, serán atendidos y el personal hará todo lo posible, pero el sistema no puede hacer algo que no está dentro de sus capacidades “. Se cree que la variante P.1, ahora la cepa predominante en Uruguay y otras naciones sudamericanas, es más transmisible que otras cepas. No se sabe si es más mortal: “Estamos en un momento en el que la medicina intensiva tiene que pedirle al resto de la sociedad que se humanice”, dijo Briva. “No permanecer indiferentes ante que todos los días nos dicen que 40, 50, 60 uruguayos están muriendo de una enfermedad que se puede prevenir si cortamos la transmisión comunitaria”. Las autoridades se han resistido a volver a imponer bloqueos. En marzo de 2020, al inicio de la pandemia, cerraron las fronteras, cerraron escuelas y apelaron al sentido del deber de los uruguayos. El lema era “Libertad responsable” – libertad responsable. Pero 14 meses después, el espíritu se ha desmoronado cuando las personas se reúnen en parques, beben en bares reabiertos y abordan autobuses abarrotados para ir a trabajar. Las implicaciones económicas de un duro bloqueo no pasan desapercibidas para los uruguayos, que recuerdan los días oscuros de la crisis económica de 2002. La economía se contrajo casi un 6 por ciento en 2020; 100.000 personas cayeron por debajo del umbral de la pobreza. Un panel asesor presidencial encontró que los uruguayos perciben que el riesgo ha aumentado desde febrero. Pero su estudio también mostró que la gente todavía se mostraba reacia a renunciar a actividades como pequeñas reuniones sociales. “Tengo la sensación de que no hemos entendido completamente la situación”, dijo Alejandra López, profesora de psicología de la Universidad de la República que dirigió el estudio. “Me preocupa la normalización, que nos vayamos acostumbrando a 70, 80 o 90 muertes diarias”. Uruguay se está vacunando rápidamente, más de un tercio de la población ha recibido al menos una inyección y una cuarta parte está completamente inoculada, pero no lo suficientemente rápido. Los analistas han advertido sobre los peligros de realizar una campaña de vacunación en medio de altos niveles de contagio. “Cuando tienes transmisión comunitaria, es un escenario óptimo para la aparición de variantes peligrosas”, dijo Ponzo. “Estamos completamente expuestos a la aparición de una ‘variante uruguaya’. Pero si además le sumamos que el virus está en contacto con nuestra inmunidad, que está en pleno movimiento, la probabilidad de que este virus desarrolle fuerzas para atacarnos más. aumenta severamente “. Hizo hincapié en que las vacunas por sí solas no acabarán con la pandemia; deberían ir acompañadas de medidas continuas para contener la propagación comunitaria. Los primeros días de mayo han visto una ligera reducción de casos; las clases presenciales se reanudan por etapas. https://www.uypress.net/

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