Desde hace tres semanas el barco sardinero “El Cachanilla” quedó varado sobre un arenal muy cerca del santuario de la ballena gris, donde se encuentran más de dos mil ballenas y ballenatos. Arturo Rodríguez, subprocurador de Inspección Industrial de Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa),
dijo que “el encallamiento ocurrió más o menos a unos 12 kilómetros o 13 kilómetros entre la frontera de las dos Bajas Californias la norte y la sur y está, como tu bien apuntas, relativamente cerca de la laguna Ojo de Liebre y de Guerrero Negro que son zonas digamos de alumbramiento de la ballena gris”.
El problema mayor es la cantidad de diésel que tienen los dos tanques de la embarcación. El buque contiene 40 mil litros de combustible; si bien no hay evidencia de derrame de diesel o aceite, el riesgo es latente y muy grave para las ballenas adultas al tomar agua y las crías que se amamantan. Francisco Gómez, coordinador del Programa de Ballenas y Mamíferos Marinos, de Baja California Sur, comentó que “la forma en que se da este proceso es a través de lanzar grandes chorros de leche, eso es lo que lanza la mamá, el ballenato está muy próximo a ella y lo está atrapando directamente del agua. Si tenemos contaminación química como en este caso diesel o aceite de un barco en esta zona definitivamente se la va a tragar”. Hoy se anunció que los barcos de salvataje vienen de Mazatlán y Ensenada para el rescate del “El Cachanilla” y del combustible, pero no han llegado por las condiciones climáticas.
Las condiciones del mar y el tiempo incrementan los riesgos.
La Marina Armada de México y la Capitanía de Puerto de Guerrero Negro, monitorean constantemente al barco encallado para evitar derrames de aceite o diésel.
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