Uruguay Sub200: el océano revela su historia y sus secretos

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La expedición científica Uruguay Sub200 avanza a bordo del buque de investigación Falkor (too), en una misión inédita que explora las profundidades del Atlántico frente a nuestras costas. Con la ayuda del robot submarino SuBastian, equipado con cámaras que transmiten en vivo en calidad 4K, científicos de Uruguay y del mundo están observando por primera vez un universo oculto bajo el mar. En el recorrido han descubierto corales blancos, esponjas gigantes, estrellas de mar, caracoles venenosos y hasta un pulpo abisal que desplegó su “show” a más de 3.000 metros de profundidad. Cada inmersión abre una ventana a paisajes nunca vistos, donde criaturas extrañas y fascinantes conviven en la oscuridad eterna del fondo oceánico.

Pero el momento más emocionante llegó este viernes, cuando la expedición localizó los restos del ROU-01 Uruguay, un destructor de la Armada hundido en 1995 como parte de ejercicios navales. El barco reposa a más de 1.100 metros de profundidad y hoy se ha convertido en un refugio para nuevas formas de vida marina. Su hallazgo no solo tiene valor histórico y arqueológico, sino también biológico, ya que permite estudiar cómo la naturaleza coloniza los pecios y los transforma en ecosistemas submarinos.

«El antiguo destructor es ahora un creador de vida, es, en sí, un ecosistema. Qué linda la naturaleza», destacó uno de los científicos durante la transmisión en vivo.

«Es un momento increíble. Es un momento muy importante para la ciencia en Uruguay, un momento clave para la arqueología subacuática», destacó otro.

Un verdadero viaje al corazón del océano, donde la ciencia y la emoción se entrelazan para mostrar que todavía queda mucho por descubrir.

El barco fue construido en 1943 en un astillero de Nueva Jersey (Estados Unidos). Navegó el océano Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial y luego fue donado por la Marina de Estados Unidos a la Armada de Uruguay. El buque de guerra sirvió a la Armada entre 1952 y 1990. Luego, el 27 de febrero de 1995, con su estructura ya obsoleta, fue hundido en el océano Atlántico de manera controlada.

Según recuerda el medio Visión Marítima, ese día la Armada dispuso un ejercicio de tiro con fragatas para enviar el buque al fondo del mar, a unas 140 millas náuticas de Laguna del Sauce. Sin embargo, luego de tres horas de disparos y ya con la munición de las fragatas agotada, el barco se mantenía a flote. Ante esto, se encomendó el trabajo a la Aviación Naval. Un avión Beechcraft B-200T con lanzadores de cohetes salió desde la Base Aeronaval Nº2 ubicada junto a la Laguna del Sauce y se dirigió al lugar. Luego de varios intentos, logró tres impactos directos que perforaron el casco y el destructor se hundió.

Visión Marítima

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