En 15 días sale el primer embarque de UPM II. Hoy, Paso de los Toros se reinventa: desempleo y alquileres caros

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Por: Clara Lussich. 

Los camiones ya circulan por las rutas y el primer embarque de celulosa producida en la planta nueva sale a fin de mes del Puerto de Montevideo. Mientras Damián se sienta en el escritorio de su comercio que mira hacia la calle Sarandí -una de las más importantes de Paso de los Toros-, se ceba un mate y charla. Empezó a llevar el mate a la oficina hace poco porque antes, según dice, “no tenía tiempo para disfrutarlo”. Es que el trabajo en su local, en donde vende dispositivos electrónicos, estuches de celular, auriculares y demás adminículos, se había disparado como nunca. “Venían todo el tiempo y se hacían reparaciones caras. Compraban teléfonos así nomás”, cuenta Damián y hace una pausa para atender a dos personas que llegan a la puerta después de unos 10 minutos sin clientela. A eso de las tres de la tarde del martes la calle Sarandí, al igual que el resto de las de Paso de los Toros, está prácticamente vacía, aunque son varios los autos estacionados en casi todas las cuadras. Damián relata algunas anécdotas de los momentos en los que por su local frecuentaban “los hindúes”, esos que llegaron a la ciudad para trabajar en la construcción de la planta de celulosa de la empresa finlandesa UPM . Que se compraban su propio arroz con un proveedor, que iban cantando por las calles, que solían trasladarse hasta un tajamar en Carlos Reyles -la localidad a 33 kilómetros de Paso de los Toros- a pescar los fines de semana. Son varias las anécdotas sobre “los hindúes” a lo que se suman algunas de ucranianos, franceses, rusos, brasileños y argentinos.

Este domingo se cumple un mes de la puesta en marcha oficial de la planta de UPM que tiene capacidad para producir hasta 2,1 millones de toneladas de celulosa y tuvo una inversión total de casi 3.500 millones de dólares. Tras casi tres años de construcción, en donde participaron más de 6.000 personas, Paso de los Toros vive por estas horas un bajón comercial e inmobiliario importante. La ciudad, en la que según el censo de 2011 viven unos 13.000, hoy está esperando las cifras del nuevo censo para determinar si son 16, 17 o 18.000 personas las que están viviendo allí a causa de “la ola de gente” que movió UPM, según explica el alcalde del municipio Luis Irigoin. Las cinco de la tarde es el momento clave. Según relatan sus pobladores, hasta hace algunas semanas a esa hora las calles de Paso de los Toros se inundaban de hombres vestidos con pantalones y camperas naranjas, algunos con cascos y otros sin, pero todos provenientes de la planta. Caminaban desde la terminal hasta sus casas, tanto los que alquilaban como los que recibieron una vivienda construida por la empresa. Hoy a esa hora se ven algunos, pero ni se acerca a lo que era antes. Se calcula que son 2.000 las personas que siguen trabajando en planta y, dentro de estos, hay muchos que tienen un contrato hasta el último día de mayo y ahora están “ultimando detalles técnicos” en la planta, según dicen desde UPM. Entre las viviendas que se construyeron para obreros e ingenieros -que hoy en su mayoría están vacías- está la casa de Santiago. Frente a su terreno hay cinco casas iguales con techo blanco y paredes marrones. Todas tienen las persianas bajas y las puertas están trancadas. Santiago cuenta que están vacías hace “un mes más o menos”, lo que coincide con el final de la obra central. Él tiene un carrito de comida sobre la entrada de Paso de los Toros y nota que “se ha venido todo para atrás” de forma “impresionante”. Yo siempre abría dos horas al mediodía y cuatro en la noche, pero con el aluvión de gente empecé a abrir a las 11 de la mañana de corrido hasta la madrugada, pero ahora a una de las personas que tenía contratada para atender la tuve que sacar porque dejé de precisarla”, cuenta el hombre mientras mira cómo sale el humo que anuncia la producción de celulosa de la inmensa chimenea de la planta de UPM. Entre los clientes de su carrito de comida, eran “varios” los que antes de hacer un pedido le hablaban al celular en su lengua madre y después le mostraban a Santiago la frase traducida al español. Para el alcalde de Paso de los Toros, el intercambio cultural que vivió la ciudad en los últimos años fue “exitoso” porque “prácticamente no se generaron problemas”, salvo algunas excepciones como el caso de una empresa brasileña subcontratada por UPM que estafó a algunos empresarios locales y hoy debe 1.800.000 dólares en total (ver aparte). A pesar de que el movimiento bajó después de las obras, la ciudad dejó de ser “tan tranquila” como antes y la realidad todavía no volvió a lo que era previo a la llegada de la empresa finlandesa. “Cuando asumí en el municipio había 40 ómnibus por la ciudad destinados a transportar a los obreros a la planta y en un momento llegamos a tener 150. Hoy hay 13”, explica Irigoin mientras toma un café en su despacho y su celular no para de sonar. Recibe consultas y quejas a diario, incluso al salir de la oficina hay unas cinco personas esperando para hablar con él. “Hoy el 90% de mi tiempo lo dedico a escuchar a la gente y las demandas son siempre las mismas: vivienda y trabajo”, dice y agrega: “Hay que entender que no todo es a causa de UPM, pero sí que buena parte de los pobladores de Paso de los Toros son funcionarios públicos -por no decir que esta es una ciudad de funcionarios públicos- entonces la llegada de la empresa potenció el empleo privado y ahora se genera desempleo sumado a que todo está más caro y para los sueldos públicos se vuelve casi imposible consumir”.

Alquileres caros y casas vacías.

Antes de hablar con el alcalde, su secretaria recibe algunas de las consultas del municipio. Llegan seis personas en siete minutos. Una mujer mayor viene a contarle que su hija tuvo una prueba de matemáticas múltiple opción y contestó casi todas las preguntas, salvo algunas en las que “tuvo que hacer ta-te-ti”. Después aparece un hombre joven a levantar unos pasajes para ir a Montevideo que fueron comprados por el municipio. Luego una mujer preguntando sobre una parte de su terreno en donde hizo una pequeña construcción que ahora quiere poner en regla. La puerta del municipio se abre y se cierra todo el tiempo. El boom que experimentó la ciudad no solo repercutió en la cantidad de comercios que llegaron, entre ellos una sucursal del Banco Santander y otra del BBVA, además de una decena de emprendimientos gastronómicos, sino que también afectó el precio de los alquileres. Irigoin dice que hoy eso es lo que más le quita el sueño, porque “es difícil encontrar algo por menos de 25.000 pesos” y, para una ciudad como Paso de los Toros, es “una locura”. El incremento en los precios fue del 100% o incluso más, según el alcalde, y ahora “está quedando todo vacío y no bajan”. Uno de los empleados del municipio, por ejemplo, llegó a alquilar su casa sobre el Río Negro a 4.000 dólares por mes. Durante ese tiempo se mudó a la casa de sus padres y ahora está preparando todo para volver a la suya porque no consigue inquilinos.

Además de la problemática con el precio de los alquileres, en Paso de los Toros se construyó -y se sigue construyendo- de manera extendida. No solo está el caso de las personas que dejaron su casa por un tiempo para alquilarla a precios que jamás soñaron, sino que también están los que aprovecharon el movimiento de gente para poner sus ahorros en la construcción de una propiedad. Recorriendo la localidad es evidente que muchas casas son nuevas y, además de la gente que puso sus ahorros, otras están vinculadas directa o indirectamente con UPM. La empresa construyó alojamiento para 5.000 personas entre Paso de los Toros, Durazno, Carlos Reyles y Pueblo Centenario. En el caso de Paso de los Toros, se hizo el alojamiento para 2.600 personas entre tres barrios: Midland, Charrúa y La Criolla. En todos los casos se trata de terrenos públicos, que fueron seleccionados por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y la Intendencia de Tacuarembó. Todos cuentan con fibra óptica, saneamiento, pavimento y alumbrado, y estaba previsto al momento de su construcción que luego la intendencia desarrollara allí sus planes de vivienda. Pero hoy, “eso no está del todo claro”, según Irigoin, sobre todo lo que pasará con las viviendas que no son temporales e incluso entran en la categoría “de lujo” en donde se hospedaron los altos rangos de la empresa. Desde la pequeña oficina que tiene UPM en el centro de Paso de los Toros y haciendo mención a que en esa cuadra ahora funcionan ocho comercios que hace pocos años no existían, el gerente de comunicaciones de la empresa, Matías Martínez, asegura que todos los alojamientos construidos para los funcionarios de la planta serán entregados al Ministerio de Vivienda. Pero el alcalde dice al respecto: “Eso supuestamente iba a pasar en abril, después en mayo y ahora nos dicen junio… estamos esperando”. Martínez no especifica la fecha, pero enfatiza en que la experiencia que la empresa ya tuvo en Fray Bentos sirvió como una “especie de universidad” para luego “aplicar las cosas mejor” en Paso de los Toros. “En la construcción de la planta participaron más de 300 empresas nacionales y es muy impresionante ver todo lo que se va desarrollando alrededor y la forma en la que se van elevando los estándares de servicios porque así lo exigís para que sean proveedores tuyos”, sostiene. A pesar de que el gerente de UPM reconoce que el movimiento alrededor de la planta hoy es menor, remarca que los cambios en la ciudad gracias al paso de UPM son “sustanciales” y pone un ejemplo: “Un peluquero quizá llegó a hacer 100 cortes por día y ahora hace 50 o 60, pero antes cortaba 15. Va pasando eso en las comunidades gracias a lo que se genera por el proyecto”. La baja en la demanda de servicios es una realidad y lo cierto es que hoy las autoridades de Paso de los Toros piensan en soluciones alternativas de trabajo para la gente que tenía un contrato con UPM que terminó.

PROYECTO.

El vertedero de basura que costó 1 millón de dólares. La población de Paso de los Toros pasó de 13.000 a casi 20.000 en dos años, durante la construcción de la planta de celulosa de la empresa UPM, y eso, según el alcalde Luis Irigoin, “requirió de algunos cambios estructurales”. Uno de los más importantes tuvo que ver con la basura porque “era evidente que se iba a generar un problema con más gente viviendo en el mismo lugar”. Con financiación de UPM y de la Intendencia de Tacuarembó, se realizó un vertedero de basura que tuvo un costo de 1.000.000 de dólares. “El tema medioambiental nos importa mucho y por eso el vertedero recibe toda la basura de la ciudad y también la basura que se genera en la planta y mediante una técnica específica logramos que esos residuos no contaminen el suelo”, explica el alcalde. Irigoin habla del “proyecto posplanta” que se compone de capacitaciones ofrecidas en el centro Pymes de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) con el fin de “mejorar el empleo territorial”. Del proyecto también participa UPM y tiene que ver con “dar herramientas para que todo se regularice más y se vuelva más serio”. El alcalde explica: “Estamos acostumbrados al trato más informal acá, no es que lo hagamos de malos, pero como nos conocemos todos pensamos que, por ejemplo, no pasa nada si le entrego el auto a la persona que me lo compró el martes al mediodía y no el lunes por la mañana como se lo había prometido. Tuvimos que acostumbrarnos a cumplir con formalidades para entender lo que se requiere en las multinacionales”.

El bypass problemático.

Hace tres meses se inauguró lo que las autoridades de la zona llaman bypass para tránsito pesado en la ruta 5, previo a la entrada a Paso de los Toros. Se trata de un pasaje que esquiva la entrada a Pueblo Centenario y Paso de los Toros, sobre todo para evitar el paso de camiones de carga por el puente que cruza el Río Negro y conecta a los dos pueblos. A pesar de que el objetivo del bypass era evitar que las localidades se llenaran de camiones -que además son muchos debido a la postergación de la obra del Ferrocarril Central-, lo cierto es que generó un problema peor: casi todo el tránsito de la ruta 5, pesado y liviano, dejó de pasar por Paso de los Toros.

“Los últimos años fueron muy buenos en cuanto a las ventas, pero de golpe pasamos a tener una realidad que no es la que esperábamos”, dice Sebastián Sosa, propietario de la Automotora 21, ubicada frente al toro característico de Paso de los Toros. “La ruta mueve a todo el pueblo y no puede ser que la persona que va a Tacuarembó o Rivera ni siquiera pase por acá”, agrega. Antes de hablar con Sosa, un hombre vestido de naranja y con un casco en la mano pasa por el mostrador de la automotora para pagar una cuota de 95 dólares por una moto que compró. La industria automotriz fue una de las que más se movió durante la construcción de la planta, sobre todo porque “la gente empezó a ganar bien y aprovechaba a comprar cosas grandes”, según explica el escribano Samuel Gonzáles.

Según el dueño de la automotora, hay 39 comercios que ahora se pierden el paso del tránsito por el pueblo y por eso enviaron una carta al Ministerio de Transporte y esperan una solución. En este sentido, el alcalde de Paso de los Toros comenta: “Yo tuve una discusión con alguien del ministerio que de manera jocosa me decía que la gente que va a Rivera, va a Rivera derecho, no a Paso de los Toros. Pero yo traté de explicar que quiero que bajen acá a hacer pis, tomar un café o poner nafta. No importa el motivo, pero la ruta es importantísima para nosotros”. La solución podría ser una señalización para indicar que el camino por arriba solamente es para camiones y no para todo el tránsito, pero aún no se sabe con certeza cómo se implementará. El motivo por el que se hizo el bypass también tiene que ver con la cantidad de camiones circulando. Son 273 los kilómetros que unirá la obra del Ferrocarril Central entre el Puerto de Montevideo y la planta de UPM. El proyecto tiene un costo de 2.200 millones para el Estado y, a pesar de que se preveía que iba a estar pronto en diciembre de 2022, el plazo se alargó y ahora se habla de fin de este año. De esta manera, la carga de la planta -que ya está produciendo celulosa- debe salir por vía terrestre, lo que generará un tránsito máximo de 200 camiones por día. Por ahora son menos. Mientras tanto, se espera que en unas dos semanas, durante los últimos días de mayo, salga desde Montevideo el primer embarque de celulosa fabricada en la nueva planta. Aguardando respuestas de parte de las autoridades y sin un rumbo claro, Paso de los Toros vive el final de sus años más movidos tras la llegada de UPM y, según su alcalde, debe “mantenerse activa” para no retroceder y seguir creciendo. Pero es difícil, todos lo saben.

ENESA.

La empresa que estafó a los locales. Cuando en 2019 se inició la construcción de la planta de celulosa de UPM en Paso de los Toros, Ana Karen supo que la ciudad iba a recibir más demanda de servicios que nunca y se animó a abrir “Me Encanta”, el puesto de comida que siempre había querido tener. “Lo cierto es que con UPM hubo muchas cosas buenas, pero también algunas malas”, reflexiona Ana Karen. Ella es una de las que sufrió más con “las malas”. UPM subcontrató a cientos de empresas, uruguayas y extranjeras, para algunas tareas específicas dentro de la construcción de la planta. Una de estas fue la brasileña Enesa, que según su página web, se dedica a dar “soluciones en materia de ingeniería constructiva, especializada en servicios de montaje y mantenimiento electromecánico”. A través de una conocida de Paso de los Toros que había sido contratada por Enesa fue que Ana Karen recibió la oferta de entregar comida para algunos trabajadores de la empresa que estaban instalados en Paso de los Toros. “Llegué a alimentar a 400 personas por día con las cuatro comidas. Fue mucho trabajo para lo que es el tamaño de mi negocio y lo vi como una gran oportunidad”, cuenta la mujer. Ella comenzó a dar el servicio para la empresa a fines de 2021 y, desde un primer momento, le dijeron que recibiría el pago a los 60 días. Finalmente llegó abril de 2022 y Ana Karen tenía cuatro facturas atrasadas. Enesa le debía 11.000 dólares. En ese momento decidió cortar con el servicio porque “era imposible seguir así”, según cuenta. En setiembre la empresa se puso al día con la deuda y le pidió por favor para volver a contratarla porque llegaría más personal desde Brasil que debía recibir las comidas diarias. Ella aceptó volver a trabajar con ellos porque le servía el dinero y en ese momento llegaron 180 personas. “Fue un caos, no dormí para cocinar, no sé cómo lo logré”, cuenta. Para diciembre, la empresa le debía a Ana Karen 37.000 dólares por sus servicios y, hasta el momento, no ha recibido un peso. Junto a otras empresas de Paso de los Toros que pasaron por lo mismo, Ana Karen realizó una demanda judicial. En total, la empresa debe 1.800.000 dólares. https://www.elpais.com.uy/

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