Despliegue sin precedente para hallar al submarino

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“Si se encontró el Titanic, hay que dar con el ARA San Juan”, dice experto. El Gobierno y la Armada de Argentina hacen “lo imposible” por encontrar al submarino ARA San Juan, once días después de su desaparición en el océano Atlántico, y mantienen la esperanza de encontrar con vida a sus 44 tripulantes, que pueden encontrarse en una situación de “supervivencia extrema”. En este momento, un total de 14 buques y tres aeronaves de 13 países de todo el mundo participan en el operativo de búsqueda, que se realiza entre los 200 y los 1.000 metros de profundidad en la zona en la que se comunicó el submarino por última vez, en el golfo San Jorge, a 432 kilómetros de la costa patagónica argentina. Además, ayer zarpó el buque noruego Sophie Siem, cuya cubierta ha sido modificada para llevar a bordo un minisubmarino de Estados Unidos que puede descender hasta los 600 metros de profundidad, y que tardará un día en llegar a dicha área. Las condiciones meteorológicas comenzaron a empeorar a última hora del sábado, el elevado oleaje y los vientos complican los sondeos. Pese a que la ilusión de que los submarinistas, entre ellos una mujer, estén con vida en el fondo del mar se desvanece cada día, el vocero de la Armada, el capitán de navío Enrique Balbi, mantuvo las esperanzas. “Si bien van 11 días, esto no quita que puedan estar en una situación de supervivencia extrema”, dijo. “Las probabilidades han disminuido pero no son cero”, agregó. El experto ingeniero naval Horacio Tettamanti, consideró “descartada toda capacidad de sobrevivencia a partir del día 14”. La influyente diputada oficialista Elisa Carrió había dado por “fallecidos” a los tripulantes en un programa especial de Canal 13, emitido en la noche del sábado en Argentina.  Rastreo. “Se está haciendo un gran trabajo de búsqueda: lo dicen los americanos y los ingleses, no tiene precedente un acontecimiento tecnológico como el que está pasando en el Atlántico Sur en la Argentina”, destacó ayer el ministro de Defensa argentino, Oscar Aguad. El “ARA San Juan”, que habría sufrido una explosión, se comunicó por última vez el 15 de noviembre para reportar una avería en las baterías. Los esfuerzos de búsqueda se centran ahora en los modernos equipos de detección enviados por Estados Unidos y Rusia. Ambas misiones están en camino al área de rastrillaje, a la que llegarían este lunes. “De un despliegue de esta magnitud (13 países) no hay antecedentes en la historia naval de la humanidad. La búsqueda más difícil en el mar fue la del Titanic, en la inmensidad, después de casi un siglo, sin ningún tipo de precisión de la ubicación y a 5.000 metros. Y fue encontrado. Tengo la convicción de que el ARA San Juan será hallado”, dijo Tettamanti. El lecho marino en la zona de búsqueda “es muy irregular, con muchos cañadones y quebradas”, apuntó Carlos Zavalla, un excomandante del navío.

Tensión política.

Los desconsolados familiares de los marinos han hecho críticas muy duras. “Sufrimos mucho cuando nos dijeron que había siete llamadas desde el submarino y después nos dijeron que no era cierto”, dijo Itatí Leguizamón, esposa del tripulante Germán Suárez. “El nivel de accidentes en las fuerzas armadas ha estado por encima de lo normal y ello ha tenido que ver con la antigüedad del material y la limitación de recursos para mantenimiento y adiestramiento”, dijo el analista y experto en cuestiones militares Rosendo Fraga. El 90% del equipamiento de las fuerzas armadas (FFAA) argentinas tiene entre 30 y 50 años de antigüedad. El “ARA San Juan” fue desechado en Alemania en 1983. Desde 1985 es uno de los tres submarinos de la Armada argentina. Entre 2008 y 2014 se le practicaron reparaciones de media vida. El episodio despertó tensiones en el gobierno y pedidos de investigación de todo tipo. El presidente Mauricio Macri llamó esta semana a “no aventurarse en buscar culpables”.

Irregularidades en compra de baterías

Una investigación del Ministerio de Defensa alertó sobre “irregularidades” en la compra directa de las baterías del ARA San Juan. La investigación, desarrollada por expertos de Defensa entre 2015 y 2016, determinó que la Armada habría incumplido los estándares normativos y operativos para la reparación de media vida y el recambio de baterías; que se buscó direccionar la compra de suministros para beneficiar a ciertos proveedores, y que, en ese proceso, se habrían adquirido insumos con garantías vencidas y cometido delitos. “La información colectada resulta contundente al menos para sostener que esas contrataciones no se ajustaron al procedimiento”, dice el documento.  http://www.elpais.com.uy

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