Planes para el puerto: “una política comercial agresiva” hacia la región y bajar el “stress financiero” (PARTE I)

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Juan Curbelo pasó con el cambio de gobierno de director a presidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP). En base a su experiencia, trazó las prioridades para el quinquenio, enfocadas en una “política comercial agresiva” que intente ganar competitividad —en el precio de las tarifas, así como en los tiempos y calidad del servicio— en todo el sistema de puertos. A los pocos días de asumir, el mundo se paralizó por el coronavirus. “Se generó un perjuicio en el comercio internacional y se ven resentidos todos los puertos del mundo”, analiza Curbelo. Es viernes de tarde y está en la ruta, luego de entregar canastas para los trabajadores de la estiva de Paysandú y Fray Bentos. Dice que “la realidad ha cambiado”, pero ya piensa en el día después y cree que estará “obligado a ser más profundo en las medidas que pensábamos implementar”. Habla con preocupación de lo financiero —hay cantidad de obras en marcha que “le generan a la ANP una situación de un alto stress financiero”— y apuesta a renegociar la obra del puerto pesquero de Capurro. También por zanjar el diferendo con Katoen Natie, firma belga que tiene a través de Terminal Cuenca del Plata (TCP) la única terminal de contenedores especializada del puerto de Montevideo —el Estado es socio y tiene 20% de la empresa— y anunció una demanda por US$ 1.500 millones por incumplimiento del tratado de inversiones con la nación europea. A su vez, tiene un objetivo en la mira: “captar toda la carga que se pueda de la región, en particular de Paraguay y Bolivia”. Sobre estos y otros temas habló con El País el presidente de la ANP. A continuación, la entrevista completa a Curbelo, de la que se publicó un resumen en la edición impresa de hoy.

Recorrida por puertos del interior y entrega de canastas

El viernes Curbelo estuvo recorriendo las terminales de Paysandú y Fray Bentos. “Tomamos la decisión de instrumentar unas canastas alimentarias para los trabajadores de la estiba, tanto del puerto de Paysandú como de Fray Bentos. Trajimos 150 canastas. Son trabajadores que están atravesando una situación complicada en lo laboral, creemos que de la cadena de logística portuaria estas personas han sido las más afectadas, y quisimos simbólicamente ayudar. Sabemos no les soluciona la vida, ni responde a todas las necesidades que tienen, pero creímos era la mejor manera de que sepan que los reconocemos y sabemos de las dificultades que atraviesan”. Además, contó que llevó “buenas noticias” a Fray Bentos, porque en mayo “comenzarán nuevamente las operaciones del sector de la madera, con la exportación de pinos hacia India y China” utilizando esta terminal. “Para nosotros el puerto de Fray Bentos es apto y está en condiciones de ser una de las principales salidas para la madera”, señaló el presidente de ANP. La jornada de recorrido culminó en Nueva Palmira, donde Curbelo mantuvo “reuniones con distintos operadores para evaluar cómo se está transitando el comienzo de la cosecha y la salida de granos por el que es nuestro principal puerto granelero”.

—¿Cómo afectó al puerto la pandemia del COVID-19 y qué medidas debieron tomarse?
—Tiene varias respuestas la pregunta. Hay un denominador común: estamos ante una situación irregular, que ha generado un perjuicio a nivel mundial en todos los aspectos, siendo uno el comercio internacional, que se ha resentido notoriamente y todos los puertos del mundo se han visto afectados, los nuestros también. Lo que resolvimos en su momento, eran decisiones que tenían que ver con priorizar la salud y mejorar las condiciones (para el trabajo). Lo segundo era el mantener, dentro de nuestras posibilidades, el comercio exterior. Dijimos vamos a preservar salud de los trabajadores nuestro y de las distintas empresas, pero la premisa fue mantener los puertos abiertos y todas las operaciones portuarias. Obviamente que no se hacen con absoluta normalidad pero no hubo ninguna operativa portuaria que no se desarrollara. También tomamos decisiones: una disminución notoria en plantilla de trabajadores que se mantiene hasta 30 de abril. Se trabaja con guardias y un mínimo de personal, donde están excluidos los mayores de 65 años o los que tengan alguna enfermedad preexistente, y con el resto se instrumentó una serie de grupos a través de las gerencias para que haya una rotación del personal. Esto es con los funcionarios de la ANP, los de la actividad privada también están manteniendo los servicios con algún tipo de restricción. Pero toda la operación portuaria se está desarrollando con esa cierta normalidad, o en la medida de las posibilidades de los trabajadores que estamos teniendo ,de trabajadores que se mantiene hasta 30 de abril. Se trabaja con guardias y un mínimo de personal, donde están excluidos los mayores de 65 años o los que tengan alguna enfermedad preexistente, y con el resto se instrumentó una serie de grupos a través de las gerencias para que haya una rotación del personal. Esto es con los funcionarios de la ANP, los de la actividad privada también están manteniendo los servicios con algún tipo de restricción. Pero toda la operación portuaria se está desarrollando con esa cierta normalidad, o en la medida de las posibilidades de los trabajadores que estamos teniendo.

—¿Cuánto estima que afectará esta situación al movimiento del puerto?

— No estoy en condiciones hoy, sí a fin de mes, de saber con exactitud el impacto con los números finos. Sí está claro que ha impactado en todos los rubros y actividades. Entonces el impacto se va a sentir y a notar. En ese sentido, hemos tomado algunas medidas que tienen que ver con diferir el pago del canon de los permisarios y concesionarios en un 50% en los meses de abril, mayo y junio; y diferir el pago del 100% del canon de los permisarios en los distintos puertos nuestros, hablamos del puerto de Colonia y de Montevideo. Esto para la ANP significa un esfuerzo importante, pero lo hemos hecho porque sabemos las dificultades de las empresas y el stress financiero y no podemos mirar para el costado. Tomamos una serie de medidas que tienen que ver con ir en esa línea de trabajo, de mitigar el impacto económico y diferir los pagos.

—¿Esto lleva a recalibrar los objetivos que se había trazado para el quinquenio?

— Es notorio que a partir de la declaración de la pandemia del coronavirus la realidad ha cambiado. Pero nos tenemos que reafirmar en los objetivos, en el sentido de reordenar lo que tiene que ver con la ANP y nuestro presupuesto, para enfrentar y tratar de colaborar con el buen funcionamiento de las distintas empresas. Porque todas las empresas de la cadena logística y portuaria están claramente sintiendo el impacto.

—¿Cuáles son esos objetivos primarios que dice deben reafirmarse?

—Por un lado hay que ver la situación en este contexto y por otro el día después. El día después nos obliga a ser más profundo en los cambios y medidas que íbamos a implementar, en el sentido de mejora de la calidad del gasto de la ANP y lograr el objetivo de mejoras en la competitividad. Debemos ir hacia puertos competitivos que brinden la mejor calidad en servicios, que tengan buena infraestructura y puedan captar carga de la región que está en permanente competencia. El objetivo es ir gradualmente hacia un puerto (en Montevideo) de 14 metros de profundidad, eso significa un gran desafío pero también una gran oportunidad porque es posicionar a Uruguay y al puerto de Montevideo como una terminal altamente competitiva en la región y que puede obtener carga de países limítrofes que salgan en grandes buques por Montevideo. Es un desafío que no solo lo tiene que asumir la ANP, sino que pretendemos lo asuma la comunidad portuaria en su totalidad, las distintas empresas y operadores se tienen que alinear y tomar como propio el desafío de la mejora en la competitividad. También planteamos y somos fuertes defensores de la descentralización, que implica mejoras en la calidad de la infraestructura, porque creemos en los puertos del litoral y estamos convencidos de su desarrollo. Por eso aspiramos y pretendemos que mucha de la carga de la región pueda salir por estos puertos, y para eso debemos mejorar las condiciones de infraestructura pero sobre todo tener condiciones comerciales que hagan rentables esas actividades económicas.

—¿Qué se debe mejorar para captar más carga de la región? En 2017 llegaron a acumularse 4.000 contenedores en tránsito de carga paraguaya y desde ese inconveniente ha caída la mercadería en transbordo.

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