“Erramos muchas veces y acertamos una, pero queda esa”

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El objetivo está cumplido: Dolores Moreira sacó pasaje a los Juegos Olímpicos de París 2024, y se vestirá de celeste en una nueva cita olímpica. Nada menos que la tercera, y con solo 24 años. La velerista selló el pasaporte en los Juegos Panamericanos de Chile, lo que le permitirá planificar con tiempo la mejor preparación posible. Claro que no todo depende suyo. “Lola” hace lo imposible en el agua, pero se necesita el presupuesto necesario como para poder llevar a cabo la preparación ideal. Y eso significa competir en el exterior. “Me da alivio el haber podido clasificar. Me da mucha tranquilidad”, resumió en diálogo con EL TELEGRAFO mientras planifica los dos fines de semana próximos: el venidero integrando la tripulación del Bonanza, el barco escuela de la Armada durante la regata aniversario de la institución, y el siguiente buscando un nuevo título nacional de Laser Radial en Punta del Este, del que se adueñó de 2014 a la fecha. Pero el objetivo de este año está cumplido: sellar pasaje a París. “Intentamos en el Mundial y no se pudo, y la revancha eran los Panamericanos. La realidad es que en el agua la argentina (Luciana Cardozo) estuvo todo el campeonato buscándome, porque el bronce era entre ella y yo, ya que la canadiense y estadounidense están despegadas. Con ella entrenamos juntas, nos conocemos, y sabía que yo iba a estar dedicada a clasificar a los Juegos. Sí, la idea era meter podio, pero en mi cabeza estaba primero clasificar”, dijo. “Lola” confesó además que Alejandro Foglia, su entrenador para los Juegos, planteó no mirar los resultados hasta último momento. “‘Jano’ tuvo la idea y la practicamos durante la Semana de Buenos Aires (la competencia previa a los Juegos): no mirar los resultados hasta los últimos días, para no estar pendiente de los puntos. Pero en los últimos días de los Juegos tuve una mala regata y no me aguanté, quería ver dónde estaba”, reconoció. Pero ya está. Ahora es tiempo de descansar durante algunos días, más allá del entrenamiento físico, y de pensar a futuro. Y, en ese sentido, “Lola” tiene en claro que para llegar de buena forma a los Juegos Olímpicos habrá que competir afuera. La temporada no fue normal para la sanducera. Es que hubo, por motivos económicos, poca actividad en el exterior. Y eso se sintió. “Es que navegué con muchos errores. Y me da bronca saber que pude clasificar a los Juegos navegando mal”, se sinceró. Por eso la deportista, que representará al Yacht Club Paysandú en unos Juegos Olímpicos, espera que haya apoyo para planificar una buena preparación. “Ojalá se prendan empresas, gente que quiera apoyarnos para hacer una buena preparación. Yo sé que no puedo llegar igual a como llegué a los Panamericanos. Si quiero competir y pelear, hay que tener mucha competencia en el exterior”, explicó con lógica. Por lo pronto, “necesito planificar a corto plazo el Mundial, que será del 3 al 10 de enero en Mar del Plata. Pero no puedo ir más allá todavía, porque todo termina dependiendo del presupuesto”. Ahora es tiempo de navegar con tranquilidad. Pensar. Y esperar por el apoyo. Hay que definir el tema del entrenador, porque su ídolo, “Jano” Foglia, dio esa mano de cara a la competencia en Chile (“estoy hablando con una entrenadora mexicana a la que admiro muchísimo, es la Foglia de México”, dijo), pero también las competencias que podrán afrontarse. Mientras, “Lola” reconoce que “es una locura” lo que está viviendo. Y no es para menos: con 24 años clasificó a sus terceros Juegos Olímpicos. Pero también sabe que no todo es color de rosa. “El deportista lo tiene asumido, pero el tema es con la gente”, dijo con respecto a cómo se vive ese camino en el que no todo es ganar, pero sí todo aprendizaje. “El otro día vi un video que hablaba de errores y aciertos, y ponía como ejemplo a un profesor que escribía en el pizarrón para sus alumnos la tabla del 9., y en un momento le erró en el resultado final. Y la clase se le reía en la cara del error, pero no reconoció los aciertos. Eso se asemeja a la vida del deportista. Nosotros le erramos muchas veces y acertamos una, pero la gente se queda con eso. Pero para acertar esa vez, erramos mil veces; y esos errores nos permiten ese acierto. Es como ir armando el camino en base a los errores”, sumó. Más en la vela, “en la que tenés que acostumbrarte a fallar, porque tomás decisiones en cuestión de segundos y con muchas variables. Y al final, el que gana es el que comete menos errores”. “Lola” sigue aprendiendo. Y espera seguir creciendo mientras cruza los dedos para que se concrete el apoyo necesario para seguir soñando, paradójicamente con los pies sobre la tierra. https://www.eltelegrafo.com/

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