Estrategia marítima

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Foto: Carlos Lebrato

Por:  Carlos Ormaechea | Montevideo

Por la prensa nos enteramos de algunas de las dificultades que afrontan diversos componentes (o subsectores) del ámbito marítimo nacional. Los motivos, causa raíz u origen de éstas parecerían ser desconocidos, ignorados, considerados como no trascendentes e irrelevantes, sin aparente relación entre sí o ser catalogados como simples “macanas”. Nuestro país parece empeñado en ignorar su potencial marítimo en forma integral, sobre lo que, probablemente, no existe una clara (¿satisfactoria?) explicación. Muchos identificamos el liderazgo internacional de algunos países en materia marítima (dicho esto con cierta admiración y no carente de triste resignación al contrastarlo con lo nacional); que incluye reconocimiento al desempeño, consistente planeo y consecuente participación, así como a sus logros de sustentable proyección en esta materia. Por diversas razones, también históricas y geográficas, el Reino Unido es uno de ellos.

Imagen que se consolida con la adopción, en enero del 2019, de su estrategia marítima (Maritime 2050, Navigating the Future, de público y libre acceso en Internet). El documento considera al sector marítimo como integrado por el transporte marítimo, los puertos, los servicios, la ingeniería y las industrias marítimas recreativas. Es un esfuerzo directo, y mensaje transparente, de integrar lo público y privado, de coordinar gobierno e industria. Los ministerios de transporte y marítimo en conjunto presentan este documento destacando la sólida conciencia marítima nacional existente, y resaltando la relevancia e importancia de este ámbito en el presente y futuro de la nación.

El documento se basa en cinco valores (definidos como creencias centrales duraderas y distintivas) considerados fundamentales para dicho sector, y que guiarán las actividades y objetivos de la estrategia. Estos refieren a calidad reconocida asociada a seguridad (safety), prioridades balanceadas, compromiso con las regulaciones (legislación), una nación de real proyección global, así como a la asociación real entre el gobierno y la industria. Valores asumidos como cruciales al momento de establecen y definir acciones y comportamientos futuros.  El documento también destaca 10 objetivos aspiracionales centrales o estrategias básicas, que constituyen las ambiciones estratégicas del Maritime 2050. Naturalmente este documento ha generado reacciones diversas, como en la educación de la gente de mar (reflejada en el reporte y recomendaciones del Seafarers Cadet Training Group, junio 2021, también accesible en internet).

Es un excelente ejemplo de conciencia marítima que se proyecta en una proactiva decisión política de promover una estrategia nacional. Con objetivos nacionales claramente definidos, integradores y transparentes a efectos de potenciar y proyectar globalmente este sector en forma integrada, coordinada y balanceada. Contrasta con la llamativa ausencia (¿estaré desinformado?) de referencias a la existencia de un proyecto marítimo nacional (siquiera de la disposición o idea de considerar y discutir respecto a ello) planificado, integral e integrador, que proponga y priorice sus objetivos.

Es notable la aparente falta de interés (¿indiferencia?) nacional al respecto, lo que es también lamentable por el tiempo desaprovechado y la pérdida de oportunidades en general. Ambos documentos (¡vale la pena leerlos!), podrían ser inspiradores (en particular Maritime 2050) para el ámbito político nacional. Sin dudas que se expone a equivocarse quien toma una decisión y realiza una acción, pero también el no decidir ni actuar puede ser una equivocación o contribuir con ella. Está a disposición un notable documento de aproximación a la gestión del ámbito marítimo. Es, sin dudas, un excelente ejemplo y base (¿se podrá transformar en oportunidad nacional?) para considerar la discusión del futuro marítimo nacional en forma integral, si es que el mismo nos interesa en algo, claro está. Mientras aguardamos por las decisiones políticas en este tema sigamos admirando el avance y consolidación de otros países en esta materia, a lo que también contribuimos dejándoles la “cancha libre” con nuestra inacción. https://www.elpais.com.uy/

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