Según el Dr. John Moreau, geomicrobiólogo de la Universidad de Melbourne y líder del equipo, los resultados obtenidos por el grupo confirman la presencia de bacterias en el hielo marino con la capacidad genética para convertir el mercurio en la forma más tóxica.
Los investigadores sostienen que estos resultados ponen de relieve la importancia de eliminar la contaminación por mercurio del medio ambiente, y de seguir las recomendaciones actuales para limitar el consumo de ciertos tipos de pescado.
“El mercurio tiene un largo ciclo de vida en la atmósfera, hasta de un año”, explica el Dr. Robyn Schofield, coautor del estudio. “Esto significa que el mercurio liberado a través de la quema de combustibles fósiles en países ubicados a 3000 km desaparece en la atmósfera y termina en la Antártida.”
“La deposición de mercurio en el mar se produce durante todo el año, pero aumenta en la primavera antártica, cuando la luz del sol provoca reacciones que aumentan la cantidad de mercurio que cae sobre el hielo marino y el océano”, añade Gionfriddo.
El Dr. Moreau hizo hincapié en la importancia de lograr una mayor comprensión de esta situación, en particular en un clima más cálido y cuando el agotamiento de algunas poblaciones de peces está haciendo que más compañías pesqueras miren hacia el Sur.- (Foto: Hielos antárticos. Universidad de Melbourne).-(www.fis.com)