El Capitán Miranda vuelve por más millas y saldrá en una aventura de cinco meses

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El buque escuela zarpará el 23 de mayo con más de 80 tripulantes. La primera vez que Diego Grolero viajó en el Velero Escuela Capitán Miranda fue en 1991 como guardamarín instructor, y se cansó de firmar autógrafos. Cada vez que atracaban en un puerto los invadían coleccionistas que llevaban revistas y fotos del buque, y pedían a la tripulación que dejaran su rúbrica de recuerdo.

“El turismo marítimo de Europa y Estados Unidos nos es ajeno y uno se asombra por el cariño que el barco despierta en el mundo”, dice Diego Grolero, hoy comandante del Capitán Miranda. Este será su tercer viaje ocupando esa jerarquía, pero el primero en el barco insignia de Uruguay. “Es un sueño cumplido para todos los que pasamos por aquí después de la Escuela Naval”. Ayer hubo un coctail al caer el sol y se recibió a autoridades nacionales en el Capitán Miranda para anunciar que este barco escuela vuelve al ruedo después de la mayor reparación que tuvo en 89 años de vida: se invirtieron 3,5 millones de dólares para su reconstrucción que llevó cinco años e implicó el desarmado completo.

En 2018 zarpó por dos meses e hizo paradas en Brasil y Argentina. Esta “prueba de mar” fue superada tras varias noches de tormenta. Se corrigieron detalles y se mejoró la presentación de cara al ambicioso viaje que comienza el 23 de mayo: el recorrido de cinco meses totalizará 15.194 millas, y se anclará en puertos de Brasil, Panamá, México, Cuba, Estados Unidos, República Dominicana, y Puerto Rico. Es un hecho significativo porque implica “retomar una senda perdida después de 10 años, donde ondearemos el pabellón nacional y llevaremos la tradición uruguaya por el mundo: música, arte, gastronomía e idiosincrasia. Este barco es el Estado como nación con velas. Es decir, es territorio uruguayo jurídico, como una embajada, y portador de gran simbolismo”. El XXXI viaje de instrucción del Capitán Miranda tendrá un plus: el Paseo por los Sentidos, programa ejecutado por Uruguay XXI. Habrá en el buque durante todo el trayecto productos nacionales con el respaldo de Marca País, y se mostrarán en los eventos a realizarse en los distintos puertos con miras a promocionar a Uruguay en el mundo.

Emblemático

Este embajador itinerante de los mares se construyó en los astilleros españoles de Matagorda (Cádiz) en 1930 con una función hidrográfica, hasta que en 1977 se convirtió en un buque escuela. Dicha transformación hizo que adquiriera una silueta inconfundible. Esos prototipos únicos en el mundo sumado a su longevidad permitieron que cobrara renombre universal. “Hay otros barcos mucho más grandes pero se volvió representativo por lo distinto, lo exclusivo y la antigüedad. Tiene una historia tan rica que es insustituible”, señala Grolero. El comandante cuenta que las experiencias por el mundo han sido sublimes. “Los puertos en otros países están diseñados distintos al de Montevideo, que es comercial, entonces atracás en medio de la ciudad, la gente circula por la vereda, se saca fotos, igual que cuando está en la bahía de Punta del Este. Están felices de que esté ahí porque embellece el entorno”.

Viaje 3.0.

Este 23 de mayo se embarcarán 82 personas: 13 oficiales (plana mayor), 41 subalternos, y 28 guardiamarines de instrucción. Hay, además, invitados de Estados Unidos, España y Alemania. Anclarán en veinte puertos de países americanos. La última vez que el Capitán Miranda hizo un viaje similar fue en 2010, sin WhatsApp de por medio. Y Grolero intuye que la tecnología “cambiará todo”. El comandante no llamaba por teléfono en los ‘90; escribía cartas y llegaban un mes después. “En Rusia había que esperar dos días para hablar por teléfono. A los jóvenes les parece una locura pero era más romántico y aventurero que hoy. El tiempo se sentía más”.  https://www.elpais.com.uy

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