La industria naviera mundial necesita acciones audaces para contar con combustibles limpios, normas claras sobre la descarbonización y poder renovar su envejecida flota, planteó en un nuevo informe la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
“Pedimos una acción global para descarbonizar el transporte marítimo. Sin embargo, reconocemos que no es una tarea fácil y también el costo que puede conllevar”, dijo la secretaria general de la Unctad, Rebeca Grynspan, al presentar el informe este miércoles 27 a la Organización Marítima Internacional (OIM) en esta capital.
Grynspan reconoció que el “el transporte marítimo debe descarbonizarse lo antes posible”, pero el proceso debe hacerse “garantizando al mismo tiempo el crecimiento económico”, para lo que es vital “equilibrar la sostenibilidad medioambiental, el cumplimiento de la normativa y las demandas económicas”.
El Informe sobre el Transporte Marítimo 2023 recuerda que el sector representa más de 80 % del volumen del comercio mundial y casi tres por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, que aceleran el cambio climático, con un aumento de las emisiones de 20 % en tan solo una década.
La Unctad subraya la importancia de “una colaboración sistémica, intervenciones reguladoras rápidas e inversiones sólidas en tecnologías y flotas ecológicas”, para disminuir el peso del transporte marítimo en las emisiones de gases como el dióxido de carbono (CO2), presente en los combustibles más usuales.
Aunque la transición a combustibles más limpios se encuentra en una etapa incipiente, con casi 99 % de la flota mundial todavía dependiente de los combustibles convencionales, el informe cita avances prometedores, como el hecho de que 21 % de los buques bajo pedido sean diseñados para combustibles alternativos.
Sin embargo, la transición conlleva costos considerables.
Según la Unctad, de aquí al año 2050 se necesitarán entre 8000 y 28 000 millones de dólares anuales adicionales para descarbonizar los buques, e inversiones aún más cuantiosas, de entre 28 000 y 90 000 millones de dólares anuales, para desarrollar una infraestructura de combustibles 100 % neutros en carbono.
La descarbonización total podría elevar los gastos anuales de combustible entre 70 y 100 %, lo que afectaría a los pequeños Estados insulares en desarrollo (Peid) y a los países menos adelantados (PMA) que dependen en gran medida del transporte marítimo.
Para garantizar una transición equitativa, la Unctad aboga por un marco normativo universal aplicable a todos los buques, con independencia de su pabellón de registro, propiedad o zonas de operación, evitando así un proceso de descarbonización a dos velocidades y manteniendo la igualdad de condiciones.
Shamika N. Sirimanne, directora de tecnología y logística de la Unctad, dijo que “los incentivos económicos, como gravámenes o contribuciones pagadas en relación con las emisiones, pueden fomentar la competitividad de los combustibles alternativos y reducir la diferencia de costos con los combustibles pesados convencionales”.
Esos fondos “también podrían facilitar las inversiones en los puertos de los Peid y los PMA, centrándose en la adaptación al cambio climático, las reformas del comercio y el transporte, así como la conectividad digital”.
La Unctad expresó además su preocupación por el envejecimiento de la flota naviera mundial, unos 100 000 navíos aproximadamente: a principios de 2023, los buques comerciales tenían una edad media de 22,2 años, dos años más que hace una década. Más de la mitad de la flota mundial tiene más de 15 años.
Los armadores se enfrentan al reto de renovar la flota sin claridad en cuanto a combustibles alternativos, tecnología verde y regímenes reguladores que guíen a los armadores y a los puertos, mientras que las terminales portuarias se enfrentan a retos similares en decisiones vitales de inversión, reiteró el informe.
Y además de los combustibles más limpios, la Unctad subraya el papel de la digitalización en la aceleración de los esfuerzos de descarbonización, citando los beneficios en la mejora de la eficiencia y la reducción de los retrasos.
El informe pasa revista a los cambios en los patrones del comercio mundial y el impacto de acontecimientos como la guerra en Ucrania, destacando la resistencia de la industria del transporte marítimo, al tiempo que reconoce los desafíos de equilibrar la oferta y la demanda.
Impulsadas por las interrupciones derivadas de la guerra en Ucrania, las distancias de los cargamentos de petróleo alcanzaron un máximo histórico en 2022, y los envíos de grano en 2023 han viajado más lejos que en cualquier año registrado.
Ello debido a que los países importadores de grano se han visto obligados a buscar exportadores alternativos, como Estados Unidos y Brasil, que requieren un transporte marítimo de larga distancia.
Finalmente, se muestra la resistencia del sector, pues pese a una contracción de 0,4 % en los volúmenes de comercio marítimo en 2022, la industria prevé un crecimiento de 2,4 % en 2023, y el comercio en contenedores (que disminuyó 3,7 % en 2022) se espera que crezca 1,2 % en 2023 y más de tres por ciento entre 2024 y 2028.