Se trata de “un paso fundamental para proteger la Milla 201″ coincidieron las Organizaciones No Gubernamentales Círculo de Políticas Ambientales y Por el Mar. También la Prefectura Naval Argentina, fuerza encargada de la protección de la Zona Económica Exclusiva de la incursión por parte de la flota extranjera que pesca al borde y en ocasiones al interior de la misma dijo que el acuerdo es crucial para regular la actividad pesquera “descontrolada” más allá de la jurisdicción nacional, en la que la fuerza ha localizado en la reciente temporada de pesca centenares de buques extranjeros, mayormente de China y en menor medida de España, Corea del Sur y Taiwán. Las “aguas internacionales” (esto es, más allá de la Milla 200 desde el litoral marítimo) no están sujetas a leyes consensuadas, a menos que haya acuerdos al respecto entre estados ribereños, algo que en el caso del Mar Argentino se vuelve complejo debido a la presencia militar inglesa en las Islas Malvinas.
A falta de acuerdo entre los estados ribereños, por depredadora y descontrolada que sea, la pesca en la “Milla 201″ del Mar Argentino no alcanza a ser considerada “ilegal”, pero sí afecta mucho lo que sucede dentro de la Zona Económica Exclusiva. No tanto por las esporádicas incursiones de los buques extranjeros en ella, como ocasionalmente ocurre, sino porque los peces no saben de fronteras y porque la flota extranjera, al pescar al borde del talud continental, en especial entre las latitudes 43 y 47, en el llamado “Agujero Azul”, donde la confluencia de las corrientes cálida de Brasil y fría de las Malvinas genera una alta concentración de calamares y la escasa profundidad facilita su captura, terminan afectando la “tasa de escape” de una especie de ciclo de vida corto (entre uno y dos años) y clave en la cadena trófica del Mar Argentino. El acuerdo BBNJ, dijo Milko Schvatzman, responsable del programa de Océanos del CPA e investigador sistemático de lo que ocurre en la “Milla 201″, el BBNJ “es fundamental para proteger y avanzar en una explotación responsable de los recursos marinos que son patrimonio de la humanidad y de los cuales dependen en gran medida los países sudamericanos. Argentina se sumó así a las 90 naciones que ya rubricaron este instrumento internacional en el Marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. El acuerdo permite, una vez implementado, la creación de áreas de protección en alta mar, como lo que podría suceder en la Milla 201, zona que tanto el CPa como la ONG “Por el Mar” consideran “una zona de intensa presión pesquera sin ningún control”. Según Martina Sasso, fundadora de “Por el Mar, “justo al borde del Mar Argentino, a la altura de la milla 201, Argentina es protagonista de uno de los mayores puntos de presión pesquera del planeta. La implementación del acuerdo BBNJ provee una herramienta más para combatir la pesca ilegal, no regulada y no reglamentada. Este marco otorga a la Argentina la posibilidad de proponer un área marina protegida fuera de la jurisdicción nacional que le permita poner fin al saqueo de nuestras pesquerías en manos de más de 500 barcos extranjeros.”
El Acuerdo BBNJ que fue adoptado el 19 de junio de 2023 y tiene como pilares la distribución justa y equitativa de los beneficios de los recursos genéticos marinos; las evaluaciones de impacto ambiental; el fomento de la capacidad y la transferencia de tecnología marina; y la implementación de herramientas de gestión basadas en áreas, incluidas áreas marinas protegidas. La Argentina fue protagonista en la génesis del BBNJ y en los procesos cruciales en los que la ONU decidió avanzar en un acuerdo de esta escala, como la cumbre de Río+20, en el año 2012. Según el Círculo de Políticas Ambientes y Por el Mar, “el siguiente paso, ahora, es que el país avance en el proceso interno de ratificación, de manera que el Acuerdo pueda entrar en vigor, y sea posible crear Áreas Marinas Protegidas (AMPs) realmente efectivas en aguas internacionales”.