Durante los últimos 40 años el Reino Unido ha sido parte de un megabloque capaz de negociar los tratados comerciales más favorables, y por lo tanto los derechos de importación con otros bloques y naciones. Ahora, según Berglund, el país va a tener que firmar nuevos tratados con cada uno, sin el poder de negociación de la UE como respaldo y añadió que dicha situación, «sin duda, dará lugar a impuestos más elevados, y por lo tanto mayores costos para los embarcadores».
Además, señaló que el flujo de contenedores se enfrentará a un nuevo cuello de botella, lo que aumenta la complejidad y obligaría a exportadores e importadores a considerar alternativas – tales como aprovisionamiento local, o la reubicación de los centros de producción en territorios más favorables para el intercambio comercial. De acuerdo al ejecutivo, es imposible predecir cómo la decisión del pueblo del Reino Unido tendrá un impacto en las tarifas de transporte en el mediano plazo, ya que el sector se ha comportado de manera bastante impredecible «antes de que esta bomba política estallara».- (MundoMarítimo)