No es el primer verano en que sucede. El calor podría aumentar el riesgo de ataque.
Al menos dos personas resultaron mordidas por estos peces en el Lago de Salto Grande, concretamente en la zona de Villa Constitución y en la zona de Corralito.
Según informa el periódico local Cambio, uno de los ataques fue sufrido por una mujer llamada Patricia Maureen, a quien las pirañas mordieron en los dedos de los pies. El otro caso fue el de un pescador llamado Carlos. “Estaba con el agua a la altura de la cintura y sentí dos mordidas una en el dedo gordo del pie y otro en el anular”, relató en declaraciones citadas por el mencionado medio.
Los ataques de pirañas -o palometas, como se les llama en la zona- no son comunes a esa altura del Río Uruguay, pero tampoco excepcionales. En el verano de 2014 se reportaron varios casos de mordeduras a bañistas en la costa de Concordia, Argentina, lo que llevó a que se adoptaran medidas de parte de las autoridades de esa localidad, como la colocación de una malla de protección en la zona de playas.
Hasta ese momento los pescadores solo creían que la palometa piraña se encargaba de romper las artes de pesca y comerse los peces chicos, pero no se habían informado ataques a personas. En el río Uruguay hay dos especies de palometas, la “spilopleura y nattereri”, la primera conocida vulgarmente como palometa amarilla o piraño y la segunda como palometa-piraña. Son peces presentes en Uruguay medio e inferior. Ambos tipos de palometa forman parte de la publicación “Peces del río Uruguay”, realizada por la Comisión Administradora del Río Uruguay en 2008, tratándose en ambos casos de peces carnívoros y muy agresivos. En la zona llegan a alcanzar como máximo 25 a 30 centímetros de largo.
Si bien los casos reportados son de lesiones superficiales, las mordidas producen intenso dolor y pueden desencadenar infecciones. Según la CARU, el calor intenso hace que las palometas se vean aturdidas y esto puede hacer que -asustadas y desconcertadas- muerdan a los humanos.
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