La sequía ya afecta al transporte en la hidrovíaTtietê-Paraná

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La sequía en la cuenca del río Paraná ya está afectando las operaciones en una de las principales vías fluviales del país, que juega un papel importante en el flujo de granos desde el Medio Oeste hacia el puerto de Santos, en São Paulo. Los operadores logísticos temen que el tráfico se vea interrumpido a finales de este mes. Con aguas más bajas, las barcazas que viajan por la vía fluvial Tietê-Paraná ya no pueden operar a plena capacidad. Existe el riesgo de no poder atravesar la roca Nova Avanhandava, en el río Tietê, hoy el principal cuello de botella de la ruta. El Departamento de Hidrovía del Estado de São Paulo ha ido reduciendo gradualmente el calado máximo de los buques, lo que también afectó el número de convoyes en operación. Entre enero y mayo, hubo 24. Actualmente, solo diez están en la vía fluvial. La hidrovía no está inoperativa, pero las empresas operan por debajo del límite de carga de las barcazas. Los operadores instalados en la ciudad ya están hablando de una huelga el próximo 20, si el escenario hidrológico no muestra signos de mejora. El gobierno federal ya está trabajando con la posibilidad de interrupción del flujo. Para gestionar el caudal en el río Paraná, la Creg (Cámara de Reglas Excepcionales para el Manejo Hidroenergético) autorizó la reducción de la cuota mínima del embalse Ilha Solteira, que forma parte de la hidrovía, a 324,80 metros. El valor es inferior a 325,40 metros considerado como la cuota mínima para la operación de la ruta, que conecta a los productores de Goiás y el oeste de Minas Gerais con São Paulo a través de los ríos Paranaíba, Paraná y Tietê. En septiembre, la cuota se reducirá a 323 metros. La región, que atraviesa la peor sequía desde que se empezaron a hacer registros, es también de fundamental importancia para el sector eléctrico, ya que sus embalses hidroeléctricos concentran dos tercios de la capacidad de almacenamiento de energía del subsistema eléctrico Sureste / Centro Oeste. Actualmente considerada el principal cuello de botella de la vía fluvial, la roca Nova Avanhandava comenzó a implosionarse a principios de año, pero la obra aún no se ha completado. Cuando llegue a su fin, la inversión permitirá la operación de barcazas con cuotas inferiores a la actual. En enero, el gobierno de São Paulo lanzó un plan maestro para la vía fluvial, con propuestas de inversión para permitir el transporte de convoyes de hasta 9.000 toneladas por la vía fluvial, que actualmente solo tiene 6.000 toneladas. Los trenes más grandes, dice, podrían reducir los costos de transporte hasta en un 20% por tonelada. (Folha SP) Aporte C/N (R) Francisco Valliñas

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