La Princesa de Asturias continúa avanzando en su formación militar con un nuevo destino a bordo de una de las fragatas más avanzadas de la Armada Española. Tras seis meses de navegación en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, Leonor de Borbón interrumpirá temporalmente su periplo transoceánico para incorporarse a la fragata Blas de Lezo, bajo el mando de Pedro Ramos Carbonell, un buque de guerra de última generación donde vivirá de primera mano una experiencia operativa en alta mar.
Con 19 años y en plena preparación como futura Jefa de Estado y de las Fuerzas Armadas, la hija mayor de los Reyes se enfrenta ahora a una fase clave de su itinerario formativo. La fragata F-103, construida en los astilleros de Navantia en Ferrol, será su nuevo entorno de aprendizaje durante aproximadamente un mes. Allí, compartirá tareas y camarote con cadetes de quinto curso de la Escuela Naval Militar de Marín, institución en la que está actualmente integrada.
Un buque de guerra, no un buque escuela
A diferencia del Juan Sebastián de Elcano, cuya misión se centra en la formación básica y la vida marinera, la Blas de Lezo representa un entorno plenamente operativo. La fragata está equipada con sistemas de combate avanzados, capacidad para misiones en escenarios de alta exigencia y tecnología de guerra electrónica de última generación. “Es una de las fragatas más capaces y avanzadas del mundo; preparada para operar en escenarios demandantes”, ha asegurado el capitán de fragata Pedro Ramos Carbonell, jefe de la embarcación. Leonor deberá adaptarse rápidamente a un ritmo distinto, más técnico y con mayor carga táctica. Además de participar en tareas de protección, vigilancia y coordinación, está previsto que sea testigo directo de ejercicios con misiles, simulacros de combate y lanzamientos reales de torpedos desde el submarino S-81 Isaac Peral.
Transición y aprendizaje
La heredera al trono ya ha demostrado en los últimos meses su implicación en la instrucción castrense. Desde su ingreso en la Academia General Militar de Zaragoza el pasado año, su agenda ha estado marcada por un calendario intensivo, diseñado especialmente para permitirle recorrer las tres ramas de las Fuerzas Armadas antes de completar su formación. El paso por la Blas de Lezo forma parte de este programa condensado, que busca dotarla de una visión global de la estructura militar española. Una vez completada esta fase, se reincorporará al Elcano en Gijón para realizar el último tramo de su travesía hasta Marín.
Vida a bordo y nuevas condiciones
Durante su estancia en la fragata, la Princesa compartirá espacio con alrededor de 200 personas, entre tripulación y alumnado. Aunque el contexto es más exigente, las condiciones a bordo ofrecen cierta mejora respecto al buque escuela: los camarotes son más amplios y la conectividad —incluyendo acceso a internet y uso restringido del teléfono móvil— está más desarrollada. El entrenamiento en la fragata marcará el cierre del capítulo naval de su instrucción. El próximo curso, Leonor se trasladará a San Javier (Murcia), donde completará su formación en la Academia General del Aire y del Espacio, poniendo fin al recorrido previsto en las tres ramas del Ejército.
Una formación con proyección institucional
La incorporación de la Princesa a la Blas de Lezo no solo responde a una lógica formativa, sino también simbólica. Su presencia en un entorno de alta intensidad militar refuerza la imagen de una futura Reina implicada, preparada y consciente de sus futuras responsabilidades institucionales. Con este paso, la Princesa de Asturias continúa consolidando su rol en una Monarquía parlamentaria en la que, por mandato constitucional, le corresponderá algún día el mando supremo de las Fuerzas Armadas.
Visión Marítima