Cuando el río suena…

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Por: Juan Oribe Stemmer

El subsecretario de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante de la Argentina, Patricio Hogan, declaró en el panel de apertura del 32º Seminario Internacional de Puertos, Vías Navegables, Transporte Multimodal y Comercio Exterior, realizado los días 6 y 7 de diciembre en Buenos Aires, que “El Canal Magdalena es obra prioritaria para Argentina, que aportará mejoras logísticas y nuevas oportunidades de desarrollo para el país, hay un consenso absoluto en nuestro gobierno para avanzar definitivamente en su concreción”. Prácticamente en el mismo momento, tuvo lugar en Montevideo la conferencia sobre el tema “Puertos argentinos y uruguayos impulsan el desarrollo de la región”, convocada por la Liga Marítima Uruguaya, donde hicieron uso de la palabra el embajador Edison González Lapeyre y el ingeniero Horacio Tettamanti. Ingeniero naval, ex Subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación, y activo defensor del proyecto de Canal Magdalena, Tettamanti puso énfasis en el proyecto de esta nueva vía de navegación. La realidad es que la propuesta tiene un fuerte respaldo político -así lo demuestra el libro del periodista de El Cronista, Agustín Barletti, “La hora del Canal de Magdalena”, que puede ser consultado en Internet- especialmente en la Provincia de Buenos Aires. Aunque también, el propio Tettamanti advirtió hace unos días que “El gobierno no muestra ningún entusiasmo con este proyecto, la obra podría haber sido iniciada apenas asumió, pero con el paso del tiempo vemos una determinación para evitar que se consume”. Los motivos que impulsan la iniciativa son muchos y variados. No tiene mucho sentido entrar a discutir sus méritos. Lo más sensato es esforzarnos en determinar -en la medida de lo posible- cuáles serán las probables consecuencias de la entrada en servicio del nuevo canal de navegación para nuestro país y acordar una estrategia constructiva para atenuar ese impacto. La primera medida en este tema, me permito sugerir, sería avanzar en el camino que trazó la Liga Marítima Uruguaya al invitar a Tettamanti a participar en una conferencia sobre puertos en Montevideo: fomentar el diálogo. Las intervenciones de ambos conferencistas contribuyeron a aclarar el panorama para las dos comunidades portuarias rioplatenses, sobre temas clave como la posición uruguaya respecto del proyecto Magdalena y la posición argentina sobre el dragado del Canal de Acceso al Puerto de Montevideo. Los dos proyectos son importantes para los respectivos países. Los dos países tienen el derecho, dentro del marco del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo, de llevarlos a cabo. Enhorabuena a los dos. Otro aspecto es que el nuevo canal, de realizarse, tendría consecuencias de diferentes tipos para los intereses portuarios de nuestro país. Así, tendríamos los impactos sobre el movimiento de buques y cargas pertenecientes al comercio exterior uruguayo, las exportaciones de servicios portuarios al resto de la región, y la venta de servicios de diferentes tipos a los buques que utilizan el actual canal principal de navegación y la zona Alfa. El impacto de la obra sería diferente según el tipo de servicio de transporte marítimo: graneleros, servicios de línea regular, cruceros, etc. Finalmente, está el asunto del futuro del canal Punta Indio. Hay que definir estrategias.  https://www.elpais.com.uy/

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