Informe de la Cepal analiza las proyecciones por menor demanda china de materias primas.- La Cepal en su publicación anual “El panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe”, elaborado por su División de Comercio Internacional e Integración, en su segundo apartado analiza los espacios que existen desde la perspectiva de América Latina y El Caribe para diversificar el comercio y profundizar los encadenamientos con China, esto como una posible reacción al giro que está imponiendo la economía del país asiático al trasladar el motor de su crecimiento desde la inversión y las exportaciones al consumo privado, mediante una ampliación del ingreso disponible.- De acuerdo al informe, China pasó a ser la primera economía mundial medida en paridad de poder adquisitivo en 2014. Los países de América Latina y el Caribe aprovecharon el momento haciendo que las exportaciones a China pasaran desde el 1% en 2000 al 10% en 2014; mientras que su peso como origen de las importaciones de la región se incrementó del 2% al 17%, desplazando a la Unión Europea como su segundo mayor socio comercial. La pregunta que se alza entonces es ¿qué ocurrirá en América Latina y el Caribe ante este cambio de rumbo? Al respecto, el estudio plantea que los cambios en China continuarán repercutiendo en el comercio regional, cuestión que se puede apreciar en cómo el patrón de desarrollo menos intensivo en inversiones de China ya está afectando a América Latina, al requerir una menor demanda de materias primas como el cobre y el hierro por parte del sector de la construcción, lo que ha tenido un impacto significativo en países exportadores de estos metales, como Brasil, Chile y el Perú. Por el contrario, el consumo y la urbanización en China -se espera que 66 millones de personas emigrarán del campo a la ciudad al 2020- podrían beneficiar a los países productores de alimentos de América Latina y el Caribe. En ese sentido, se estima que en las próximas décadas China aumentará sustancialmente sus compras de productos alimenticios básicos y procesados, como el aceite de palma, el azúcar, la carne, los lácteos, los cereales en bruto y procesados, las frutas, el café y las legumbres.– ASIMETRÍA COMERCIAL.- Una tendencia en el comercio entre la región y China es la asimetría en favor del país asiático. Una primera causa es que las exportaciones a China y su inversión en la región se concentran en bienes primarios y sus derivados. En 2013 el valor total exportado de América del Sur a Chinacorrespondió a bienes primarios en casi un 75% (en particular, productos agrícolas, mineral de hierro, minerales no ferrosos y petróleo crudo) En favor de este fenómeno -plantea el informe- se observó entre 2011 y 2015 la disminución del valor de las exportaciones de América Latina y El Caribe hacia China, debido a la caída de los precios de los principales productos exportados y al descenso de la demanda. Por el contrario, el valor de las importaciones de América Latina y el Caribe desde China continuó creciendo. Otro aspecto que describe el panorama es que las exportaciones de la región a China también están concentradas en pocas empresas. En una muestra de ocho países de la región, las cinco principales empresas exportadoras de cada país representaron en promedio el 57,4% del monto total exportado a China.
¿QUÉ HACER? .-Como una reacción a las actuales tendencias el informe de la Cepal propone como indispensable Incorporar más tecnología y conocimiento en la oferta exportadora. En este sentido, la propia China es un ejemplo de construcción de ventajas comparativas dinámicas, ya que sobre la base de un elevado gasto en investigación y desarrollo (I+D) (un 2% del PIB en 2012), alcanzó en 2013 una participación del 32% en las solicitudes mundiales de patentes, desplazando a EE.UU. como el país del mundo donde se solicitan más patentes. En segundo lugar plantea expandir y mejorar la calidad de los flujos recíprocos de inversión extranjera directa (IED), puesto que para la región no solo es importante atraer mayores flujos de Inversión, sino también promover su diversificación sectorial y sus encadenamientos con empresas locales. Dado que casi el 90% de la IED china en la región entre 2010 y 2013 se dirigió a los recursos naturales, en particular la minería y los hidrocarburos. Se hace necesario entonces lograr un mayor flujo hacia las manufacturas y los servicios, promoviendo para ello la articulación con redes de proveedores locales. Finalmente, expone que la región se volverá un socio más atractivo para China en la medida en que acelere y profundice su proceso de integración económica, puesto que la fragmentación del mercado regional dificulta la formación de encadenamientos productivos entre empresas de la propia región como una mayor participación de esta en las cadenas globales de valor. En este sentido, la armonización regional ayudaría a atraer IED orientada a aprovechar el mercado regional ampliado.- (Por Mundo Marítimo)