Madrugón de avistamiento en los humedales

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Con una charla previa  en EL TELEGRAFO, el Dr. Pedro Rinaldi, en un ameno conversatorio, mostró imágenes y aportó información sobre las aves que podrían verse en los Humedales de la Curtiembre, al grupo que se convocó para las 6:30 del sábado. Con un clima sumamente favorable y propicio luego de la lluvia de la noche, a eso de las 6 ya comenzaron a llegar los madrugadores al punto 3.000 cercano al puente de arroyo La Curtiembre.

Como se había sugerido en la invitación, los participantes fueron con ropa cómoda y calzado más bien alto o botas de goma, con gorros y binoculares o cámara de foto colgada del cuello. Se prestaron algunos binoculares para que todos tuvieran la posibilidad de ver más de cerca a los alados que ya habían salido en la búsqueda de comida. El recorrido comenzó sobre la costa del río Uruguay y a lo lejos en la arena, ya se pudieron divisar teros reales y playeritos mientras en el cielo y oteando a través del agua transparente, desfilaron atíes y gaviotines chicos. Parecía que la presencia humana no los perturbaba demasiado en su afán de alimentarse, así que el grupo pudo acercarse bastante. Las “vedettes” del inicio de la caminata fueron los rayadores que pasaron surcando el río –incluso un ejemplar juvenil– y se llevaron todas las miradas.

En el grupo, de más de 20 personas, había seguidores del “birdwatching” (avistamiento de aves), y muchos que lo hacían por primera vez avanzaban entusiasmados. Después de llegar a la altura de CARU, donde se pudo avistar un halcón peregrino –especie no muy común de ver–, el grupo se adentró en un monte de transición pleno de flora nativa que se detuvieron a observar y donde los mejores comentarios se los llevó el ingá. El sol empezó a hacerse notar más pero eso no aminoró el entusiasmo de los “pajareros” que seguían sumando especies asombrados por la gran cantidad.

El guía que reconoce los cantos

Rinaldi sale a recorrer con sus binoculares y su ansiedad por encontrar pájaros cada vez, como si fuera la primera. Los “alumnos” lo siguen encantados de verlo detenerse con un “a ver, escuchen bien: ese cantito que se escucha allá detrás de aquellas ramas es de un…”, y notar que este señor reconoce una cantidad de aves a través de su canto. El recorrido  que estaba previsto que durara aproximadamente una hora y media, a pedido de los concurrentes se extendió casi al doble. Luego de finalizado, los asistentes se encontraron en el Rosedal en busca de sombra y un espacio para marcar en las check-lists que fueron repartidas, las especies avistadas. Al finalizar, el grupo organizador, Amigos de los Humedales de Paysandú, sorteó dos remeras entre los participantes, que pidieron repetir este tipo de “enriquecedoras jornadas”.

Aves registradas

Halcón Peregrino, Rayador, Playerito Pecho Gris, Pato Capuchino, Gavilán Mixto, Chorlito de Collar, Paloma Ala Manchada, Picaflor de Barbijo, Pijuì Blancuzco, Carpintero Bataraz y Anambé Negro, estuvieron entre las aves registradas en los bañados sanduceros. “En todo momento el grupo estuvo pendiente de las especies que aparecían, de las aves que surcaban el cielo, de los cantos que se escuchaban. Recordaban lo que habíamos anticipado en la charla del viernes. Fue una salida con 71 especies registradas entre el agua, el barro y esquivando ramas”, afirmó Rinaldi. “Me voy de Paysandú con un dejo de tristeza y sumamente gratificado por las dos jornadas. Contento por la interacción con todos los concurrentes. Me voy feliz con estas jornadas y por el material humano que tiene Paysandú, que está defendiendo sus ecosistemas, que defiende su naturaleza”, puntualizó. https://www.eltelegrafo.com/

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