El gobierno argentino prevé asumir el control de una vía navegable clave para Uruguay, ¿qué implica?

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La hidrovía es la vía de salida del 70% de las exportaciones de Argentina. Por ese sistema también se transportan cargas provenientes de Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay. El gobierno argentino se dispone a retomar el control de la hidrovía Paraguay-Paraná, una de las principales vías marítimas para Uruguay (sobre todo en su intención de que Montevideo sea un puerto “hub” -centro de distribución- regional). El jefe de gabinete argentino, Santiago Cafiero, y el ministro de Transporte de ese país, Alexis Guerrera, ya estamparon su firma. “Falta solo la del Presidente” Alberto Fernández, confirmaron a La Nación dos altos funcionarios del Gobierno, que dan por hecho que en las próximas horas verá la luz el decreto que cede por un año a la Administración General de Puertos (AGP) el control y administración de la denominada Hidrovía Paraná-Paraguay, la vía navegable de 3.500 kilómetros, hoy en manos de la empresa belga Jan de Nul junto a su socio local Emepa. La hidrovía es la vía de salida del 70% de las exportaciones de Argentina. Por ese sistema también se transportan cargas provenientes de Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay. “Por 12 meses tendrá un control estatal y comienza a funcionar el cobro del canon por parte del Estado para pagarle a las concesionarias las tareas realizadas”, dijo Guerrera a radio El Destape. En paralelo a ese decreto, se prepara otro, que estaría algo más demorado, y que establece la creación de un ente de control estatal de todas las vías navegables del país. Estará bajo la órbita del Ministerio de Transporte. Ambos decretos son “bendecidos” por el kirchnerismo duro, referenciado en el senador y excanciller Jorge Taiana y la diputada Fernanda Vallejos, que viene desde hace meses reclamando por la recuperación de la “soberanía” de la vía Paraná-Paraguay. Este paso que dará el gobierno no cumple aún con el deseo máximo de este sector: la estatización lisa y llana de ésta y todas las vías navegables y puertos del país. Pero, el Estado no puede “improvisar” y hacerse cargo de la compleja tarea del dragado permanente del río, ya que no posee ni la maquinaria ni la expertise necesaria para hacerlo de inmediato. Para ganar tiempo, el gobierno argentino firmó en abril pasado una extensión de la concesión a Jan de Nul por 90 días, que vencen el 30 del mes próximo. “Se va a llamar a licitación pública internacional con nuevos parámetros, con la participación de todas las provincias que intervienen en la Hidrovía, con la participación también de todo el Consejo Consultivo, con la participación ciudadana de las organizaciones y sobre todo de las autoridades”, dijo días atrás el jefe de gabinete Cafiero, anticipando que Puertos tomaría el control provisorio y haría el llamado a una “licitación corta”, aunque en el “mientras tanto” podrá recontratar a Jan de Nul para que las indispensables tareas de dragado del Paraná no se detengan. Desde la oposición argentina arriesgan que el desplazamiento de la empresa belga podría ser el prólogo del desembarco futuro de capitales chinos. “Que el Estado opere la hidrovía por un año es un grave error. No tiene los recursos económicos ni tecnológicos para hacerlo, menos aún frente a una bajante histórica del Paraná (la peor en los últimos 50 años)”, dijo a La Nación Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC). Mientras el gobierno de Fernández avanza con el traspaso temporario, el oficialismo impulsa en el Congreso en la creación de una comisión bicameral para el seguimiento y control de la hidrovía. La iniciativa, ya aprobada por el Senado, se debatió y aprobó en comisiones de Diputados de la semana pasada. (En base a La Nación (GDA). https://www.elpais.com.uy/

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