Postura argentina

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Por:  ESTEBAN VICENTE

“La historia vuelve a repetirse”, está escrito en una letra de tango y es lo que parece ocurrir nuevamente en la esfera del manoseado Mercosur. Los uruguayos no debemos nunca olvidar que nuestra nación vivió hace doscientos años las vicisitudes derivadas de la rivalidad existente entre los puertos de Buenos Aires y Montevideo, primero en el Virreinato del Rio de la Plata y luego en las Provincias Unidas, No debemos olvidar que el gobierno porteño (de Buenos Aires) cuando inició su revolución libertadora lo hizo contra Napoleón, que había invadido a España y que su intención primaria era la de instalar un gobierno monárquico en el Río de la Plata. Diferentes eran las ideas de Artigas y de sus conciudadanos que luchaban por un régimen federal, siguiendo el ejemplo de Estados Unidos de América. Tampoco debemos olvidar que, frente a su incapacidad militar de derrotar a las fuerzas armadas dirigidas por Artigas, el gobierno de Buenos Aires prefirió entregar a la entonces Provincia Oriental al gobierno de Portugal, radicado en el Brasil, y luego a éste cuando lo sucedió. Allí pasamos a ser la provincia Cisplatina. Luego que Artigas fuera traicionado por un par de caudillos provincianos y se exiliara en el Paraguay, entre Rivera y Lavalleja se llevó a cabo la revolución libertadora que, finalmente y luego de la intervención del imperio inglés, desembocara en nuestra independencia. Pero, la injerencia argentina en nuestros asuntos siempre ha existido, primero con Rosas, luego y más próximo con Perón y últimamente con Kirchner y su bloqueo de los puentes sobre el Río Uruguay, motivada por la decisión de Botnia de rechazar las “condiciones” que le pretendían imponer para instalarse en Entre Rios y mudarse al Uruguay. Y el tratamiento de “hermano mayor” que impone su voluntad sobre el más pequeño, ha sido casi siempre el usado por los gobernantes de la vecina orilla. Así, se ha reinstalado en los últimos años, pasando por el presidente Jorge Batlle cuando dijo lo que pensaba frente a un micrófono traicioneramente abierto, luego le ocurrió al presidente Tabaré Vázquez cuando fuera denostado por la Dra. Cristina Fernández en ocasión del discurso de asunción a su presidencia, posteriormente al presidente José Mujica frente a la misma persona y ahora por parte del presidente Dr. Alberto Fernández, “amigo” del nuestro.

Es evidente que refleja el mismo sentimiento de pretendida superioridad expresando veladas amenazas frente a una posición de apertura y modernización del Mercosur que nuestro país pretende. Es evidente que ello se contrapone con la política del actual gobierno peronista argentino, más propenso al control estatal económico, inspirado en sus actuales “socios políticos” Cuba, Venezuela y Nicaragua. Nuestro país debe buscar su conveniencia económica que se traduzca en beneficio para sus habitantes, al contrario de lo que ocurre en el vecino país donde la pobreza y la desesperanza parecen predominar entre sus habitantes. Y no son de recibo las críticas de un senador frenteamplista sobre la inconveniencia de la posición uruguaya frente al Mercosur. Si su líder y entonces presidente de la República expresara que “lo político estaba sobre lo jurídico” en ocasión de incorporar a Venezuela al Mercosur, por su entonces afinidad política, ahora parecería que se oponen por su similitud ideológica con el gobierno peronista, que luego de Menem con ideas liberales, pasó al actual que pretende ser progresista. Parece ser más que un partido, una asociación de intereses personales de sus dirigentes, donde el poder y el dinero asoman como sus principales objetivos. https://www.elpais.com.uy/

 

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