¿POR QUÉ URUGUAY ES LÍDER EN ENERGÍAS VERDES?

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En 2014, la Federación Mundial para la Vida Silvestre (WWF) aclamó al país sudamericano, como la nación que estaba definiendo las tendencias mundiales en cuanto a la inversión en energías renovables.” Desde entonces, Uruguay ha recibido elogios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y

el Banco Mundial y brilló con luz propia durante las conversaciones de la COP21 sobre el cambio climático en París y la COP22 en Marruecos. Lo cierto es que, en los últimos años Uruguay ha revolucionado al mundo con sus métodos de generación de energía, reduciendo drásticamente sus emisiones de carbono, sin la ayuda de subsidios gubernamentales o ni trasladando los costes a los consumidores. Además, se han concentrado en desarrollar diferentes formas de tecnologías renovables, lo que les permite disponer de más del 95 % de su generación de electricidad a partir de este tipo de fuentes y sin generar dependencia de ninguna. Un giro dramático En 2000 Uruguay dependía del petróleo (que constituía el 27% de sus importaciones totales) para gran parte de sus necesidades energéticas. Era muy común comprarle electricidad a la Argentina para aliviar los frecuentes cortes de energía y se estaba poniendo en marcha un nuevo gasoducto para traer el gas de Brasil. Con ese panorama nadie se explica cómo el Uruguay es hoy uno de los países más verdes del mundo. Y es que, en los últimos años, la inversión en energía (gran parte de ellas, renovables) alcanzó los 7 mil millones de dólares, lo que les ha permitido una rápida expansión de sus campos de turbinas eólicas, así como una mayor inversión en las industrias solar y de biomasa. A ello debe añadirse a la extensa red hidroeléctrica preexistente, lo que explica de alguna manera por qué ahora Uruguay recibe la gran mayoría de su energía de fuentes renovables.

Teniendo en cuenta el combustible utilizado para cubrir las necesidades energéticas totales del país, la contribución de las renovables cae al 55 %, pero sigue siendo significativamente superior al promedio mundial del 12 %. Un ejemplo real Sorprendentemente, Uruguay ha logrado esta hazaña sin ninguna contribución de la energía nuclear, ni de la inversión en “nuevas tecnologías”, que muchos políticos y expertos han considerado como la verdadera solución al cambio climático y además no dependen de una sola fuente, sino que tienen varias y la mayoría verdes. La respuesta es tan simple como que el país ha invertido en la generación de energía por biomasa (quemando desechos para producir electricidad), en la reestructura y modernización de sus centrales hidroeléctricas, en la instalación de infinidad de paneles solares (a nivel industrial y doméstico) y de diversos parques de generación eólica, aprovechando las condiciones climáticas favorables.- Fuente: medio ambiente-(Ecoticias)

 

 

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