Revelan un misterio de 140 años sobre el apareamiento de las arañas marinas gigantes de la Antártida

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Biólogos de Hawái resolvieron la incógnita detrás del comportamiento reproductivo de la Colossendeis megalonyx, la araña marina gigante de la Antártida. Investigadores de la Universidad de Hawái resolvieron una de las incógnitas sobre el comportamiento reproductivo de las arañas marinas gigantes de la Antártida. El equipo partió de su isla cálida hasta el territorio congelado para recopilar algunos especímenes y estudiar de cerca el proceso de incubación de sus crías, tras un largo silencio de 140 años.El estudio sobre el comportamiento reproductivo de la Colossendeis megalonyx fue publicado en la Revista Ecology, del Ecological Society of América. El reporte concluye que las arañas gigantes de la Antártida son más cuidadosas, precavidas y protectoras de lo que se pensaba. La literatura científica disponible sobre la C. megalonyx aclara que solo los machos de la especie cuidan los huevos fertilizados que contienen su descendencia y los llevan consigo a todas partes a través de estructuras especiales localizadas en sus enormes extremidades. Aunque la ciencia ha descrito con precisión sus comportamientos de “padre”, nadie ha visto a esta especie realizando las conductas predichas.

Video de youtube: https://www.youtube.com/watch?v=ejayKNhfudE

Huevos ocultos por algas

El equipo de Hawái acudió a una expedición polar en octubre de 2021 donde consiguieron atrapar a un grupo de arañas gigantes que parecían estar apareándose. Lo especímenes fueron llevados a tanques especiales para ser observados por los académicos en sus laboratorios. “Para su sorpresa, dos grupos de apareamiento diferentes produjeron miles de huevos diminutos. En lugar de cargar a los bebés hasta que eclosionaron, como ocurre en la mayoría de las especies de arañas marinas, uno de los padres pasó dos días fijando los huevos al fondo rocosos, donde se desarrollaron durante varios meses antes de eclosionar como larvas”, puntualizó un comunicado oficial de la Universidad. Los huevos tenían características propias de una especie que desova en la superficie. Por ejemplo, estaban cubiertos de algas microscópicas, una característica que funcionaba como un camuflaje marino ideal. Para los investigadores, que la araña gigante marina de la Antártida pueda ocultar sus huevos a simple vista explica porqué nadie en 140 años los había visto antes. Es importante destacar que los Colossendeis megalonyx no son arácnidos en el sentido estricto de la palabra, sino animales marinos de ocho patas pertenecientes a la clase Pycnogonida. Están emparentados más estrechamente con los cangrejos herradura que con las arañas terrestres. La especie es particularmente grande, considerando las condiciones climáticas en las que se desenvuelve. Mientras que la mayoría de los animales marinos en el polo se compactan, los picnogónidos desarrollaron patas que en su conjunto miden hasta 50 centímetros. Las arañas gigantes marinas son animales saprófagos que se alimentan de residuos y desempeñan un papel fundamental en la cadena alimentaria de su ecosistema. Utilizan una probóscide para picar a los animales del fondo del océano, como anémonas o seres bentónicos, a través de la cual absorben su alimento. Los animales que habitan las zonas polares suelen estar más ocultos que los que viven en lugares cálidos. Por esta razón, biólogos y expedicionistas informan con frecuencia el descubrimiento de nuevas especies que parecen sacadas de un libro de literatura fantástica. Recientemente, la ciencia dio la bienvenida a la Promachocrinus fragarius, una pluma de mar con 20 brazos y 20 centímetros de longitud, cuya cabeza tiene forma de fresa. (Aporte de Roberto Bardecio Olivera.) https://es.wired.com/

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