La economía uruguaya impactada por la sequía cayó en recesión, ¿qué puede pasar?

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Si bien en promedio del año el PIB creció 4,9%, los dos últimos trimestres fueron de caída. Un resultado “peor” al esperado por los analistas en el último trimestre -por el efecto de la sequía-, llevó a que la economía uruguaya entrara en recesión , pese a lo cual creció 4,9% en el promedio de 2022. La economía uruguaya fue de más a menos en el año que pasó y deja un panorama pobre para este año, donde varios analistas consultados por El País ya dudan que el crecimiento se pueda acercar al 2% como prevé el gobierno. Ayer el Banco Central del Uruguay (BCU) divulgó el Informe de Cuentas Nacionales del último trimestre y de todo el año. Así en 2022 el Producto Interno Bruto (PIB) creció 4,9% en promedio frente a 2021 (la estimación del gobierno era 5%), lo que ya marca una desaceleración porque la expansión de 2021 sobre 2020 había sido de 5,3% (el BCU revisó las cifras preliminares que marcaban un 4,4% en aquel año). En el último trimestre del año, el PIB cayó 0,1% frente al mismo período de 2021 y se contrajo 1,3% frente al tercer trimestre. Como en julio-septiembre había caído 0,75% frente al segundo trimestre, se configuró una recesión técnica (dos trimestres consecutivos de caída). “El dato fue peor de lo previsto”, señaló la gerente de Consultoría Económica de Grant Thornton, Sofía Harguindeguy. Esto se debe principalmente al impacto de la sequía en una “menor producción agrícola en la zafra 2022/2023. La magnitud de este shock climático hasta hoy era desconocida. Las actividades primarias se contrajeron en un 2,9%, y esto tuvo una incidencia negativa en el desempeño de la economía del 0,2%. En la misma línea, desde el enfoque de la demanda, se observó una fuerte contracción en las exportaciones, que cayeron un 5,6%”, complementó. El economista jefe de KPMG, Marcelo Sibille dijo que “si bien sospechábamos que el PIB estaba en una fase de amesetamiento a raíz de algunos indicadores adelantados de actividad, honestamente no esperábamos que en el 4° trimestre se produjera una caída de esta magnitud. Lo que más asusta es la contracción del producto agropecuario, donde parece claro el impacto de la sequía que comenzó al final del año”. “Estrictamente la economía ingresó en recesión en el segundo semestre, en la medida en que se configuraron dos caídas trimestrales consecutivas y significativas del PIB”, afirmó la socia de Exante, Florencia Carriquiry.

Para Sibille “si bien técnicamente se podría hablar de recesión al haber dos trimestres consecutivos de caída, debe tenerse en cuenta que casi todos los sectores de actividad tuvieron crecimiento interanual en el 4° trimestre. Lo que ocurrió es que hubo una alta concentración de la caída de la producción industrial y fundamentalmente el sector primario”. Carriquiry apuntó que “es cierto que en esa contracción hay una fuerte incidencia del sector agropecuario en particular (que ya había comenzado a caer incluso previo a la sequía por la menor producción de carne). Pero, en nuestras estimaciones desestacionalizadas, también está cayendo la industria (con una contribución importante de la industria frigorífica ante la caída de las exportaciones de carne), la energía eléctrica (también afectada por la seca) y la construcción (ante la moderación en el ritmo de obras en torno al proyecto de UPM y el Ferrocarril Central)”. Según el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) “es de esperar que buena parte de las consecuencias de la sequía se hayan observado en el cuarto trimestre (instancia de siembra de los cultivos donde se concentran más del 60% de los costos productivos) y las restantes en el segundo trimestre de 2023 (época de cosecha, donde la producción se verá sensiblemente mermada)”. En tanto, Giuliano Cantisani de CPA Ferrere señaló que hubo un “cambio de dinámica en la segunda mitad del año. De hecho, mientras que en el primer semestre de 2022 el crecimiento desestacionalizado promedió 1%, en el segundo semestre el promedio fue de -1%. El bajo dinamismo observado sobre el cierre del año pasado deja un ‘efecto arrastre’ negativo para el 2023”. En efecto, en 2023 si la economía no creciera (es decir se mantuviera en el mismo nivel que el último trimestre de 2022), se daría una contracción de 1,04% interanual de acuerdo al efecto de arrastre estadístico, según cálculos de El País. El economista Javier de Haedo señaló (en su cuenta de Twitter) que del 4,9% de crecimiento en 2022, 4 puntos porcentuales son por arrastre estadístico de 2021. “A lo largo de 2022 la economía no creció. Dos trimestres consecutivos con caídas claras. Recesión. Los datos del PIB confirman que 2022 terminó muy mal, como anticipaban varios indicadores”, afirmó. El Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) señaló que en el último trimestre, en la medición interanual “separando el PIB por el lado de la oferta, el mayor crecimiento (+5,6%) e incidencia (0,7 puntos porcentuales) correspondieron al rubro Comercio, Alojamiento y Suministro de comidas y bebidas. Secundado por el sector Transporte y Almacenamiento, Información y Comunicaciones que registró un incremento de 6,8 respecto al cuarto trimestre de 2021”.

“Mientras que la actividad que tuvo la mayor incidencia negativa fue el sector Agropecuario, Pesca, Minería que tuvo una caída de 1,9%. Esta caída es explicada principalmente por los menores rendimientos de la soja en comparación al año pasado. También se registraron caídas en la Industria Manufacturera (-4,3%) debido a una disminución de la demanda externa en lo que respecta a la industria frigorífica. A su vez, el sector de Energía eléctrica, Gas y Agua tuvo una caída 5,7% por las menores exportaciones a Argentina y Brasil”, añadió.

El Consumo crece en 2022 en vuelta a normalidad

Del lado de la demanda, en 2022 el consumo de los hogares aumentó 6% respecto a 2021, cuando en 2021 había crecido 2,9% respecto a 2020. “El aumento del consumo privado es consistente con la vuelta a la ‘normalidad’ de la dinámica económica, tras un período de pérdida de vigor”, señaló el Cinve en un comunicado. En el último trimestre, el consumo de los hogares aumentó 4,5%, explicado por un mayor consumo en los viajes al exterior por turismo, especialmente a Argentina, así como mayor consumo de prendas de vestir, aparatos de radio y televisión, vehículos y servicios de transporte de pasajeros Por su parte, las exportaciones de bienes y servicios crecieron 11,1% en 2022 respecto a 2021, pero eso se vio más que compensado por el incremento de 12,5% en las importaciones de bienes y servicios. En el último trimestre, las exportaciones cayeron 5,6%.

Fuerte alza de la inversión en 2022

En 2022 la formación bruta de capital aumentó 5,2% respecto a 2021, debido al crecimiento de la formación bruta de capital fijo (inversión) de 9,5%. En tanto, en el último trimestre de 2022 la formación Bruta de Capital bajó 1,2% en su comparación interanual. Si bien se dio un incremento en la inversión de activos fijos, este fue superado por la desacumulación de existencias. El aumento en la formación bruta de capital fijo (inversión) fue de 3,9% en el último trimestre, y se dio por una mayor inversión en obras de construcción, destacando vialidad, líneas de comunicación y líneas de energía. Estos aumentos no logran ser contrarrestados por la caída en las inversiones asociadas a la construcción del Ferrocarril Central y obras portuarias, indicó el Banco Central.

En 2023 expansión de 1% y debajo de 2%

Para 2023, el gobierno había corregido a la baja su previsión de crecimiento del PIB en febrero a 2%. ¿Qué dicen los analistas tras conocerse el dato de cierre de 2022?

“Estamos trabajando en las proyecciones de 2023, pero probablemente revisaremos algo a la baja el pronóstico de crecimiento promedio anual (que veníamos estimando en 2%). Si bien tenemos perspectivas de crecimiento relevante para el consumo privado (en un marco de sensible recuperación de los salarios reales) y aunque la inversión se ha mantenido al menos hasta finales de 2022 más firme de lo que estimábamos, a nuestro juicio primará en la revisión de pronósticos el impacto fuerte de la sequía sobre las exportaciones. Las ventas de soja, por mencionar el ejemplo más claro, serán este año menos de un tercio de las del año pasado”, señaló Carriquiry de Exante. Sibille de KPMG indicó que “no está del todo claro cómo será el comportamiento del primer trimestre, porque la sequía será al menos parcialmente contrarrestada por la muy buena temporada turística. Lo que está claro es que a la luz del dato de último trimestre de 2022 seguramente habremos de revisar a la baja las proyecciones para 2023. Es posible que la tasa esperada de crecimiento anual pase a estar próxima al 1%”.

En tanto, Harguindeguy dijo que “el peor desempeño esperado (en el último trimestre de 2022) tiene consecuencias sobre nuestras previsiones para el 2023, que ahora se ubican por debajo del 2%” debido “a la sequía y sus impactos en el resto de la economía (sector transporte, consumo, inversión)”. Por su parte, Cantisani apuntó que “con un contexto externo más adverso y los sectores agroexportadores afectados por la sequía, los motores del crecimiento se verán modificados respecto a los últimos años. Las exportaciones de bienes y la inversión perderán protagonismo (esto último asociado al fin de la construcción de UPM), mientras que el consumo consolidaría su crecimiento, de la mano de la recuperación salarial” y probablemente CPA corrija levemente a la baja su pronóstico de expansión de 1,4%. Para Ignacio Umpiérrez del CED, el primer semestre de 2023 será parecido al segundo de 2022 y luego habrá “cierta reactivación”. https://www.elpais.com.uy/

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