Galeones y veleros de todo el mundo se reúnen en el Sena por el festival de la Armada

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La última edición tuvo lugar en 2019, antes de la pandemia, por lo que los entusiastas de los grandes veleros estaban deseosos del retorno del festival. La mayor reunión mundial de grandes veleros, el festival de La Armada, está de vuelta esta semana en Ruan con 45 navíos de todo el mundo, lo que constituye un gran evento para los amantes del mar. Cuatro navíos españoles y dos latinoamericanos participan en esta edición, que concluye el próximo día 18 y que vuelve a rendir homenaje a la tradición portuaria de esta ciudad normanda a orillas del Sena. El evento, celebrado cada cuatro o cinco años, acogerá a alrededor de seis millones de visitantes en un recorrido de siete kilómetros, lo que le convierte en el encuentro de grandes veleros más grande del mundo.

«La Armada es una invitación a la fiesta, la evasión y el reencuentro en el corazón de una Normandía magnífica a redescubrir», declaró el presidente de la organización, Jean-Paul Rivière. La última edición tuvo lugar en 2019, antes de la pandemia, por lo que los entusiastas de los grandes veleros estaban deseosos del retorno del festival.

Barcos pesqueros, embarcaciones turísticas, militares y recreaciones históricas conforman los 45 navíos de 11 nacionalidades diferentes citados a las orillas del Sena, entre los que se encuentran cuatro españoles, uno mexicano y uno uruguayo. Alrededor de los navíos se colocan 200 puestos de comercios y actividades diversas, con un espíritu ecológico en el centro que caracteriza a esta octava edición de La Armada y toda una programación de conciertos que acompañarán al festival en sus diez días de celebración.

HERENCIA HISPANA EN LA ARMADA

Con aquellos que ya han conseguido amarrar al puerto fluvial de Ruan se encuentra El Galeón, que recrea, como su nombre indica, un galeón español del siglo XVI, de la flota de la Nueva España, de Tierra Firme y del galeón de Manila.

Se trataba de navíos mercantes creados tras el comercio con América que viajaban en convoyes de treinta barcos, incluidos los militares, para protegerse de los ataques de piratas y corsarios que ansiaban robarles las riquezas que transportaban. Construido en Huelva por la Junta de Andalucía y la Fundación Nao Victoria en 2010, el Galeón actual tiene 51 metros de eslora (38 metros de casco) y 590 metros cuadrados de velamen. La embarcación viajó desde Sevilla hasta la ciudad gala con una tripulación de 12 hombres, entre los que se encuentra Álvaro, marinero voluntario de 18 años.

«Era un barco un poco novedoso para la época. Ahora navegarlo es un poco más complicado que uno normal, hay muchísimos cabos, pero es muy divertido llevarlo», cuenta a EFE este joven madrileño, que se unió a la ruta en Algeciras para descubrir el mundo del mar. Y es que, si bien incluye algunos elementos modernos de navegación, el Galeón conserva gran parte de los elementos originales de la época, lo que lo convierte en un auténtico museo flotante. Al barco sevillano le acompañan el Pascual Flores alicantino y una recreación de una de las carabelas de Colón, mientras se espera la llegada de la Nao Victoria (Sevilla) y el Atyla (Bilbao), que han sufrido retrasos debido a las condiciones meteorológicas. Fondeado junto a El Galeón, se encuentra el Cuauhtémoc, el buque escuela de la Marina mexicana que, con un nombre que hace referencia al último emperador azteca, representa un símbolo combativo y de independencia del país americano. Cerrando la fila de embarcaciones hispanas se encuentra el Capitán Miranda, navío uruguayo construido en Cádiz (España) en 1930 y que desde hace 45 años es el buque-escuela de la Marina de Uruguay. https://www.larazon.es/

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