En medio de un panorama económico global incierto, los empresarios franceses han intensificado su llamado al presidente Emmanuel Macron para que desbloquee el tratado comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, un acuerdo que podría abrir nuevos mercados para las empresas europeas.
Patrick Martin, presidente del principal sindicato empresarial de Francia, el MEDEF, destacó la importancia de Latinoamérica como prioridad para diversificar mercados en un contexto de bajo crecimiento económico nacional y tensiones comerciales con Estados Unidos. En entrevista con Radio France Internationale, Martin instó a acelerar la ratificación del acuerdo firmado a finales de 2024, aunque reconoció que “hay que corregir ciertas cosas”, especialmente las cláusulas relacionadas con el medio ambiente.
La situación económica francesa es delicada: el Instituto Nacional de Estadística prevé un crecimiento del 0,6 % para este año, por debajo de lo esperado, en un contexto de cuentas públicas complicadas y fragmentación política que dificulta la toma de decisiones empresariales. Frente a esto, el sector privado ve en el Mercosur una oportunidad clave para estimular la actividad.
Sin embargo, Emmanuel Macron mantiene una postura cautelosa. Aunque reconoce que el acuerdo “es bueno para muchos sectores” y puede ser beneficioso en el actual contexto de disputas arancelarias internacionales, pone énfasis en la preocupación de los agricultores franceses, quienes temen que la entrada masiva de productos sudamericanos afecte su mercado.
Macron propone la inclusión de “cláusulas de salvaguardia y cláusulas espejo” que aseguren que los productos agrícolas del Mercosur cumplan con las mismas normas medioambientales y de uso de fitosanitarios que los europeos, así como mecanismos para proteger sectores vulnerables ante posibles desregulaciones repentinas.
Consultado sobre si estaría dispuesto a firmar el acuerdo este año, siempre que se incorporen estas modificaciones, el presidente francés respondió afirmativamente, señalando que su objetivo es “convencer a nuestros campesinos y agricultores de que este acuerdo es bueno para ellos”.
Mientras tanto, la presión desde sectores empresariales y otros países miembros de la UE continúa, en un escenario donde el bloque sudamericano, liderado por Brasil, busca ratificar el tratado y consolidar la relación comercial con Europa.
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