Con una de las mejores vendimias en la historia, gracias al Covid-19 los bodegueros e importadores locales recuperaron mercado frente a la cerveza y se aventuraron al e-commerce. En el mundo de la viticultura, las grandes cosechas se logran cuando las uvas completan su madurez en buen clima, sin lluvias que pudran las plantas ni llenen de agua la fruta; y con días cálidos y noches frescas, que favorezcan el desarrollo de aromas y colores. Tener estas condiciones en Uruguay, país subtropical y húmedo, es extraordinario, pero no imposible. Este 2020, que desafió a la producción agropecuaria con sequías extremas, benefició a la industria del vino con lo que los productores llaman una de las mejores cosechas de la historia. No obstante, en los últimos días de la vendimia -que había comenzado en febrero- los bodegueros tuvieron que sortear varios obstáculos. Con la declaración de emergencia sanitaria, se debieron instalar protocolos de higiene para terminar de recolectar esta preciada uva y elaborar el vino. Mientras, los restaurantes -responsables de 35% de la venta del vino VCP (de calidad preferente, en botellas de 750 ml)- tuvieron que cerrar sus puertas de forma repentina, dejando a una gran parte de la industria con destino incierto. Gustavo Rodríguez, director de la consultora IdRetail, afirmó a galería que 65% del vino se comercializa en grandes superficies, 30% en restaurantes y el resto en vinerías y pequeñas tiendas. Durante la pandemia, la venta de vino en supermercados creció 10%, lo que compensó la caída en la gastronomía. Dentro de esta categoría, las que más crecieron fueron las etiquetas de entre 200 y 250 pesos, y seis de cada 10 son uruguayas. El directivo aclaró que en las cadenas, el VCP representa 42% del volumen y el vino de mesa 58%. Sin embargo, en facturación, el primero responde al 73% de la venta. «Los meses de abril y mayo se despegaron del resto del año y se acercaron al récord de ventas habitual en el mes de diciembre», comentó Rodríguez. A su vez, el vino de mesa aumentó 11% en el último año, desplazando a la damajuana y formalizando el consumo de vino envasado en caja. Por otra parte, en el vino fino, la pandemia generó una vertiginosa aceleración en la comercialización directa entre la bodega y el consumidor, tanto a través de redes sociales como de plataformas de venta, que en algunos casos ya existían pero no se utilizaban. Como consecuencia, la compra de vinos en línea y al productor, que era ínfima, creció tres dígitos en los últimos meses.
Francisco Kantor, director de la importadora y distribuidora Almena y responsable de la plataforma Bacán, comentó a galería que la venta online sigue siendo mínima. «Pasó de representar 0,09% de la facturación a 0,3%, pero no para de crecer», aclaró. Según él, allí los clientes buscan precio, y el desafío más grande para quienes prestan el servicio es la logística de la entrega. «Quizás lo más importante de esta pandemia es que le ganamos terreno a la cerveza», afirmó Kantor. Gustavo Rodríguez, de IdRetail, lo confirmó: la cerveza perdió 1% de su mercado y bajó 4% en consumo durante los meses de marzo a mayo, en relación con el año anterior. El consultor explicó este fenómeno de la siguiente manera: «La instancia del consumo de vino se asocia a la reunión intrafamiliar. En cambio, la cerveza lleva a encuentros más masivos, de grupos de amigos y hasta multitudinarios». La vendimia. Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi), este 2020 se cosechó 93.492.254 kilos de uva, 10,75% más que en 2019, que tuvo un total de 83.437.466 kilos. El ingeniero agrónomo Néstor Merino, consultor de la bodega Pizzorno, escribió en su reporte sobre esta vendimia que fue «la mejor cosecha del siglo XXI, quizás la mejor de nuestra historia». A continuación, explicó que las condiciones climáticas fueron atípicas e ideales. En primavera hubo la mitad de precipitaciones con respecto a lo habitual, y el verano fue muy soleado y seco. «Este descenso paulatino en el régimen hídrico asociado a una radiación solar intensa y temperaturas normales dieron lugar a que la maduración de todas las variedades se diera en condiciones óptimas», afirmó Merino. Es decir, las uvas de este año tienen máxima expresión aromática, gran color y sabor. Según los expertos, estas condiciones fueron similares en 2011, 2015 y 2018, pero nunca con la calidad de fruta obtenida este año. De 2020 se esperan grandes espumosos, vinos jóvenes y frescos, reservas y de guarda de todas las variedades cultivadas en el país. Respecto a los desafíos que implicó el Covid-19, Santiago Deicas, director de estrategia de Establecimiento Juanicó, comentó que se montó un plan de medidas sanitarias para tomar la temperatura de todos los empleados, proporcionar tapabocas, alcohol en gel y disponer de áreas de desinfección de zapatos al entrar a cada espacio de la bodega. Algo similar sucedió en Bodega Garzón. Christian Wylie, su gerente general, contó que a principios de marzo ya les explicaron a los empleados que debían dejar de estrecharse las manos, de compartir utensilios de comida y el mate. «Enviamos videos del médico que tenemos en la empresa para concientizar, e impusimos exigencia de higiene al transporte, porque el traslado de los operarios era uno de los temas más críticos de contagio», contó Wylie. En cualquier caso, las uvas llegaron en su totalidad a la bodega para con ellas obtener el mejor vino posible, una cosecha única en la historia de la vitivinicultura nacional.
La venta directa. Hasta la llegada del coronavirus pocas bodegas nacionales atendían a sus consumidores de forma directa. En cambio, se concentraban en la relación con sus distribuidores y las tiendas de vino. El confinamiento aceleró el ingreso de la compra online en los hogares uruguayos. «En Almena, hace dos años desarrollamos la plataforma Bacán, porque entendíamos que era el futuro y nos encontró preparados. De todas maneras, la venta no es masiva, antes vendíamos 2 centavos y ahora vendemos 2 pesos. Para nosotros es importante a nivel comunicacional, te pone en la mente del consumidor», explicó Kantor. En el camino, otras importadoras y distribuidoras como Iberpak o Vinos del Mundo tenían sus sitios ya habilitados para la venta y los sistemas de entrega preparados. «En Uruguay la logística es muy costosa y es un diferencial no cobrarla», comentó Kantor. Distinto fue para las bodegas que decidieron apostar por la venta directa, y que, en muchos casos, sus propios dueños terminaron armando y entregando pedidos. Esto causó cierta explosión publicitaria en las redes sociales y el apremio por habilitar una tienda en línea en su sitio web. «La venta directa requiere una inversión en comunicación mayor en relación con la facturación que la publicidad tradicional, porque si no, no te ven», dijo Kantor. Si bien este canal parece haber llegado para quedarse, no siempre cumple con la demanda del consumidor, que más que marcas lo que busca es precio. Esto ya lo constata Kantor en su página y lo confirman consultoras internacionales como International Wines and Spirits Record (IWSR). «En Bacán, el precio de ticket promedio es de 2.000 pesos más IVA, pero vinos de más de 300 pesos son muy difíciles de vender», afirmó el directivo. Agregó que lo que más se valora es entregar rápido, tener velocidad de servicio. Al respecto, Emily Neill, directora de Investigación y Operaciones de IWSR, publicó en sus estudios sobre el e-commerce del vino durante el Covid-19: «Nuestra investigación muestra que la conveniencia es la herramienta de mayor persuasión para la compra online. Muchos consumidores pueden tolerar precios más altos por el beneficio de un entrega inmediata». Con estas variables en mente, el vino vive un momento de cambio, en la forma de acercarse a los consumidores, en el acceso a los puntos de venta, y en el posicionamiento de marca en un segmento -de 200 a 300 pesos por botella-, donde la competencia con la región es tenaz.
ENOTURISMO REACTIVADO
Los Caminos del Vino, una plataforma creada por 18 bodegas familiares, miembros de la Asociación de Turismo Enológico del Uruguay (ATEU), acaba de presentar múltiples paseos vinculados al vino. Entre las propuestas hay visitas a viñedos, almuerzos, catas guiadas y hoteles en el viñedo. Más información en www.loscaminosdelvino.uy o escribiendo por WhatsApp al 092 306 860.
CUESTIÓN DE PRECIOS
Desde el comienzo de la pandemia hasta hoy, es notorio que el vino subió de precio. Al respecto, Juan Andrés Marichal, de Marichal Wines, comentó: «Con el aumento del dólar, los costos de producción aumentarán y se perderá competitividad». En Uruguay, los insumos para la elaboración del vino como tanques, barricas, levaduras, botellas y corchos son todos importados. https://galeria.montevideo.com.uy/