El sector pesquero nacional enfrenta un conflicto que mantiene paralizadas las actividades desde mediados de mayo. Los trabajadores reclaman la incorporación de un marinero adicional por embarcación y denuncian el envío masivo de empleados al seguro de paro. La Cámara de la Pesca, por su parte, rechaza la exigencia y advierte que el diálogo solo será posible si se levanta la medida de paro.

“Si la única condición es poner un tripulante más, va a ser muy difícil resolver el tema”, sostuvo Juan Riva, presidente de la Cámara de la Pesca, en declaraciones a Subrayado. “Estamos dispuestos al diálogo, pero hay que salir a trabajar. Las guardias a bordo están contempladas desde hace décadas”, agregó.

Según el empresario, el conflicto no radica en la realización de las guardias, sino en la negativa del sindicato a mantener la operativa bajo las condiciones vigentes. Riva también llamó a la intervención del Ministerio de Trabajo, el PIT-CNT y las cámaras empresariales para destrabar la situación. Del otro lado, el sindicato de trabajadores sostiene que la sobrecarga horaria y la falta de titulación adecuada para cumplir con las guardias son las causas del conflicto. Alexis Pintos, vocero sindical, aseguró que el reclamo apunta a mejorar las condiciones laborales a bordo y cuestionó el marco normativo que rige la actividad.

“Nos están exigiendo regímenes de vida casi militares. Otra vez la pesca y la dictadura hermanadas. Las guardias se han hecho siempre sin la formación adecuada”, expresó.

La situación también golpea a tierra firme. En las plantas procesadoras de pescado, al menos 95 trabajadores fueron enviados al seguro de paro como consecuencia directa de la parálisis en el mar. Ambas partes coinciden en que el conflicto afecta no solo al empleo, sino también al abastecimiento del producto y a una industria que viene enfrentando dificultades estructurales. Por ahora, no hay fecha para una posible mesa de negociación formal.

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