El T-34C-1 en la Aviación Naval Uruguaya

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La Aviación Naval Uruguaya (ANU) recibió tres mono motores Beechcraft T-34C-1 Turbo Mentor de fabricación estadounidense (actualmente Beechcraft Textron Aviation), el 15 de abril de 1981. El 28 del mismo mes fueron asignadas a la Escuela de Aviación Naval (ESANA) para iniciar instrucción de vuelo a futuros aviadores navales. La ESANA está ubicada en la principal aéro estación de la ANU, la Base Aeronaval No.2 (BAEN 2) C/C Carlos Antonio Curbelo a orillas de la Laguna del Sauce, cerca de Punta del Este, departamento de Maldonado al este uruguayo. La base comparte las pistas y torre de control con la terminal aérea civil ubicada al sur de las instalaciones militares; dicho aeropuerto comúnmente llamado de Laguna del Sauce (SULS/PDP). Los Turbo Mentor fueron matriculados como Armada 270, 271 y 272 (GM 82, 83 and 84, respectivamente – GM siendo una suerte de número de constructor de Beechcraft). Infelizmente el Armada 270 estuvo brevemente en servicio, ya que fue perdido el 22 de marzo de 1982, durante un accidente en una misión de entrenamiento.

Avión escuela armado!

La ESANA fue creada el 15 de agosto de 1944 con tres Fairchild PT-23 obtenidos en 1943, utilizando las instalaciones del aeródromo civil Ángel S. Adami localizado al noroeste de Montevideo, la capital uruguaya, ya que la BAEN 2 no estaría operacional hasta 1947. Previo a la llegada de los turbohélices T-34C-1’s, instrucción de vuelo era efectuada en un único T-34A Mentor (Armada 260) a pistón recibido el 15 de octubre de 1966 (siendo el primer Mentor en servicio de Uruguay) y tres North American SNJ-5s (la versión naval del T-6 Texan) que prestaban servicio desde el 4 de abril de 1950. Entrenamiento en bimotores se realizaba en los Beechcraft TC-45J/H (Navigator & Expeditor obtenidos de stocks de EE.UU. y Argentina) o Bell OH-13 si el oficial era asignado al escuadrón de alas rotativas. Baja disponibilidad en la flota de aeronaves durante los años 60 y 70, derivó en que algunos pilotos uruguayos debieran calificarse en Argentina y Estados Unidos. Premiaba la adquisición de una aeronave de entrenamiento moderna. El hermano mayor – Super King Air B-200T Armada 871 – lidera la formación junto a los dos últimos Charlies, Armada 271 and 272. Las aeronaves formaban parte de un vuelo de entrenamiento para sobrevolar la BAEN 2 durante el aniversario de la ANU (Ph.: Ernesto Blanco Calcagno/Airpressman.com)

La adquisición de un entrenador turbohélice fue acertada y tenía gran potencial ya que un bimotor, también turbohélice, Beechcraft B-200T Super King Air de patrulla marítima (Maritime Patrol Aircraft -MAP) había sido adicionada a la flota el 27 de noviembre de 1980 siendo matriculado como Armada 871. (Vea nuestra nota sobre el Armada 871 titulada “Beechcraft B200T de Patrulla Naval – Aviación Naval Uruguaya” en el enlace a continuación.) El plan de estudios de la ESANA para los jóvenes Guardiamarina de ambos sexos, que comienzan a volar el Turbo Mentor incluye un curso básico y avanzado de 18 meses de duración y de unas 130 horas de vuelo. Las misiones de instrucción (llamadas períodos) son 22 en total y de 1.5 horas de duración; las aerobáticas – físicamente más demandantes – se programan a 60 minutos. El primer vuelo solo del aspirante a aviador naval, suele suceder luego sus primeras 40 horas de vuelo; puede parecer demasiado tiempo, entretanto debemos analizar que se los prepara para operar junto a unidades navales de superficie del Comando de la Flota, interactuar con la infantería de marina (Fusileros Navales/FUSNA) y unidades de buzos tácticos. El “despacho” del alumno en la cabina delantera del Turbo Mentor. Se observa el colimador (mira de tiro) en la sección central superior del panel, a su izquierda el AOA/Indicador de Ángulo de Ataque (Angle of Attack Indexer/AOA) útil en aproximaciones a portaaviones! (Ph: Ernesto Blanco Calcagno/Airpressman.com)

El programa continúa con navegación, diurna y nocturna, vuelo en formación y vuelo por instrumentos básico, así como el lanzamiento de armamento. Dos simuladores de vuelo fijos/sintéticos (sin movimiento) construidos por personal de la ANU, se emplean por 28 períodos. El software de los mismos creado en Uruguay es el mismo que emplea el Comando de Aviación Naval Argentino (COAN) para sus simuladores de Turbo Mentor. Curiosamente, el COAN desplegó cuatro de sus T-34C-1 para misiones de reconocimiento, apoyo aéreo y ataque a helicópteros en las islas Falkland/Malvinas durante el conflicto de 1982. Entre tres a cuatro alumnos por año inician cursos en la escuela, sin embargo antes de ser aceptados deben cumplir como mínimo un año de servicio a bordo de un buque de la fuerza de mar; ya que luego de graduarse serán considerados como “marinos voladores” siguiendo una estricta doctrina para cumplir funciones de apoyo a buques del Comando de la Flota (COMFLO). Asimismo la ESANA, además de aviadores navales, califica pilotos ingenieros, auxiliares, así como al personal subalterno de la Aviación Naval Uruguaya, en cursos de seis meses de duración. Es de destacar que durante el quinquenio 1995-1999 la escuela calificó a tres pilotos de ala fija de la Marinha do Brasil, ya que las armadas del Mercosur comparten doctrina y métodos de operación similares.

Apodado “Charlie” por la Aviación Naval Uruguaya, el Turbo Mentor brinda un buen equilibrio entre la aeronave de instrucción – misión para la cual fue diseñada – y avión de ataque ligero; es más exigente en el aspecto físico y mental que previas aeronaves además de proveer un vuelo mas aproximado al de un reactor (jet-like handling). Las aeronaves se han puesto a prueba en varias ocasiones, ya que Armada 272 orgullosamente sostiene el récord mundial de altitud para un Turbo Mentor, habiendo alcanzado 31,600 ft (9632 m) – el ascenso demandó 45 minutos – durante un vuelo de prueba en 1999. Los pilotos al mando entonces fueron el CF Gastón Bianchi (Director de la ESANA) y el CC Gonzalo Ciganda (sub director), ambos instructores y verificadores calificados en la aeronave. La ANU continuó operando la versión a motor recíproco del Mentor luego del alta de los Turbo Mentor, habiendo recibido un T-34A de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU 651) a cambio de sus dos últimos SNJ-5s (Armada 256 y 258) en Abril de 1985, ya que la FAU operó una amplia flota de Texans hasta 1993. Dicho T-34A fue matriculado como Armada 261, y en 1992 se recibieron dos T-34A más, ex FAU, asignándoles las matrículas Armada 262 y 263, que nunca volaron debido a la falta de fondos. Armada 261 fue dado de baja operativa en 1997, y Armada 260 en 1998, al hallarse evidencia de fatiga de metal en los largueros de las alas, durante inspecciones de mantenimiento.

Aeronave Multitarea

En una fuerza armada de pequeño porte y con pocos medios aéreos a disposición para tareas como patrulla marítima/fluvial, reconocimiento y presencia en aguas jurisdiccionales, el Turbo Mentor debe ser una plataforma multirol. Además de ejercer tareas de instrucción, realiza misiones de apoyo aéreo cercano (CAS/Close Air Support) Control Aéreo Avanzado (FAC-Forward Air Control) en apoyo al Cuerpo de Fusileros Navales (FUSNA-Infantería de Marina). Vuelos de entrenamiento podrían ser reasignados si surge un requisito urgente; como una misión de reconocimiento, patrulla marítima/fluvial, la verificación de barcos de pesca ilegales, actividades de contrabando, barcos perdidos, naufragios, barcos, contenedores o boyas a la deriva e incluso en cuestión de minutos pasar a liderar una misión de Búsqueda y Rescate (SAR-Search and Rescue). La ANU utiliza para misiones de práctica de tiro y bombardeo dos zonas peligrosas cercanas (danger áreas), la denominada D8, en una zona aledaña a la laguna Garzón y la D16, al sur del puerto de La Paloma, sobre el Océano Atlántico; ambas a unos 20 minutos de vuelo al este de la BAEN 2. El armamento comúnmente utilizado son cohetes de 57mm (2.25in) lanzados desde coheteras SUP-MX 657 de fabricación argentina y bombas de 100 y 250 libras (45 kg y 114 kg respectivamente). El Turbo Mentor es un participante frecuente en ejercicios militares fluviales como el Río Revuelto y Acrux, junto a unidades navales de las fuerzas armadas argentinas, brasileñas y paraguayas. En dichos ejercicios se involucran en varios modos de guerra naval; interdicción y defensa de un área determinada, generalmente sobre el río Uruguay. El mismo proporciona un amplio espacio y complejidad al ser sobre una frontera internacional (Argentina/Uruguay) en una región que tiene una enorme cantidad de ríos y arroyos y mayor concentración de agua potable del planeta: el acuífero Guaraní. Comprendido sobre enormes secciones de los territorios de Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay, las misiones practicadas en estos “War Games” de protección de vías fluviales – especialmente aquellas en zonas de selva y remotas -donde grupos terroristas podrían operar sin ser detectados, son extremadamente relevantes.

Futuro y mas Charlies?

Luego de 39 años de servicio ambas aeronaves acumulan alrededor 4000 horas de vuelo. Este no sería el único factor para determinar la aeronavegabilidad de las aeronaves, ya que si nos guiamos por parámetros de la US Navy, el Fatigue Life Expended (FLE) – algo así como la vida útil “usada” por la aeronave – expresa un porcentaje de vida remanente analizado en base al tipo de vuelo realizado, aterrizajes/despegues y fuerza Gs soportadas; por lo tanto cuando dicho porcentaje alcanza el 100%, la aeronave se da de baja. Siendo los Turbo Mentors mayormente apostados a la instrucción de aviadores navales con su subsecuente desgaste, es obvio que su vida útil ha entrado en la recta final. Idealmente la ANU desearía obtener tres aeronaves adicionales y estas se han procurado de los depósitos de la US Navy que ha dado de baja sus Turbo Mentor – luego de operar unos 280 T-34C. Poder obtener más aeronaves con un buen remanente de horas/bajo porcentaje de FLE, sería una opción ideal – a falta de la adquisición de un nuevo y moderno entrenador – debido a la amplia experiencia que tiene la fuerza en su operación y mantenimiento; además del bajo costo por hora de vuelo del Charlie.

Personal de la Aviación Naval Uruguaya visitó en el 2014 varias instalaciones de la US Navy, entre ellas la base las bases aeronavales de Corpus Christi en Texas y Pensacola en Florida a fin de evaluar algunos T-34C retirados de servicio. Estados Unidos pone a disposición de naciones amigas, una infinidad de material militar y civil, a través de su programa de Excess Defense Article EDA (Artículo de Defensa en Exceso), material el cual se vende en la condición actual “as is, where is” (como está, donde está). Al enterarse de que el precio por cada aeronave sería de 35.000 dólares, se pensó en obtener seis máquinas en total (para poder preservar tres de ellas y poder rotarlas en vuelo, una vez que estuvieran en Uruguay. Continuando con las negociaciones, se analizó la compra de simuladores de vuelo con movimiento y hasta mock-ups para entrenar el egreso del tripulante con paracaídas desde la aeronave. Motores adicionales fueron cotizados a 37.000 dólares cada uno (más que el avión en sí) y así fue en aumento los precios por tres packs de repuestos, manuales de vuelo y simuladores, tiempo de pilotos de la US Navy para el traslado en vuelo de las aeronaves a talleres de mantenimiento para la realización del overhaul, ya que se solicitó que estas inspecciones mayores, se realizarán en territorio estadounidense. Algunas fuentes consultadas mencionan que el costo total cotizado sería de 17.000.000 de dólares, guarismos realmente muy altos para la fuerza.

De haberse concretado la transferencia de estos Charlies, quedaría aún por verse el costo del traslado a Uruguay y si la ANU modificaría el modelo C (sin armamento) a C-1 (armado); básicamente la instalación de las estaciones (“perchas”) subalares y cableado para el lanzamiento de armamento estandarizando así toda la flota de Charlies. También a tener en cuenta es la disponibilidad a futuro de repuestos, debido a que gran parte de ellos son comercializados por empresas civiles, consecuentemente el precio de estos materiales aumenta prohibitivamente. Infelizmente la Aviación Naval Uruguaya ya sintió tal efecto negativo al necesitar mantener en vuelo a sus helicópteros Westland Wessex HC MkII.

En otras negociaciones, se le ha ofrecido a la ANU otras aeronaves como el entrenador chileno Enaer T-35 Pillán, y los Embraer T-27 Tucano y A-29 Super Tucano brasileños; sin concretarse la compra. Una fuente adicional de Turbo Mentors podría ser la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) que ha desactivado el modelo en el 2018 luego de 40 años de servicio. Existe un precedente positivo y alentador con el país andino, ya que la FAU obtuvo tres reactores de ataque Cessna A-37B Dragonfly en 2014 en donación a cambio de la realización de cursos de estado mayor en Uruguay, para oficiales ecuatorianos. (Vea nuestro articulo sobre operaciones de los A-37B Dragonfly en este enlace. https://airpressman.com/uncategorised/a-37b-dragonfly/

Un gran problema para la Aviación Naval Uruguaya es su diminuto presupuesto operativo y constante lucha contra la falta de repuestos para el mantenimiento no programado de sus aeronaves, lo que deja aeronaves fuera de orden de vuelo durante periodos prolongados. Armada 271 es un claro ejemplo; en el 2009 volando a baja altura durante una operación combinada con la FAU y el EN (Ejército Nacional) sufrió un fuerte impacto contra un ave en el borde de ataque de su ala derecha; permaneciendo la aeronave fuera de servicio hasta mediados de 2020. Inmediatamente el Armada 272 ingresó a un overhaul mayor programado, dejando nuevamente un solo Charlie en servicio. Como noticia positiva, recientemente se decidió instalar en las cabinas de los dos Turbo Mentor una pantalla multifunción de vuelo digital (Digital Flight Display) Garmin G5, reemplazando los horizontes artificiales mecánicos. Este sistema Solid State, no requiere una bomba de vacío para su operación y posee un GPS incorporado, agregando leve modernidad a este antiguo avión.

En 2016 el gobierno uruguayo concluyó con éxito una solicitud ante la organización de Naciones Unidas para extender su mar territorial desde las 200 millas náuticas a 350 mn; de este manera agregando unos 83.000 km cuadrados de extensión territorial al país. Dicho incremento geográfico de los derechos de soberanía sobre los recursos del lecho y subsuelo de la plataforma continental nacional, hace más latente aún la necesidad de contar con medios aéreos y navales adecuados, para defender estos nuevos – y anteriores – derechos adquiridos.

Como nota positiva, hemos visto con agrado la donación para la ANU por parte de la Marina de Chile, de tres aeronaves Cessna O-2A Skymaster arribadas a Uruguay en agosto de 2018. Estos bimotores a pistón de pequeño porte son aptos para patrullaje costero y fluvial, pero no tanto para el marítimo – ya que por doctrina de seguridad, no deben operar más allá de 50 mn de la costa. Para ellos – así como para los B200, Armada 871 y 872 – se aguardan fondos para la instalación de sistemas de cámaras termales FLIR (Forward Looking Infrared) ideales en misiones de búsqueda y rescate (SAR) así como en tareas de reconocimiento y protección de fronteras; como las recientemente realizadas por las FF.AA. uruguayas. También el 29 de enero de este año se sumó al Escuadrón de Alas Rotativas, un helicóptero Bell OH-58A Kiowa adquirido en Canadá. Registrado como Armada 021, su misión será la de entrenar futuros pilotos a la espera del arribo de dos Augusta Bell AB-412 ex Guardia Costiera Italiana, que debido al Covid 19, han visto su entrega demorada para más adelante en 2020. Esperemos que los reemplazos en materia de aeronaves de ala fija se concreten a la mayor brevedad posible!   https://airpressman.com/

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