El mercado mundial de granos está atravesando una etapa de ajustes debido a una sobreoferta que supera el crecimiento del consumo. Según el ingeniero agrónomo Federico Morixe, consultor especializado, la producción global crece alrededor de un 5% anual, mientras que la demanda apenas lo hace entre 0,5% y 1%. Esta diferencia acumulada año tras año provoca una presión constante hacia la baja en los precios. Brasil y Estados Unidos, principales productores, han registrado cosechas récord que alimentan esta sobreproducción, no solo en soja, sino también en maíz, trigo y girasol. Ante este escenario, los compradores se muestran cautelosos, esperando posibles nuevas bajas en los precios, a pesar de que tensiones geopolíticas puedan sostenerlos momentáneamente. En América del Sur, la baja de retenciones en Argentina generó un aumento masivo en la oferta, con hasta 500.000 toneladas diarias en el mercado, lo que deprimió aún más los valores en la región. Morixe destaca que la decisión de vender no debería basarse solo en el precio, sino en el margen entre costo y precio final. Con la cosecha ya finalizada, se prevé una leve recuperación, pero sin grandes subas, porque ahora el comprador debe asumir costos adicionales (fletes, almacenaje), lo que exige precios más atractivos.
Además, la falta de mecanismos de cobertura generalizados en Uruguay pone a los productores en una posición más vulnerable frente a la volatilidad de precios, a diferencia de países como Estados Unidos, donde los seguros agrícolas protegen a los productores.
Un factor que puede ofrecer soporte al precio de la soja es el crecimiento en la demanda para biocombustibles, especialmente en EE.UU., que podría destinar hasta un 53% de su aceite de soja a biodiésel. Sin embargo, esta política aún está en discusión y genera incertidumbre. El informe también destaca el buen desempeño de cultivos como la canola, que ha sido una alternativa rentable para muchos productores en Uruguay, gracias a su buena inserción comercial y uso creciente para biocombustibles.
En resumen, el mercado global de granos enfrenta una combinación de alta producción, moderado crecimiento de la demanda y factores externos que presionan los precios. La clave para los productores será manejar bien sus costos y aprovechar herramientas financieras para asegurar rentabilidad.
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