La Paz, 23 abr (Prensa Latina) Bolivia continúa diversificando hoy su estrategia en puntos de ingreso y salida comercial para eliminar la dependencia de los puertos chilenos, ante demoras en sus operaciones que ocasionaron pérdidas económicas en la instalación de Arica en 2018.
David Sánchez, gerente Administración de Servicios Portuarios-Bolivia (ASP-B), informó que esa instalación perdió 91 mil 660 toneladas de cargas, de esa cifra, en contenedores (18 mil 886), de granel (12 mil 917), y carga fraccionada (59 mil 857).
Sánchez precisó que la estrategia boliviana tiene como objetivo lograr un tratamiento justo para el comercio exterior con operaciones por Ilo (Perú), la hidrovía Paraguay-Paraná, esta última integrada por terminales propias como el puerto Busch, Jennefer, Gravetal y Aguirre.
Aseguró que en los últimos 15 años el país suramericano tuvo un crecimiento económico sostenido, reflejado en un mayor movimiento de carga a través de los puertos tradicionales, de ahí la necesidad de crear condiciones para utilizar puertos alternativos para elevar la competitividad.
Otras estrategias fueron la firma de convenios operativos y empresariales con Uruguay y Paraguay para consolidar el tránsito comercial por la hidrovía, fundamental para acceder al Atlántico, y la reactivación de la cooperación con Lima para convertir al puerto de Ilo en un muelle prioritario para la exportación e importación de productos.
El Gobierno boliviano también organizó intercambios con autoridades portuarias de Argentina sobre el puerto Rosario, otorgado a Bolivia en 1969 pero, al quedar ubicado en plena ciudad, se evalúa su traslado a un lugar más cercano a la hidrovía.
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