El proyecto contempla que siete trenes diarios transiten por el puerto en Montevideo. Mediante las resoluciones de autorización firmadas por la ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de Argentina, Eneida De León, el 10 de mayo para el terminal de carga que operará en puerto de Montevideo y el 14 de mayo para la planta de celulosa en Durazno, según informó El Observador. Tras emitir las resoluciones, la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) de Uruguay otorgó la viabilidad ambiental al terminal de carga que se instalará en el puerto de Montevideo. Asimismo, para la planta de celulosa que prevé instalar la finlandesa UPM en Pueblo Centenario, en Durazno. La divulgación, se efectuó un día antes del encuentro que sostuvieron este 17 de mayo el CEO de UPM, Jussi Pesonen, y el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez. A la instancia se sumaron directivos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), organismos que financiarán el proyecto del ferrocarril central. El pasado 1 de mayo, en la última audiencia pública que se hizo en Paso de los Toros, el gobierno defendió junto a las autoridades de UPM la instalación. En la instancia, el director nacional de Medio Ambiente, Alejandro Nario, aseguró que “el proceso ha sido transparente. Todo ha sido publicado en el Observatorio Ambiental de la Dinama”. Sin embargo, allí la oposición de cientos de vecinos de la zona como la de los ambientalistas se hizo sentir.
Nivel de producción
El terminal de UPM -que operará la subsidiaria Tebesur S.A.- en el puerto de Montevideo contempla la construcción de un muelle, un almacén, un área cubierta para la descarga de producción, un parque de tanques, edificios de oficinas, así como vías férreas abiertas. Este último es un punto clave del proyecto, ya que por allí pasarán siete trenes diarios: seis con pulpa de celulosa y uno con sustancias químicas o combustible. Cabe mencionar que el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) para el desarrollo de UPM concedió la autorización para una producción de 2,1 millones de toneladas de celulosa anuales, ampliables a 2,3 millones de toneladas. En ese sentido, la normativa indicó que UPM contará con dos años para poner en marcha las obras, sino la autorización ambiental quedará sin efecto. Mientras, que toda variación sobre el proyecto original deberá ser comunicada a la Dinama. También la resolución ministerial establece que “se deberá implementar un plan general de monitoreo de las condiciones ambientales, que sirva para delinear la situación preoperativa del área de influencia y permita realizar el posterior seguimiento de las distintas fases del proyecto”. En este sentido, el texto planteó que las “dimensiones a cubrir” serán la calidad del agua y los sedimentos del río Negro. De esa manera, los planes de monitoreo tendrán que ser presentados por la firma finlandesa en los próximos seis meses. Esto debido a que el objetivo del Mvotma es contar con indicadores de no menos de dos años antes de que empiece a operar la planta y al menos uno antes de que empiece la construcción. Por otra parte, la autorización ambiental para la planta de celulosa también exige que UPM implemente y mantenga un sistema de transporte de ómnibus entre Pueblo Centenario y Paso de los Toros para estudiantes durante el año lectivo, como “medida de compensación por un conjunto de afectaciones a la seguridad vial y a los modos de vida de la población de tales localidades”. Dicho sistema deberá estar operativo desde la construcción y durante toda la vida útil del proyecto. En caso de que se constaten impactos ambientales “no previstos”, UPM deberá “proponer medidas de mitigación o compensación”. En cuanto a la resolución ministerial que requiere a la terminal portuaria de UPM en el puerto de Montevideo se establecieron las mismas condiciones que en el caso de la planta de celulosa, en términos de plazos de monitoreo y pasos a seguir si se constatan impactos ambientales no previstos. https://www.mundomaritimo.cl
