CONVERTIR EL PLÁSTICO EN PETRÓLEO, LA SOLUCIÓN PARA SALVAR LOS OCÉANOS

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Tal vez no aún no le conozcan, pero este hombre está a punto de hacer historia… Adrian Griffiths ha transformado un vertedero situado a unos 130 kilómetros al oeste de Londres en un gigantesco laboratorio donde trata de convertir en aceite lo que en su día fue petróleo; el plástico. Griffiths, director general de Tecnologías de Reciclaje en Swindon -una pequeña ciudad en el suroeste de Inglaterra-, está probando un invento con el que espera salvar los océanos del mundo de los miles de toneladas de residuos de plástico que navegan a la deriva amenazando el futuro del planeta. También espera, claro está, que su genialidad le haga millonario, tal y como recoge Bloomberg. Su máquina, del tamaño de una cancha de tenis, transforma todo tipo de productos hechos a base de petróleo -film transparente, ropa de poliéster, alfombras, electrónica- de nuevo en un hidrocarburo. Tarda menos de un segundo, y el combustible resultante, denominado Plaxx, se puede utilizar para volver a fabricar plástico o para propulsar los gigantescos motores de los barcos. “Queremos cambiar la historia del plástico en el mundo”, explica entusiasmado Griffiths. Swindon, la ciudad donde trabaja, procesa cerca de 2,4 toneladas de residuos plásticos cada día como parte del proyecto piloto. Para quienes financian esta empresa, entre los que se incluye el Gobierno de Reino Unido -además de otros 100 inversores privados-, esta tecnología podría revolucionar la gestión de los residuos plásticos a nivel mundial. La máquina utiliza una técnica de reciclaje químico desarrollado en la Universidad de Warwick para procesar residuos plásticos sin necesidad de una clasificación previa, algo que hasta ahora se había convertido en el gran obstáculo que impedía que el reciclaje fuera económicamente viable a gran escala. El proyecto de Griffiths es único, ya que no se dirige a un tipo específico de plástico, sino que busca encontrar una solución para la llamada sopa de plástico. Se calcula que en el año 2050 habrá en el océano más toneladas de plástico que de peces, según un estudio de la Fundación Ellen MacArthur, que promueve una economía que convierta los residuos en recursos. “Podría ser un elemento de cambio real”, apunta Patricia Vangheluwe, directora del consumidor y asuntos ambientales en Plastics Europe, una asociación comercial que representa a más de 100 productores de polímeros, incluyendo BASF y Dow Chemical. “Esta es una gran manera de conseguir que los plásticos que usted no sería capaz de reciclar con la tecnología actual, o hacerlo de una forma más o menos económica, vuelvan de nuevo a la economía circular”, añade. A día de hoy, solo el 10% del plástico usado se vuelve a procesar porque es más barato bombear petróleo de los yacimientos, especialmente después del desplome que ha experimentado los últimos años el precio del crudo. El 90% restante se incinera, se almacena en vertederos, o, simplemente, se vierte en los océanos. Ante este oscuro panorama, un exdiseñador de coches de línea de montaje, Griffiths, quiere producir en masa su máquina, llamada RT7000, para luego venderla o alquilarla. El transporte parece sencillo. Según su inventor, la máquina se puede meter en cinco contenedores para que sea transportada al foco del problema, como una playa en un país en desarrollo, donde acaba gran parte de la basura que se produce. Griffiths quiere tener un centenar RT7000 en funcionamiento en 2025. De hecho, el condado de Perthshire, Escocia, empezará a usar una de estas máquinas, con la que espera convertir 7.000 toneladas de residuos plásticos al año en 5.000 toneladas de Plaxx, el próximo año. Quien sabe, quizá Griffiths consiga salvar el planeta con su invento. Ojalá… (CARLOS SERRANO ORTEGA – EL ECONOMISTA)

 

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