Consultora: se ignora si bajó la contaminación del agua en el Santa Lucía

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Para estudio pedido por el gobierno debería haber parámetros y no hay. Un estudio técnico encargado por el gobierno para determinar el nivel de efectividad de los planes para mejorar el agua en el río Santa Lucía y en la Laguna del Sauce, sostiene que no hay manera de determinar si han sido efectivos. El trabajo se denomina “Informe de situación de las medidas que se están implementando para el aseguramiento de la potabilización del agua del sistema de abastecimiento de Montevideo y Laguna del Sauce”, y fue elaborado por los técnicos Carlos Amorín y Santiago Larghero de la consultora “Estudio Ingeniería Ambiental”. En sus conclusiones el trabajo señala que “si bien el objetivo principal de las medidas es la formulación y ejecución de acciones para el control, detección y reversión del proceso de deterioro de la calidad del agua para asegurar el uso sustentable, no se ha establecido ninguna forma de medir el avance hacia este objetivo ni ningún tipo de indicador que permita asegurar que las medidas cumplen con dicho objetivo principal”. “Esto deja que el éxito de los planes solo pueda ser medido en función de los avances de cada una de las medidas por sí mismas, sin que se pueda ver cuáles de ellas son realmente funcionales al objetivo y cuáles son de acompañamiento, y por tanto, pueden tener demoras en su ejecución”, agrega el trabajo que tiene una extensión de 85 páginas. El análisis fue realizado por encargo de la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea) y fue culminado en mayo pasado. “La falta de indicadores adecuados para medir las mejoras en los niveles de contaminación eutrófica, que podría estar alcanzando el conjunto de medidas, deja como único indicador de éxito el que no se repitan de nuevo en el futuro eventos de sabor y olor en el agua potable. Y si bien es esperable que el avance en la ejecución de las medidas traiga como consecuencia una disminución en la frecuencia de las floraciones algales, el control de futuros eventos de sabor y olor está más relacionado con las medidas que viene aplicando la OSE, que con los avances en los planes”, señala el estudio. Y menciona como ejemplo que no se ha establecido cuál sería el nivel de fósforo aceptable en el agua. La contaminación eutrófica tiene sus causas en el incremento de la concentración de nutrientes en los cuerpos de agua: nitrógeno y principalmente fósforo. Esta mayor concentración de nutrientes genera floraciones algales, las que, a su vez, provocan problemas en los procesos de potabilización del agua, tanto en forma directa (taponamiento de los filtros, por ejemplo) como indirectamente, a través de la generación de microtoxinas. De todas formas, los autores consideran un efecto positivo de los planes que hayan permitido tomar consciencia de la problemática a muchos actores que están distantes de ella, lo que a mediano y largo plazo puede tener un efecto positivo. Los técnicos entienden que, más allá de lo que ha pasado en los tambos, el resto del sector agropecuario “no ha asumido su cuota aparte en los costos de la contaminación que genera, estando las medidas relacionadas con este sector, muy demoradas. De hecho, apenas se ha comenzado a trabajar en un área muy reducida de la cuenca del río Santa Lucía, lo cual es totalmente insuficiente desde cualquier indicador de gestión que se adopte”, sostienen.

Imposible saber.

Los autores del trabajo reconocen, con respecto a la cuenca del río Santa Lucía, que se han producido avances significativos en la implementación de los diferentes planes, pero señalan que “no es posible afirmar aún si se ha cumplido con el objetivo de mejora ambiental en la cuenca, o con el objetivo más acotado de reducir la contaminación eutrófica en el agua utilizada en la potabilización, ya que no se partió de una línea de base de calidad de agua, ni se definieron indicadores de calidad a ser alcanzados para permitir una verificación objetiva del avance del Plan”. De todas maneras, reconocen que “esto último no desmerece el hecho de que el Plan exista y que se haya puesto en funcionamiento, y que diferentes organismos, a sus ritmos, estén coordinando acciones para atender una problemática que tiene larga data en el país y que se ha visto incrementada en los últimos años”. En relación al sistema de la Laguna del Sauce, los técnicos señalan que si bien está más comprometido al ser más simple y estar más estudiado, las medidas correctivas pueden ser de implementación más sencilla y también será más simple conseguir avances.  Los investigadores también consideran que se puede afirmar que los principales costos de la contaminación eutrófica siguen siendo soportados por la OSE (o sea por los usuarios), porque la empresa pública ha visto encarecerse los procesos de potabilización que requieren mayores sistemas de control. “Si los planes tienen éxito en la reducción de la contaminación eutrófica, es posible que en el largo plazo exista un alivio en los costos de potabilización para la OSE, aunque se trata de un posibilidad algo incierta”, señalan las investigadores. El sector industrial ha asumido los costos, no así el agropecuario, señalan. El punto a mejorar es el control de los efluentes en los tambos chicos. Los autores del trabajo entienden que el control de los efluentes de los tambos se presenta como clave para el control de la contaminación eutrófica ya que son fuentes dispersas y su afectación es mayor que las de las fuentes difusas. Sin embargo, entienden que “bajo la modalidad de actuación propuesta, las mayores fuentes serán controladas en el mediano plazo, (pero) representan un porcentaje muy menor de la cuenca”. “La regulación de los establecimientos lecheros menores a 500 vacas va a demorar mucho más enimplementarse y es posible que su situación siga incambiada por mucho tiempo, a pesar de que representan más del 75% del rodeo lechero de la cuenca”, entienden. Por tanto, se entiende que el control se encuentra implementado muy parcialmente, y aunque se han encaminado algunas soluciones, es posible que no exista una reducción real del aporte de nutrientes por parte de los establecimientos lecheros en el mediano plazo, agrega. Florida y Canelones, ribereños del río Santa Lucía, tienen muchos tambos. Los técnicos dicen que hoy se puede afirmar que los tambos con menos de 500 vacas en ordeñe, no tienen una obligación de realizar ningún tipo de control de sus efluentes. http://www.elpais.com.uy

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