Perú cierra el paso a barcos chinos y la pesca ilegal se desplaza hacia Chile

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Perú ha adoptado una posición firme frente a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), exigiendo a las flotas extranjeras el uso obligatorio de su sistema de posicionamiento satelital (SISESAT) para ingresar a sus puertos. Esta medida ha generado un efecto inmediato: los barcos pesqueros chinos, principales protagonistas de estas prácticas, están comenzando a recalar en puertos chilenos. Desde que entró en vigor el Decreto Supremo N.º 014-2024-PRODUCE, que obliga a los buques extranjeros a adoptar tecnología de monitoreo peruana, la presencia de embarcaciones chinas en puertos del país se ha reducido drásticamente. Sin embargo, esa ausencia se está notando con fuerza en el sur.

Según datos de Global Fishing Watch, al menos 12 buques calamareros chinos han arribado recientemente a los puertos chilenos de Iquique, Valparaíso y Talcahuano. Otros seis barcos estarían a la espera de autorización para ingresar a astilleros chilenos. Entre ellos, el Fu Yuan Yu 7872, sancionado por Estados Unidos en 2017 por transbordo ilegal de tiburones y presuntas violaciones a los derechos humanos a bordo.

Alfonso Miranda Eyzaguirre, presidente de CALAMASUR (Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante del Pacífico Sur), celebró el impacto de la normativa peruana, pero alertó sobre una preocupante consecuencia: “Los barcos que antes operaban logísticamente en Perú ahora buscan refugio en Chile, donde las exigencias de control son menores”. La situación ha despertado preocupación también en el sector artesanal chileno. Pascual Aguilera, vocero de la Alianza Nacional por la Defensa de la Pesca Artesanal de Chile, advirtió que, si Chile no sigue el ejemplo de Perú, se convertirá en destino de cientos de embarcaciones con antecedentes de pesca ilegal.

Un caso emblemático es el del Hua Ying 819, una nave que operaba frente a Ecuador y que, tras cambiar abruptamente de rumbo, recorrió más de 2.700 km para posicionarse frente a Iquique. Esta embarcación ya había sido sancionada por Perú y Chile en 2019 por ingresar ilegalmente a aguas peruanas y por proporcionar información falsa a las autoridades. Para Miranda, esta reacción de la flota china confirma el impacto positivo de las restricciones peruanas. Pero también expone una nueva urgencia regional: “Esta problemática debe discutirse bilateralmente entre Chile y Perú. Es hora de establecer estándares comunes para proteger nuestros mares”.

Visión Marítima

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