Rescate a los náufragos del Esquel

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Al comenzar el día 13 de noviembre de 1965 el entonces Buque Hidrográfico ROU “Capitán Miranda” zarpó del puerto de Montevideo con rumbo a Río Grande, Brasil, al mando del Capitán de Fragata Ebert Hugo Grasso, en cumplimiento de una misión impuesta por la Inspección General de Marina. Hacía pocos días que el buque había salido de dique, donde se le practicaran reparaciones mayores, y su planta de máquinas no había aún sido probada totalmente.

A escasas nueve horas de iniciada la navegación se detectaron insuficiencias en el circuito de aceite del motor propulsor, lo que obligó a fondear en dos oportunidades para su reparación. A las 1945 horas, en proximidades de Cabo Polonio, la nave debió alejarse de la costa y prepararse para capear un temporal que comenzaba a insinuarse con vientos fuertes y mar arbolada. Esta situación de capeo se mantuvo hasta las 1815 horas del 14 de noviembre.

Entretanto, a las 1430 horas de ese día la estación Cerrito Radio había recibido un pedido de auxilio (o S.O.S.) del “Esquel”, barco mercante argentino de 50 metros de eslora, al mando del Capitán Néstor Fabiani, el cual con quince tripulantes a bordo intentaba capear el mismo temporal en una zona situada a 30 millas Sur-Sureste del Faro de Chuy. Por efecto del fuerte oleaje, la nave estaba embarcando agua a un volumen mayor que su capacidad de achique, se encontraba notoriamente escorada, estimando su Capitán que en esas condiciones meteorológicas adversas el naufragio sería inevitable. Cerrito Radio comunicó lo recibido a la Prefectura General Marítima, y alertó a todas las embarcaciones que pudieran estar presentes en la zona o sus aledaños. Estos resultaron ser los mercantes “Río Belgrano” y “Fletero” de bandera argentina, “Del Norte” estadounidense, y “Cebollatí” uruguayo, y los buques militares HMS “Protector”, ROU “Artigas” y el “Capitán Miranda”, quien como buque más próximo asumió la responsabilidad de Comando en Escena. Simultáneamente, se ordenó la zarpada de la Patrullera PS-1 surta en el puerto de Punta del Este, y el decolaje de dos aviones navales de la Base Capitán Curbelo. Mientras la PS-1 se dirigía a la zona, las aeronaves peinaron el mar adyacente hasta las 2000 horas, en que se vieron obligados a regresar sin haber divisado al “Esquel”. Mientras el “Capitán Miranda” se dirigía al rescate, el temporal arreció, escalando los vientos hasta superar los 80 kph, con chubascos que redujeron la visibilidad de tres millas a cero en ocasiones. Cerca de las 2230 horas, el Capitán Fabiani ordenó abandonar el “Esquel”, abordando todos sus tripulantes el pequeño bote de salvamento. A las 2340 el “Capitán Miranda” arribó al punto de la última posición conocida de los náufragos, iniciando una búsqueda meticulosa y con precaución, ya que debido a la pésima visibilidad se corría el riego de embestir el pecio del “Esquel” o el bote de sus sobrevivientes.

El lunes 15 de noviembre de 1965 comenzó con las características de su antecesor: vientos fuertes arrachados del Sur, chubascos y mar arbolada; con el “Capitán Miranda” buscando y con los demás buques acudiendo en ayuda. A las 0210 se avistó abordo una señal luminosa tenue sobre la amura de Babor. El Timonel, creyendo confundir el destello con el reflejo en los vidrios de la timonera del cigarrillo del Capitán Grasso, le gritó “…Comandante, ¡no pite!…”, y unos instantes después, al trepar la ola se volvió a divisar la señal. Por efectos del viento y la mar, el buque se vio obligado a dar una caída más larga por Estribor para dejar al bote al socaire. Los náufragos fueron embarcados en el “Capitán Miranda” entre las 0237 y las 0250, a escasas 17 millas al Este Sureste de Punta Palmar.

Según registra el Libro de Bitácora del “Capitán Miranda”, las personas rescatadas fueron: Néstor Fabiani, Capitán; Enrique Moret, 1er. Oficial; Roberto Pesano, Jefe de Máquinas; Jorge Hereña, Contramaestre; Antonio Vera, 1er. Maquinista; Faustino Velázquez, Cocinero; José Escobal, Claudio Sosa, Víctor Savín, Paulino Cuenca y José Ojeda, Marineros; Mario Caballeira, Juan Pagola y Omar Hugo Navarro, Engrasadores; y Antonio Galivari, Ayudante de Cocina. La mayoría de ellos fue capaz de abordar por sus propios medios, pero algunos tuvieron que ser asistidos porque los efectos de la exposición al mar y el viento los habían debilitado en demasía. habiendo recibido el comunicado del rescate de todos los náufragos del “Esquel”, la Inspección General de Marina ordenó al buque continuar con su misión. El “Capitán Miranda” retomó su rumbo original, debiendo en varias oportunidades alterar su dirección y bajar la velocidad para capear la tempestad que no cejaba. No obstante ello, a las 0920 del martes 16 de noviembre el buque atracó en el puerto de Río Grande, donde fue objeto de homenaje de las autoridades locales por lo heroico y épico de su rescate a los náufragos del “Esquel”. A pesar de la fatiga, la tripulación del “Capitán Miranda” exhibía la satisfacción de las misiones cumplidas, la militar y la humanitaria, demostrando una vez más que los marinos orientales saben cumplir con sus deberes y con la solidaridad que une a todos aquellos que se aventuran por los caminos del mar.

Hoy se cumplen 55 años de esa hazaña épica. El ROU “Capitán Miranda” continúa prestando servicios navales desde otra función, como Velero Escuela y como Embajador de Uruguay por los mares del mundo. Aún viven muchos de los tripulantes de ése día. A todos ellos, y en recuerdo de su Comandante, el extinto Contralmirante Ebert Hugo Grasso, Uruguay Proa al Mar hago llegar un toque de pito virtual, rindiendo “Honores a Estribor” al gallardo paso de estos hombres y su buque a la mejor historia de la Armada Nacional. 

CN (R)  Francisco Valiñas

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