Por el Prof.Dr. Edison González Lapeyre
El Dr. Emilio Oribe Stemmer, del que tengo un excelente concepto como experto en temas marítimos y portuarios y con el que me une una amistad personal, en el boletìn de ese Portal del 15 del corriente, sostiene que no tiene consecuencias prácticas la falta de demarcación. Coincido con el mismo en cuanto a que una cosa es delimitar y otra demarcar. Lo explicité tanto en mi libro El Estatuto del Plata (1978) como en las dos ediciones de mi obra “Límites de la República Oriental del Uruguay” (1988 y 1992) y también comparto la definición que de ambos conceptos expone este especialista.
En las áreas marítimas, donde no se pueden poner “marcas” y mojones, es imprescible también la demarcación y su proyeccion en las cartas náuticas correspondientes. Cuando se acordó el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo y se estableció el criterio de delimitación del frente oceánico, fue una gran preocupación de la delegación de nuestro país que la demarcación a efectuarse tuviera en cuenta determinados accidentes geográficos a fin de no perder lo que podìan significar cientos de kilómetros cuadrados. Para lograr ese objetivo, trabajaron, arduamente, el Ingeniero Geofìsico Capitán de Navío Adhemar Pigni y el Capitán de Navío Yamandú Flangini y el resultado, plasmado en una carta geográfica aprobada por ambos países, fue realmente satisfactorio.
En lo que refiere a la plataforma continental, una demarcación más allá de las 200 millas marinas del lìmite lateral, plasmada en una carta náutica aprobada por los países con jurisdicciones adyacentes, es imprescindible para determinado tipo de emprendimientos. Así, si una empresa petrolera debe perforar y hacer una inversión millonaria a esos efectos y el área es próxima a ese lìmite lateral, va a requerir, certidumbre, y sólo la va a obtener si se demarcó y se plasmó en una carta geográfica aprobada en forma bilateral y no unilateral, el límite correspondiente. Lo mismo las empresas pesqueras dedicadas a la captura de especies demersales autorizadas por un país a faenar en esas áreas.
Edison González Lapeyre